LA GRAN VERDAD DE HUGO CHAVEZ
Por Yaxys D. Cires Dib
Hugo Chávez ha dicho en varias ocasiones que los presidentes van "de cumbre en cumbre y los pueblos de abismo en abismo". Poco le habrá costado al presidente venezolano llegar a esa gran verdad cuando solamente tiene que mirar la realidad de su propio país.
Desde su llegada al poder, Chávez ha mantenido un discurso de corte populista basándose en la vieja reivindicación de la soberanía nacional sobre los recursos naturales y en un lenguaje antiliberal no muy distinto al del más recalcitrante de los ayatolás. Con los precios del petróleo subidos por las nubes, el gobierno venezolano se ha convertido en uno de los más ricos de la región. Sin embargo, si evaluamos siguiendo su propia lógica demagógica, suponiendo que ciertamente el bienestar del pueblo depende de su poder sobre los recursos naturales, concluiremos que ninguno de sus consejos o supuestas buenas intenciones se ha transformado en mejores condiciones para el ciudadano común. En Venezuela observamos un gobierno rico y un pueblo pobre. Un gobernante que asiste a cuanta cumbre hay y un pueblo padeciendo una difícil situación.
Anualmente el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo presenta el informe de Desarrollo Humano, documento realizado sobre la base de cuestiones claves del desarrollo, más allá de los índices macroeconómicos y teniendo en cuenta aspectos más relacionados con (y por tanto más comprensibles a) el ciudadano común. Todos los estados aparecen listados en el Informe, encabezados por los que mejor índice tienen. En el de 2005, Venezuela ocupó el lugar 75 de la lista, después de Barbados, Argentina, Chile, Uruguay, Costa Rica, México, Cuba, Panamá, Trinidad y Tobago, Brasil, Granada, Antigua y Barbuda, Granada, Colombia y Dominica. Además, se nos informa que en 2003 – Chávez asume en 1999- el 15% de los venezolanos vivía con menos de un dólar diario y un 32% con menos de dos.
Por otro lado, según la Comisión Económica para América Latina, en 2002 el 48,6 % de la población venezolana vivía bajo la línea de la pobreza y el 22,2 % por debajo de la línea de la indigencia. La CEPAL estima que en 2005 el 18,9 % de los venezolanos se encontraron en la extrema pobreza. En cuanto a la situación laboral, la Comisión expresa que en 2003 –faltan los datos de 2004 y 2005- el desempleo se ubicó en un 16,8 %.
A la situación reflejada en estos informes habría que sumar las denuncias por acoso a opositores y a medios de comunicación que discrepan con el gobierno (tal y como lo ha expresado Amnistía Internacional en su reciente Informe sobre Derechos Humanos en el mundo), el aumento de la violencia, robos y secuestros, así como los escándalos de corrupción y la desidia en la administración pública.
En abril, Alfredo Keller y Asociados realizó una encuesta sobre la gestión del presidente Chávez, cuyos resultados no deben sorprendernos. La pregunta fue: “¿Cómo está trabajando el Presidente Chávez para resolver estos problemas?".
En el tema de la delincuencia, 21% dijo que el problema sigue igual y el 67 % que ha empeorado. En corrupción, el 37% dice que sigue igual y el 39% dice que ha empeorado. En el tema empleo, el 27% dice que sigue igual, mientras el 45 % dice que ha empeorado. Algo parecido sucede con otras cuestiones.
Muchos son los datos que corroboran la precaria situación en la que el autoproclamado defensor de los pobres ha metido a su pueblo. La "verdad" contenida en su "sabia" frase es de grandes proporciones. Y tan grande como ella es el abismo en el que quiere meter a su país. Suerte que a pesar de la inconsistencia de Insulza y su OEA, de las hipócritas posiciones de presidentes como Kirshner o de la ceguera pueril de otros, hay muchos políticos y ciudadanos que se dan cuenta de quién es realmente Chávez y están dispuestos a impedir que su "gran verdad", la de las cumbres y los abismos, impere en Latinoamérica.
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home