TREINTA DÍAS SIN FIDEL CASTRO
Treinta días sin Fidel
Por Pablo Alfonso
El Nuevo Herald (Oct. 18)
''Fidel dedicó buena parte de su encuentro con el doctor Palacios, reconocido cardiólogo en su país, a conversar sobre el desarrollo de la Operación Milagro, por la cual ya han sido operados de la vista 6,440 pacientes ecuatorianos, la mayor parte de ellos en los dos centros oftalmológicos abiertos con la colaboración cubana en los Estados de Guayaquil y Cotopaxi'', explicó el órgano oficial del Partido Comunista de Cuba.
Intento fallido --dicho sea de paso--, de influir en las pasadas elecciones presidenciales ecuatorianas, en favor del candidato de la izquierda Rafael Correa, bajo el manto de un demagógico altruismo diseñado por la diplomacia conjunta cubano-venezolana.
Despúes ha sido el silencio. No más fotos, ni videos, ni cartas, ni declaraciones.
Como era de esperar treinta días sin Fidel, habitualmente omnipresente en los medios cubanos de información por casi medio siglo, abren las compuertas a todo tipo de especulaciones. Sobre todo, después de una riesgosa intervención quirúrgica que lo obligó a ceder ''provisionalmente'' sus cargos a su segundo en todo, el general Raúl Castro.
No hay especulación alguna en afirmar que la convalescencia de Castro y su verdadera enfermedad es ''un secreto de Estado''. Así lo ha reconocido el propio régimen. En consecuencia, la ausencia de noticias respecto a su actual estado de salud es también ``un secreto de Estado''.
Lo cierto es que dos meses y 18 días de su ausencia material del gobierno, la mecánica del poder, en su ejercicio cotidiano, transcurre sin alteraciones significativas. Al parecer los cubanos se han habituado ya, sin sobresaltos, a su salida del escenario público.
Por su parte, Castro ha podido asistir en vida a lo que fue una especie de tributo funerario cuando se publicó la noticia de su grave enfermedad. Ya se escribieron los elogiosos artículos de rigor, las reseñas históricas, los actos de homenaje, algunos seguramente derramaron sus lágrimas y otros se regocijaron en silencio, mientras en el exilio se celebró sus despedida.
Al mismo tiempo, su ausencia mediática quizás sirva para que sus opositores internos, repitan en voz baja aquella controvertida canción de Silvio Rodríguez: ``ojalá se te acabe la mirada constante/la palabra precisa, la sonrisa perfecta/ojalá pase algo que te borre de pronto/una luz cegadora, un disparo de nieve/ojalá por lo menos que me lleve la muerte/para no verte tanto para no verte siempre/en todos los segundos y en todas las visiones/ojalá que no pueda tocarte ni en canciones.
¿Qué hay detrás de esa ausencia? Según la revista Time, Castro padece de un cáncer terminal; y el diario mexicano El Universal precisó que padece de un cáncer en el páncreas y en el cólon. Afirmaciones desmentidas por Raúl Castro, que a tono con la obsesión de la cúpula gobernante cubana, las atribuyó erróneamente a ``la prensa de Miami''.
Por lo demás todo parece que marcha bien en la isla. Según Rafael Hernández, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de La Habana, analista político, y editor y fundador de la revista cubana Temas, el actual proceso político en la isla permite concluir con tres corolarios.
''El primero es que este nuevo gobierno --sea transitorio o permanente-- es tan legítimo como el que ha presidido el país desde 1959. El segundo es que el artífice de la anunciada transición post-Fidel Castro, de su diseño y puesta en práctica ha sido él mismo, y que los actores de ésta son los de la isla, no los de Washington o Miami. El tercero es que un relevo gubernamental ordenado y pacífico, siguiendo las reglas del sistema, parece recibir el consenso de la mayoría de los cubanos, incluidos santeros e Iglesia Católica'', apuntó Hernández en un interesante artículo publicado en el último número de la revista académica estadounidense Foreing Affairs.
Hernández, actual Profesor Invitado de Estudios Latinoamericanos en el Centro de Desarrollo Internacional de la Universidad de Harvard, agrega otro interesante punto en su artículo al señalar que: ``Si los recursos del liderazgo de Fidel... no están cifrados en un puesto público, es lógico que, mientras él respire, su influjo se haga sentir. Es esperable que en áreas como las relaciones exteriores, particularmente en las existentes con Estados Unidos, el gobierno cubano mantenga su línea. Sin embargo, no habría que considerar como cosmética o de menor cuantía la significación de este cambio. No es así para los cubanos en la isla, como tampoco lo es en su interacción con el norte''.
Por mi parte, creo que el aparente consenso para la sucesión institucional en Cuba, no es más que la parte visible de un iceberg que aflora prudentemente a la superficie. En su seno profundo subyacen realidades más complejas. Pienso que la nomenclatura castrista podría repetir con Borges: ``no nos une el amor, sino el espanto''
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home