lunes, agosto 29, 2011

La amnesia oportuna de Pablo Milanés y de tantos otros

Nota del bloguista para otros amnésicos ahora ¨apolíticos¨

Tengo entendido de que se repartieron entradas gratuitamente en Liberty City y Overtown; de no ser así, las sillas vacias hubieran sido más. Lo importante es saber cuantas entradas se vendieron, Es importante señalar la configuración que se usó en ese concierto ( 180 grados, 270 grados o 360 grados) pues así se conocería cuales eran las aspiraciones de los promotores.

Es muy importante no olvidar que por no ¨ meternos¨ en política se impuso en enero de 1959 la peor opción política para nuestro país y ella se ha mantenido por más de medio siglo. Dejar que las cosas pasaran, haciendo dejación de nuestra responsabilidad como simples ciudadanos, nos ha metido en el período más negro y trágico de nuestra historia nacional. Una cosa es la política y otra es la politiquería; una cosa es tomar decisiones políticas y asumirlas con responsabilidad y otra es la de prostituirse dentro de la política.

Tomado de http://enrisco.blogspot.comLink

Estar institucionalizado

En la película The Shawshank Redemption (Cadena perpetua en español) hay una escena que sirve para entender muy bien cierta inercia que rige la vida de muchos cubanos, incluso una vez que salen de Cuba. Los presos discuten la –para muchos incomprensible- violenta resistencia del bibliotecario Brooks a ser puesto en libertad tras pasar medio siglo en prisión. Es entonces que Red (Morgan Freeman) define su concepto de estar “institucionalizado”, un concepto muy útil para explicar cualquier sistema diseñado para quebrar la voluntad de las personas.

No hay nada malo con Brooks. Solo está institucionalizado, eso es todo. […] El hombre ha estado aquí cincuenta años Heywwod ¡Cincuenta años! Este lugar es todo lo que conoce. Aquí, él es un hombre importante, un hombre educado. Un bibliotecario. Afuera no es más que un viejo desgastado con artritis en ambas manos. No podría siquiera conseguir un carnet de biblioteca si lo intentara. […] Estos muros son curiosos. Al principio uno los odia, luego se acostumbra a ellos. Entonces el tiempo pasa y terminas dependiendo de ellos. Eso es estar "institucionalizado". […] Ellos te envían aquí de por vida y eso es justo lo que toman de ti. En cualquier caso la parte que cuenta [de la vida].

Si eso ocurre con una cárcel imagínense cuando los muros no son muros sino playas a las que hemos aprendido a llamarle "la patria".

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Tomado de http://eichikawa.com


La amnesia oportuna

agosto 28, 2011

Por Mario J Faz

No soy juez, fiscal ni defensor para meterme en la conciencia de nadie ni en sus actos públicos o personales. Allá cada cual. Lo que nadie puede quitarme es mi derecho a que considere a tal o cual; desde el hombre público al vecino más cercano, como un hombre decente o como un canalla. Esta consideración muy personal implica reunir una serie de hechos en base a los cuales conceptualizamos al individuo.

Pues bien, escribo estas lineas el amanecer del domingo siguiente al muy publicitado concierto de Pablo Milanés (foto: webpm) en la ciudad de Miami. Tirios y troyanos batieron lanzas; se lanzaron gritos e insultos, se manifestaron y declararon en contra o a favor, se acusaron de esto u lo otro, rompieron discos. Los hechos rayaron casi en una histeria que quedará en la memoria de esta ciudad por mucho tiempo.

A propósito de memoria, decimos que cuando esta se pierde se padece de amnesia y ese parece ser el padecimiento del Señor Milanes y de muchos viajeros turisteantes que nos llegan de la Isla. Tal parece que el Estrecho de la Florida, en el corto tiempo que cuesta cruzarlo posee unas propiedades geodesmagnetizantes que borra las memorias de los que lo cruzan. Pablo Milanés no es ni será el último que lo cruce, incluso antes de él varios cientos, quizá miles, con variado pelajes y vestimentas lo han cruzado.

