LAS TORPEZAS INTERVENCIONISTAS DE HUGO CHAVEZ
Las torpezas intervencionistas de Hugo Chávez en toda América Latina se han convertido en un "boomerang" desastroso para la popularidad y efectividad del presidente venezolano y de los candidatos escogidas por él en algunas naciones latinoamericanas, que unido a sus ínfulas de parecerse al dictador Fidel Castro en sus métodos de control político autoritario, siguen provocando un distanciamiento espontáneo de la gran parte de los pueblos latinoamericanos con el aprendiz de Napoleón venezolano. Con su estribillo obsesivo y chabacano característico, el presidente venezolano Hugo Chávez, que inició su vida política con ideas fascistas muy marcadas por la influencia del pensador argentino Ceresole, ha sobrepasado su interés por construir el socialismo del siglo XXI con torpes e inoportunas intervenciones en países amigos como Colombia, Perú, Nicaragua, Costa Rica y México, sin desconocer sus intentos por subvertir el orden democrático en todo centro y Suramérica, más el área caribeña.
Ha quedado en evidencia la intención de Chávez por manejar a sus candidatos Ollanta Humala , López Obrador y Daniel Ortega con abultadas sumas de dinero para sus campañas y con las promesas demagógicas de regalarle abundantes partidas petroleras.
A su vez, la decisión de Chávez de abandonar la comunidad andina de naciones, que fue fundada en 1968 por Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y la propia Venezuela, no ha hecho otra cosa que ahondar las diferencias con la mayoría de este grupo de naciones de vocación democrática
También la decisión de Chávez de retirarse del grupo G-3, pacto que desde 1989 forman México, Venezuela y Colombia, es una muestra de que al chavismo no le interesan las relaciones eficientes entre los estados democráticos.
Veamos que en Colombia que, acaba de cerrar su campaña electoral, la simpatía popular hacia el presidente Uribe, el gran enemigo del autoritarismo del presidente Chávez, parece holgada e inderrotable.
Y es de conocimiento público todos los esfuerzos que ha hecho el pequeño Napoleón venezolano para que el presidente Alvaro Uribe salga derrotado en su esfuerzo por volver a ser elegido a la cabeza de gobierno colombiano.
Las razones de la popularidad del presidente Uribe se explican por el auge económico que vive el país y la seguridad ciudadana que disfrutan con satisfacción todo los colombianos, aunque aún queden problemas por resolver en el país.
Si nos movemos hacia Perú vemos como el candidato de Chávez, que inicialmente gozaba de una ventaja en las encuestas, se ha quedado rezagado atrás del candidato del APRA, Alán García.
La intervención de Hugo Chávez en el juego soberano y democrático dentro de la contienda peruana ha sido manifiesta y ofensiva a los sentimientos del pueblo peruano.
Y si giramos hacia México nos encontramos que el candidato de la extrema izquierda López Obrador, en ocasiones comparado con el presidente Chávez, ha pasado al segundo lugar de las intenciones del voto popular.
Si las elecciones fueran hoy en México, el resultado sería que el candidato del PAN, Felipe Calderón, sería el nuevo presidente del país azteca.
Pero nos queda por visitar Nicaragua, en donde el candidato preferido de Hugo Chávez, el sandinista Daniel Ortega, al cual el Napoleón venezolano le ha prometido partidas millonarias de petróleo, se encuentra en un lejano tercer lugar de las preferencias electorales.
Si el socialismo del siglo XXI de Hugo Chávez que él quiere asemejarlo al de Fidel Castro, que ha sumido a Cuba en un régimen de persecución carcelaria, de miserias extendidas por todo la sociedad y de desastres en el desarrollo económico en la isla, está condenado al fracaso, debemos decir que las aspiraciones del Napoleón venezolano por interferir groseramente en el juego democrático y soberano del continente, ya va teniendo sus respuestas contundentes:
En Costa Rica fue elegido nuevamente Oscar Arias, Premio Nobel de la Paz y una de las figuras políticas de más prestigio democrático en el continente y en el mundo.
En Colombia la victoria de Alvaro Uribe luce consolidada.
En Nicaragua se ven muy lejanas las posibilidades del sandinismo de triunfar en la contienda electoral.
En Perú la ventaja de Alán García parece irreversible.
Y en México, ya sabemos, el giro que va tomando el derrumbe del candidato López Obrador, el preferido del Napoleón venezolano.
Conclusión que el gobierno de Hugo Chávez, con su intervencionismo divisivo y sus aspiraciones napoleónicas, está logrando lazos solidarios de una corriente democrática y sensata en todo el continente, que puede ser el presagio de nuevos vientos y de nuevos tiempos de progreso y libertad.
La sensatez y la vocación democrática de Oscar Arias, de Alvaro Uribe, de Felipe Calderón, de Ignacio Lula da Silva, de Tabaré Vázquez, de Alán García y del resto de los gobernantes latinoamericanos, con la excepción transitoria de Evo Morales, de Fidel Castro y de Hugo Chávez, está consolidando el inicio de un Siglo XXI con cimientos verdaderamente democráticos para el continente de Simón Bolívar y de José Martí.
albmul@bellsouth.net
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