viernes, agosto 26, 2011

El ensayista Rolando D. H. Morelli responde a Miriam Leyva: El compromiso de Pablo Milanés no es con nuestro pueblo

Tomado de http://www.cubanet.org




El compromiso de Pablo Milanés no es con nuestro pueblo
Por Rolando D. H. Morelli
August 25, 2011


FILADELFIA, Estados Unidos, agosto, www.cubanet.org -Por más que la señora Miriam Leyva insista en lo contrario, debemos recordarle a la estimada corresponsal, que no, “la primavera negra del 2003 no es ya “historia” si por ello se entiende “agua pasada”, por más que los 75 prisioneros de conciencia hayan sido excarcelado como afirma. Salir de una celda de rigor para ingresar a una cárcel a cielo abierto nombrada Cuba, puede considerarse una ligera mejoría, pero en ningún caso una “excarcelación”. Se trata más bien de conceder “patio” a los prisioneros: algo de sol y aire con el fin de engañar a la opinión pública internacional. Por eso parece algo contradictorio que la misma corresponsal afirme a seguidas: «Pero quienes vivimos la ola represiva iniciada el 18 de marzo, nunca podremos olvidar los minuciosos registros, los rigores de los cuarteles de la Seguridad del Estado, los juicios sumarísimos con condenas de hasta 28 años de cárcel solo por opinar, el fusilamiento de tres jóvenes negros el 11 de abril por el secuestro de un barco sin hechos sangrientos, la persecución permanente a las familias en una sociedad muda de miedo». Se queda corta la corresponsal con esta lista, por más que la misma ya sea espeluznante, pero a qué viene todo lo anterior.

Se queja la periodista independiente desde La Habana de que al menos “26 notables intelectuales y artistas respaldar[a]n mediante un [llamado] ‘Mensaje desde La Habana para amigos que están lejos’ emitido el 19 de abril de 2003” entre los que no se cuenta el compositor e intérprete Pablo Milanés “las deleznables acciones del gobierno cubano” a que se refiriera previamente. Para no entrar aquí en complejas disquisiciones podemos explicarle a la señora Leyva la razón de la evasiva de Milanés con arreglo al glosario marxista, a la Gramsci, quien concibiera la categoría de intelectual como ente “orgánico” (nunca independiente) y defendía la necesidad que tenía el comunismo de crearlos a marcha forzada y machacada, para su propia defensa a ultranza. En resumen, los nombres de quienes suscribieron en su momento el deleznable documento de apoyo a la tiranía y sus crímenes, mencionado por Miriam Leyva, son o han devenido por fuerza en voces automáticas, comprometidas, “orgánicas” al sistema que los sustenta y premia o castiga de diversos modos. Pablo Milanés no forma parte en rigor de esta categoría, sino de otra, pero en ningún caso, como afirma la articulista, podría tratarse de alguien “comprometido con su pueblo”. Es decir, si por pueblo se entiende al pueblo oprimido de Cuba, cargado de cadenas y desprovisto de las prebendas de los “intelectuales [y artistas] orgánicos” del castrismo que lo representan y defienden a capa y espada. ¿De qué otro modo podría ser?

( Miriam Leyva )

Leyva presenta a Milanés con los falsos atributos de un renuente a la complicidad con el régimen al que ha servido por años, y para ello afirma: «Con posterioridad, el cantautor se ha pronunciado por el respeto a la diversidad de criterios y contra la prisión por ejercer el derecho a emitir opiniones, pues “las ideas se discuten, no se encarcelan”. Esas valientes posturas no pueden soslayarse. Son hitos en la vida de un cubano de su tiempo, ilusionado como la mayoría por el proceso revolucionario iniciado en 1959, que pronto se ensañó injustamente con él, al confinarlo en los campos de concentración de la UMAP a finales de los años 1960».

