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martes, enero 30, 2007

CUBA, CRECIMIENTO NO SUSTENTADO

Cuba, crecimiento no sustentado
Por Oscar Espinosa Chepe
LA HABANA, Cuba - Enero (www.cubanet.org) - Nuevamente las autoridades cubanas asombran al mundo al anunciar un estratosférico crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) en 2006. Si en el 2005 el aumento fue del 11,8%, el pasado año ascendió a 12,5%. Esto representa un engrosamiento del PIB del 25,4% acumulado entre enero de 2005 y diciembre de 2006, algo inusual y posiblemente un record planetario, que quizás ni países como China han podido lograr.
Si fuera cierto, nos congratulamos. Pero todo indica que hay un alto grado de virtualidad en esta cifra, al no corresponder con lo que se percibe en el país, donde los problemas, en lugar de resolverse, se agudizan.
En adición de lo que nos pueden decir los sentidos, las cifras que el gobierno brinda sobre el avance de determinadas ramas de ningún modo coinciden con esos impresionantes crecimientos. El 2005 estuvo plagado de cortes eléctricos, e incluso las estadísticas reconocen que la producción de energía descendió, al igual que varias importantes ramas como la agricultura y la producción azucarera. Difícil es compatibilizar un crecimiento del 11,5% con menos generación de electricidad.
En 2006, la historia se repite corregida y aumentada. Ahora el PIB alcanza un 12,5% de incremento y, si se excluyeran los servicios y el comercio del cálculo de este indicador, la economía creció un 9,5%, según el señor José Luís Rodríguez, ministro de Economía y Planificación. Sin embargo, resulta muy difícil concebir estos impresionantes datos cuando se conoce que el pasado año el sector agrícola decreció un 7,0%, con caídas sustanciales en la producción de viandas, frijoles, maíz, hortalizas, cítricos y la cosecha de la caña, a pesar de las excelentes condiciones climatológicas. La producción de azúcar fue de 1,2 millones de toneladas, según cifras extraoficiales, la peor en más de 100 años.
El turismo, un elemento fundamental de la economía cubana, tampoco creció. Por otra parte, los crecimientos obtenidos en la industria manufacturera se estiman en 2,0% y un 1,5% en la minería. Para tratar de justificar el incremento se habla de ampliación de la colaboración en salud con Venezuela, pero se soslaya que el envió de profesionales a ese país ha significado la reducción de los servicios en la isla cuantitativa y cualitativamente, un fenómeno observable también en el sector educacional.
En las cifras brindadas por las autoridades cubanas se sigue insistiendo en que el desempleo es de sólo 1,9%, lo que está totalmente en contradicción con lo apreciado en cualquier esquina o plaza de las ciudades y pueblos, a toda hora con personas en edad laboral merodeando. Esto se une a centros de trabajo atiborrados de personal innecesario, lo que contribuye a la indisciplina laboral, bajos niveles de eficiencia y productividad, y salarios reales que no alcanzan para vivir.
Llama la atención el silencio sobre el nivel de inflación en los parcos informes presentados a la Asamblea Nacional este año, que la Comisión Económica para América Latina y el Caribe de Naciones Unidas (CEPAL) anuncia conservadoramente en 5,5%. Porcentaje que debe ser muy superior, quizás de dos dígitos, considerando que el precio del kilowatt se multiplicó varias veces a partir de enero de 2006, al igual que las tarifas de viajes interprovinciales por ómnibus, aumentadas a mitad de año, sin olvidar los incrementos de precio a los alimentos y otros productos y servicios, provocando que los efectos de las alzas de salarios y pensiones en 2005 fueran anulados y que la tasa de interés pagadas en los bancos a las cuentas corrientes quedaran muy por debajo de la tasa de inflación, depreciándose sustancialmente los ahorros.
El saldo de la balanza de pago en cuenta corriente pudo tener el resultado positivo de 141 millones de dólares gracias a la subvención venezolana, confirmándose la dependencia respecto a ese país. No obstante, se reafirmó el deterioro del intercambio comercial de bienes con un crecimiento superior de las importaciones en relación con las exportaciones, a pesar de los excelentes precios existentes para níquel y el azúcar; por cada dólar vendido al exterior se compran cuatro.
La propaganda oficial enfatizó la terminación de 100 mil viviendas en el año 2006, luego de un período de estancamiento, pero gran cantidad corresponde a obras paralizadas desde hacía años, por lo cual el éxito es bastante relativo.
En cuanto al supuesto avance alcanzado en reducir la relación entre el déficit presupuestario y el PIB a un 3,2%, los elementos ofrecidos son pocos confiables, pues el cálculo se efectúa sobre la base de un PIB virtual y sin ninguna sustentación. Aunque la señora Georgina Barrero Fajardo, ministra de Finanzas y Precios no dio la cifra exacta del déficit, éste ya debe rondar los 2,0 miles de millones de pesos, en un país con un incremento del 6,0% de los niveles de liquidez monetaria en manos de la población, de acuerdo con CEPAL. Estos factores pudieran elevar las presiones inflacionarias en 2007.
Las perspectivas para el año en curso parecen inciertas, dado el giro de los acontecimientos en Venezuela y los reacomodos de los precios del petróleo a niveles más bajos. A esto se suma los nuevos compromisos que esa nación está estableciendo con otros países, lo cual pudiera provocar un reajuste de la subvención a Cuba, con consecuencias catastróficas para nuestra economía debido a la alta dependencia existente.
En 2006 varias entidades de Naciones Unidas, entre ellas CEPAL y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), no aceptaron las cifras estadísticas sobre el desarrollo de Cuba brindadas por el gobierno, por sus evidentes contradicciones y falta de credibilidad. Es muy probable que la historia se repita en 2007, debido a datos aún más inconsecuentes e irracionales.

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