Pablo, somos contemporáneos, lo que me dice que contamos sesenta y pico de años. Al igual que Silvio Rodríguez, tú y yo éramos muy jóvenes en 1959. Terminábamos el Bachillerato y nos disponíamos a ir a la Universidad. Fuimos testigos o partícipes de aquellos días de la locura del triunfo en que embriagados por la victoria de habernos quitado de encima un dictador alabamos a un nuevo apóstol republicano que con su evangelio liberador nos prometía un paraíso en la Tierra.

Pero Pablo, los paraísos no se construyen sobre tumbas ni mentiras. La primera mentira surgió de una revista que en tres números presentó el retrato del líder guerrillero en pose mesiánica mirando a lo alto, contabilizó 20,000 víctimas como obra del tirano en fuga. Los subalternos del líder reunieron a los vencidos y durante varias semanas se dedicaron a fusilar a todo aquel que fue o pareció ser culpable de esas muertes. Rápida y diligentemente trabajaron fiscales, jueces y pelotones de fusilamiento.

El líder, aprovechándose de la euforia se dedicó a buscar enemigos o a fabricarlos. El primero, los yanquis, los odiados yanquis; el imperialismo opresor que la intelectualidad miope e irresponsable identificó como causa de todos nuestros males. Pero ese enemigo no bastaba; existía la burguesía, los capitalistas explotadores, que aliados a los yanquis se gozaban en chuparle la sangre a su propio pueblo. El líder buscó aliados más allá de los mares y los encontró en un país frío, muy frío; que envió a sus asesores en tortura y represión y solidariamente suministró fusiles para la particular lucha del líder.

Pero el evangelio liberador no era un proyecto insular, el líder se dedicó a evangelizar a cualquiera que comulgara en su idea para luego enviarlo a catequizar allende los mares a todo aquel dispuesto a liberar en cuerpo y alma a millones de seres humanos. Mientras tanto en la Isla se rodeaban a los incrédulos paganos, se les metían en cárceles o se les expulsaba de sus hogares enviándolos al destierro.

Entonces ya más calmado el líder se dedicó a construir el paraíso prometido, dictaba órdenes, ideaba proyectos y discurseaba casi diariamente prometiendo una y otra vez que el paraíso se estaba construyendo. Cada día, cada año, cada lustro nuevas promesas de futuro luminoso en que la justicia más límpida refulgiría sobre un pueblo solidario, sano y culto que sería la envidia de la Humanidad toda.

¿Cuántas cosas más pueden recordarse? Cada uno de los cubanos, aquí en esta ciudad de Miami o dispersos por decenas de países; cada cual con su edad y sus vivencias tienen recuerdos Pablo. Los de allá, los que todavía predican el evangelio del líder con un nuevo apóstol se embriagan con nuevas mentiras. Sus seguidores olvidan que ellos son pueblo también; que sus hijos, madres y mujeres viven bajo la voluntad de ese líder y su evangelio esclavizador y reprimen conciencias y voluntades. !Qué ironía, besan sus cadenas! !Qué vergüenza! !Aherrojan grilletes en los tobillos de los que se rebelan!

!Nos acusáis de ser intransigentes, rencorosos y llenos de odio cuando muchos, muchísimos de los que gritaron Paredón! !Abajo la gusanera! Y escupían estos y otros insultos peores en los rostros de los que escapaban de la locura nacional; ellos viven hoy aquí o han enviado a sus hijos y a menudo nos visitan.

Nos acusáis de ser retrógrados, conservadores cuando en poco más de medio siglo hemos construido una metrópoli que es, con todo los defectos que podáis señalar, es la envidia de muchos. No ha sido fácil pero lo hemos hecho. Enjugamos nuestras lágrimas de despedida, tragamos en seco para deshacer ese nudo en la garganta, olvidamos las humillaciones y nos pusimos a trabajar, a engendrar hijos; en fin a construir una patria pequeña, enquistada en otro país pero patria nuestra que compartimos contigo, sí, contigo, y con muchos otros que a diario llegan sin preguntarles quienes son y qué hicieron.