Cierto que con su oportunismo militante, el artista mencionado ha emitido aquí y allá declaraciones de la índole señalada por Leyva, pero siempre en medios internacionales, en escenarios fuera de Cuba, y todo ello matizado con medias tintas y ocres de manera que donde dije Diego dije digo y el resto. Si Miriam Leyva se ha enterado de tales declaraciones, a diferencia de la mayoría de los cubanos de la isla, será porque tiene acceso a los medios internacionales donde puede leerse y especularse al respecto. Al régimen de los Castro no conviene a estas alturas proceder contra una figura conocida del medio artístico, por más impertinencias que éste cuele entre una col y otra, —no demasiadas— el mismo que ingresa miles de dólares al país en el que vive a cuerpo de rey. Además, eso le aporta credibilidad a su supuesta independencia artístico revolucionaria. Milanés se proclama alguna que otra vez socialista y revolucionario crítico con la Revolución y sus dirigentes. ¿Qué más podría pedirse? Vean, la Revolución no es como dicen sus “encarnizados enemigos” (el adjetivo se depara siempre que de los que se oponen a la tiranía se trata, para neutralizar cualquier posible simpatía por estos y sus ideas) ni intolerante ni cruel. Ésas son, en resumen, “las valientes posturas” que dice Miriam Leyva que “no pueden soslayarse”, es decir, ignorarse respecto a Milanés. “Son hitos” continúa diciendo, “en la vida de un cubano de su tiempo que…, bla, bla, bla”. Lo increíble es que la señora Leyva llegue a sostener con toda ingenuidad, es de suponer, que si bien «en el curso de 52 años, muchos de [los integrantes de la llamada Nueva Trova] crearon una atadura tan raigal con el totalitarismo, que comprometieron la sabia creativa, pero ganaron el privilegio de convertirse en ricos empresarios privados dentro y fuera del país, vedado a la mayoría de los cubanos (…) [Milanés] está entre las honrosas excepciones».

No sé de qué manera logra Leyva que se le escape la contradicción evidente entre su declaración anterior y lo que a continuación quiere explicar como si no hubiera entre una y otra premisa componentes demasiado antitéticos: «El secretismo imprescindible impuesto por el poder, impide conocer detalles de su evolución». Ella sabrá a lo que se refiere con esto de “evolución” por parte del trovador. «No obstante» —prosigue— «entre los temas tabúes abordados en sus canciones desde los años 80 estuvo la división familiar y la salida de los amigos, como “Éxodo” en el disco Los Días de Gloria».

Vamos a ver: ¿evolución sí? ¿evolución no? También de entonces, aunque Leyva no lo consigne así, son las letras de canciones como Yo me quedo, que dedicó el compositor, en 1980, a los miles de cubanos que escapaban de Cuba mediante el “puente marítimo del Mariel”, humillados, golpeados y, a muchos que no lo consiguieron por haber sido asesinados o arbitrariamente retenidos por el régimen. Así cantaba entonces Milanés: «Yo me quedo con todas esas cosas
pequeñas, silenciosas, con esas yo me quedo.

Ya no quiero hablarte de otras cosas
más dignas, más hermosas,
con esas yo me quedo». Y en otra no menos artera, titulada “Acto de Fe”, declaraba poco después: «Creo en ti,
porque nada hay más humano
que prenderse de tu mano
y caminar creyendo en ti.

Creo en ti,
como creo en Dios
que eres tú, que soy yo,
en ti, Revolución».

Pero la señora Leyva insiste en que «en la década de 1990 estableció una Fundación que organizó novedosos cursos para el pueblo» —afirma con su contundencia característica e infundada la periodista— ¿Cursos para el pueblo? Es decir, ¿el mismo pueblo con el que estaría comprometido el artista de que se habla? Y nada menos que tales cursos debían servir para entrenar a esos pobres diablos «entre otras materias sobre administración empresarial, impartidas por especialistas, y con cobro simbólico en pocos pesos». ¿Administración empresarial? ¿Especialistas? Leyva consigue sembrar el desconcierto ante tanto sinsentido de su parte o de la de Milanés. «Ponía parte de las ganancias por su trabajo honrado para abrir horizontes a los cubanos». ¿Cómo podrían abrirse horizontes al cubano que vive en Cuba por el mero hecho de “conocer algo de administración de empresas” cuando el gobierno y el sistema socialistas son contrarios a la administración empresarial y a los empresarios que no se sometan a los designios e intereses del estado-patrón-dueño exclusivo de todo? Claro está que «pronto fueron prohibidos [los cursos] y los escollos interpuestos llevaron al cierre de la organización», asevera la periodista. Corolario de lo antes afirmado por parte de ella: «al unísono (sic.) con la maduración de su creatividad, se apreciaba su distanciamiento del compromiso político a ultranza, lo cual acrecentaba la admiración de los cubanos». ¿Quiénes apreciaban, es decir, se daban cuenta del supuesto distanciamiento político de Milanés de qué habla Miriam Leyva? ¿De qué manera se manifestaba a “los cubanos” que viven en la isla el pretendido “distanciamiento” en quien tanta cercanía al régimen había mostrado siempre?

