BARACUTEY CUBANO

EL TRISTE

Por Iliana Curra.

De personajitos simpáticos y extravagantes estamos llenos en esta ciudad de Miami. La verdad es que, a pesar de todo, uno se recrea un poco viendo a quienes han tenido cierta posición un día, y al otro día cambian de parecer. Algo así como un camaleón ideológico, a pesar de que lo niegan con la misma fuerza con que mienten. ¡Qué triste!

Pero, hay una persona que tiene la capacidad de estar en todos los programas, televisivos o de radio. En ocasiones se auto-invita, porque su obsesión por las cámaras y los micrófonos es realmente sorprendente. Quizás el periodismo local ha desaprovechado un talento que, desafortunadamente, se inclinó por la política.

Estoy hablando de Joe García. Sí, el mismo que hundió a la Fundación Nacional Cubano Americana, una organización que en tiempos de Jorge Mas Canosa trazó las pautas en la lucha contra la dictadura castrista. ¡Qué pudo importarle! Las razones que lo han movido por todos estos años son, puramente políticas. Más bien, politiqueras.

Y ahora, convertido en un sargento político del Partido Demócrata, anda y desanda por Miami buscando desacreditar a quienes no han cambiado su posición radical contra el régimen. ¡Es triste!

Joe García: “la esperanza” de Alejandro Armengol, el mismo Armengol aliado de Joe que exigía enviar calzoncillos a Cuba, carente de la capacidad de llenar los suyos.

Quien un 21 de septiembre, el mismo día del cumpleaños de Jorge Mas Canosa, decidió cerrar La Voz de la Fundación, el proyecto favorito de Jorge, además de pagar cheques sin fondo a sus empleados.

El que, de forma despreciable ha dicho que: “a los viejitos del restaurante Versailles, en la calle, 8 sería mucho más efectivo pagarles el pasaje y que fueran a hablar boberías al Parque Central de La Habana”.

Es el mismo que afirma que “el 90% de la disidencia en Cuba favorece el levantamiento de las restricciones de los viajes”. Quizás si hablara con la oposición tuviera otra opinión al respecto.

Pero, es triste, frase acuñada en cada una de sus diarreas verbales. Es triste tener que reconocer que, alguien que pudo haber hecho algo mejor con su carrera política, tenga que plegarse a doctrinas diferentes, muy diferentes a las que debió haber aprendido de Jorge Mas Canosa. Es triste que insulte a los “viejitos” de Miami, muchos de los cuales han dado lo mejor de sí para levantar una ciudad repleta de exiliados que, su gran pecado, ha sido querer regresar a una Cuba libre.

Es triste que se olvide que, más allá de ese exilio histórico, hay también muchos jóvenes recién llegados involucrados en esta lucha, pero que, en su ego politiquero, olvida siempre mencionar.

Sí, es triste. Es muy triste tener que gastar las energías contra alguien que, lo único que aspira en su vida, es a un puesto político importante. Que Cuba le importa menos que nada, pero la utiliza para su intento de llegar.

Es triste tener que soportarlo todo el tiempo hablando sandeces y apoyando a defensores de la tiranía que ocupan su espacio radial contra el exilio. Sí, es triste, demasiado triste intentar llegar después de haberse esforzado en engañar a todos.

De nada te ha valido, Joe García, el triste que un día quiso ser feliz, pero no pudo porque la historia le pasó la cuenta.