Eso sí Pablo, a esta distancia de un primero de enero, no vengas a decir que ya no eres fidelista pero que crees en el socialismo, demostraría entonces que tu amnesia es puro oportunismo hipócrita. “Solo la verdad nos pondrá la toga viril”, nos recuerda Don José de la Luz y Caballero. Ya es hora de que te vistas con ella.

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Pablo Milanés en el concierto celebrado en Miami



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ALGUNOS COMENTARIOS DEJADOS

A Pablo Milanés – DE UNA CUBANA

Oye Pablo, tú que osas entrar tan triunfante
con tus usadas melodías que ya decaen,
con tu porte metamorfoseado en rollos
de tus burguesas vivencias resonantes.
Oye Pablo, tú dices cantarles a los cubanos
y tus viejas trovas son razón para alabarte,
tú que vienes con la astucia de los cuervos
a recoger las presas entre ramales

Oye Pablo, a algún otro hazle tu historia;
que aquí entre los justos, NO GANASTES.
Aquí viniste bajo injuriosos pretextos
de hermandad, que no puedes ni acercarte.
Para eso tendrás que componer nuevas canciones
de maldición al tirano, a sus gendarmes.
Arrepentido de los males que ha engendrado
con tu ayuda y otros tantos, que en raudales
se aprovechan de la miseria que han creado
y el infierno donde lanzan los que valen.
Hazle un tributo a los caídos, en los paredones,
aquellos que se ahogaron en los mares;
haz una reverencia a las Damas de Blanco
y claudica con los lemas. ¡No te ampares!
Cuba ha sufrido mucho, y nuestro espíritu,
¡no lo vejan trovadores de mezquindades!

De Ada Bezos Castilla
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DietaNo ha dejado un nuevo comentario en su entrada "La amnesia oportuna de Pablo Milanés y de tantos o...":

No puedo evitar pensar que la considerable gordura del "cantautor" se debe a muy buena y abundante comida, la cual por supuesto no tiene el cubano de a pie. Pero claro, él es muy proletario y todo, igual que la gorda Aleida Guevara, y vive para el "pueblo."


2 Comments:

At 3:04 p. m., Blogger Unknown said...

A Pablo Milanés – DE UNA CUBANA

Oye Pablo, tú que osas entrar tan triunfante
con tus usadas melodías que ya decaen,
con tu porte metamorfoseado en rollos
de tus burguesas vivencias resonantes.
Oye Pablo, tú dices cantarles a los cubanos
y tus viejas trovas son razón para alabarte,
tú que vienes con la astucia de los cuervos
a recoger las presas entre ramales

Oye Pablo, a algún otro hazle tu historia;
que aquí entre los justos, NO GANASTES.
Aquí viniste bajo injuriosos pretextos
de hermandad, que no puedes ni acercarte.
Para eso tendrás que componer nuevas canciones
de maldición al tirano, a sus gendarmes.
Arrepentido de los males que ha engendrado
con tu ayuda y otros tantos, que en raudales
se aprovechan de la miseria que han creado
y el infierno donde lanzan los que valen.
Hazle un tributo a los caídos, en los paredones,
aquellos que se ahogaron en los mares;
haz una reverencia a las Damas de Blanco
y claudica con los lemas. ¡No te ampares!
Cuba ha sufrido mucho, y nuestro espíritu,
¡no lo vejan trovadores de mezquindades!

De Ada Bezos Castilla

 
At 4:29 p. m., Anonymous DietaNo said...

No puedo evitar pensar que la considerable gordura del "cantautor" se debe a muy buena y abundante comida, la cual por supuesto no tiene el cubano de a pie. Pero claro, él es muy proletario y todo, igual que la gorda Aleida Guevara, y vive para el "pueblo."

 

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