La conclusión a la que llega la señora Leyva en su trabajo es que «en la etapa comenzada a fines de julio de 2006 con el traspaso de poder a Raúl Castro, [Milanés] ha sido uno de millones de cubanos con esperanzas de apertura y desarrollo de la sociedad cubana». ¿Es decir, que Raúl pudo parecer confiable en algún momento de incalificable ingenuidad y buena fe a Milanés como a “millones de cubanos”? Y prosigue la articulista: «[El artista] ha tenido la dignidad de expresar sus opiniones, reflejo de las aspiraciones de la población y de la añoranza por contribuir a sacar Cuba del caos». Granma hubiera podido suscribir con algunos cambios cosméticos aquí o allí lo dicho para Cubanet por la periodista independiente desde La Habana. Y la coda con que ésta cierra su colaboración es casi impecable. De la anunciada y vuelta a anunciar presentación de Milanés en Miami, el próximo 27 de agosto afirma que «será una contribución (…) a estrechar los lazos entre los cubanos, y ayuda [rá] a derribar las obstinadas prohibiciones de este lado del mar a los notables artistas radicados en el exterior, particularmente en Estados Unidos. Es un paso significativo en el camino de la reconciliación y la reconstrucción de la patria».

(Pablo Milanés)

Veamos: ¿Qué lazos habría que estrechar entre los cubanos de uno y otro lado cuando esos lazos no se han aflojado ni siquiera a pesar del largo paréntesis impuesto por el régimen a los afectos familiares y otros, como demuestra el hecho de que los que aquí viven no se den descanso trabajando para que no mueran de hambre los que allá sobreviven, o denunciando los atropellos de todo tipo y los crímenes que tienen lugar en la isla a manos de los sicarios de la tiranía? ¿Convencerá acaso al régimen de los Castro de aflojar la mano y rendir el poder una buena recepción de Milanés en Miami? Pero, bueno, señora Leyva, ¿no quedábamos en que se había producido un distanciamiento entre el régimen y el compositor? ¿Reconciliación y reconstrucción de la patria? Pero señora, dígame usted de qué manera reconciliar al verdugo con su víctima, porque no irá usted a decirme que eso sea posible, sobre todo cuando el verdugo sigue al pie de la picota con el hacha levantada. ¿O va usted a decirme que la patria descojonada toda es culpa compartida por igual de los opresores y de los oprimidos?

Fidel Castro canceló hace ya mucho, de un plumazo, es un decir, puesto que lo hizo ad libitum en un discurso lleno de ira, las celebraciones por la Navidad y el Día de Reyes en Cuba. Adujo entonces que los niños cubanos se habían sacado la lotería y nada menos, el día 26 de julio de 1953, en que él y un grupo de seguidores atacaron los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes en Santiago y Bayamo respectivamente. (Del segundo se oye hablar poco, ¿por qué será, eh?) Consecuentemente se pasaría el día de Reyes o su equivalente al 26 de julio con las demás celebraciones conmemorativas del inicio de la gesta revolucionaria. No sé, señora periodista si es usted verdaderamente ingenua que siga creyendo en los Reyes Magos. Bien, estaría en su derecho, pero no pretenda usted que aceptemos por fe, que Pablo Milanés sea el Rey Baltasar ni que el Día de Reyes caerá a partir de ahora los 27 de agosto en razón de su concierto miamense?
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Rolando D. H. Morelli, Ph.D., es narrador, poeta y ensayista cubano exiliado. Pertenece al Pen Club de escritores. Co-fundador y director de las Ediciones La gota de agua. Reside en Philadelphia.
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Añadido por el Bloguista de BC

¡Cuba Va!
( ¡ por amor se está hasta matando para por amor seguir trabajando ! )

Por Silvio Rodríguez, Pablo Milanés y Noel Nicola.


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Pablo Milanés: "Cuba va directo a la quiebra"



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ALGUNOS COMENTARIOS DEJADOS

Realpolitik ha dejado un nuevo comentario en su entrada "El ensayista Rolando D. H. Morelli responde a Miri...":

Morelli pierde su tiempo, por lo menos con la Leyva, la cual no es precisamente ingenua. A lo mejor, si sigue puliendo su mensaje, la contraten para el izquierdista Huffington Post, donde se publica a Yoani Sánchez y a Margarita Alarcón, hija de Ricardo (todo muy objetivo y "balanceado," por supuesto).

1 Comments:

At 5:12 p. m., Anonymous Realpolitik said...

Morelli pierde su tiempo, por lo menos con la Leyva, la cual no es precisamente ingenua. A lo mejor, si sigue puliendo su mensaje, la contraten para el izquierdista Huffington Post, donde se publica a Yoani Sánchez y a Margarita Alarcón, hija de Ricardo (todo muy objetivo y "balanceado," por supuesto).

 

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