CUBA, EL PAÍS DE LA ETERNA ESCASEZ
'ANTE LA FALTA DE CASAS LAS FAMILIAS DECIDEN NO TENER HIJOS'
El Gobierno admite que 8,5 de cada 10 casas necesita reformas. (Foto: EFE)
Actualizado jueves 21/08/2008
ESTEFANÍA VELASCO
MADRID.- Para aquellos que desconocen el funcionamiento del régimen cubano, entender cómo opera el sector inmobiliario en el país puede resultar intensamente difícil. Poco tiene que ver con la ley de la oferta y la demanda a la que estamos acostumbrados en España -"tú me ofreces una cantidad por el inmueble y yo acepto, o no"- y en donde el especulador pulula en ocasiones sin ton ni son.
En la isla, tanto la construcción de las viviendas como el establecimiento del precio de las mismas es una labor que se lleva a cabo exclusivamente a través del Gobierno sin que ninguna empresa privada y, mucho menos con influencias y capital exranjero, pueda actuar en el sector. Es el Ejecutivo el que actúa, a través del Instituto nacional de la Vivienda (INV), organismo dependiente del Ministerio de la Construcción, y decide dónde y cuántas casas construir.
(El Gobierno admite que 8,5 de cada 10 casas necesita reformas. (Foto: EFE) )
"Eso sí, una vez que se han levantado los pisos, estos se adjudican a las familias con más necesidades: a los que tienen muchos hijos, a los que tienen a su cargo un familiar enfermo o personas mayores..." comenta Ángel Tomás González, un periodista cubano residente en La Habana. "Una vez que la persona entra a vivir en el inmuelbe y sólo si es de nueva construcción, el propietario tendrá que pagar el 10% de sus sueldo hasta que salde su deuda con el Estado", añade. "Claro, es un mínimo por los costes de la construcción".
En la República de Cuba el 80% de la población es propietaria de algún inmueble, pero no pueden venderlos ni hipotecarlos a su antojo. "La única opción que se les facilita es la de la permuta de viviendas similares entre cubanos, familias que deban trasladarse de residencia (normalmente por motivos laborales) y tengan que cambiar su casa con otra familia en su misma situación", dice José Luis Lancho de León, Consejero Económico y comercial de la Embajada de España en La Habana.
Conscientes de la problemática que la escasez de pisos suponía para el país, no sólo por la proliferación de nuevas zonas chabolistas en el área metropolitana de las grandes ciudades, sino por el creciente éxodo de las zonas rurales a las metrópolis, el Gobierno inició un plan de construcción de casas que alcanzó su cenit en 2006.
Fue este año cuando, según el informe 'La Construcción y su desarrollo' elaborado por la Dirección de Industrias de la Oficina Nacional de Estadística, se llegó a 111.373 casas construidas y más de 22.000 mejoraron sus infraestructuras. Sin embargo, el pasado 2007 y a pesar de haber programado la edificación de 70.000, la cifra fue de 52.607.
Según indicó 'Granma', uno de los diarios oficiales del régimen, hasta mayo pasado, de las 50.000 casas previstas para 2008, se terminaron 18.521 (el 37% de lo propuesto) y se realizaron 133.049 acciones de conservación y rehabilitación (el 53% de lo planificado en este tipo de obras).
Pero a pesar de los esfuerzos del régimen por paliar la falta de casas, el problema de la vivienda sigue siendo uno de los que más afectan a la vida cotidiana de los cubanos. Según los últimos datos oficiales, el déficit de alojamientos asciende a 600.000 casas y, además, el gobierno reconoce que 8,5 de cada 10 inmuebles con más de tres pisos en elpaís necesita alguna obra de reparación.
"El 60% de las familias pueden llegar a suma hasta cuatro generaciones conviviendo en un mismo hogal porque no tienen casa donde vivir. Claro, eso hace que muchas parejas se planteen tener hijos. Ya somos el segundo país más viejo de América Latina después de Uruguay, pero se calcula que para 2025 seremos el primero y el acceso a una casa tiene mucho que ver en esto", comenta González. "Además, esta escasez de viviendas también es una de las causas generadoras de la migración en masa", añade.
La odisea de nacer cubano y conseguir una casa
Conseguir un hogar en propiedad en la isla -dos como mucho porque la Ley cubana no permite ser pooseedor de más de dos alojamientos: el permanente y otro para el veraneo-, puede resultar un proceso excesivamente lento.
Las vías mediante las cuales un ciudadano puede acceder a una vivienda son tres: la que se inicia en el centro de trabajo a través de su sindicato, mediante las microbrigadas -grupos organizados de empleados que abandonan temporalmente sus puestos laborales para participar en la construcción de casas- y la edificación por cuenta propia, en la que el Estado facilita los materiales necesarios y el terreno si es necesario a un coste muy bajo.
De estas modalidades, la tradicional y más demandada es la que parte del propio centro de trabajo. Cuando un ciudadano cubano (hay que recordar que la mayoría de ellos trabajan para el Estado) desea acceder a la bolsa de vivienda, tendrá que acudir al sindicato del centro y solicitar un hogar. A partir de ese momento y en base a unos criterios sociales, tendrá que esperar a que le sea asignado su hogar.
Según la Oficina Nacional de Estadísticas, el número total de viviendas terminadas por el sector estatal y cooperativo, en 2007 supuso el 75,2 % del total. "Una persona se puede hacer muy vieja esperando que le den una casa. Por eso, lo que está intentando la gente es, no construirse una vivienda nueva, porque eso es muy costoso, sino acoplar habitaciones o pisos superiores a las casas que ya poseen.
Pero incluso esto es complicado porque para poder hacerlo se necesita un permiso urbanístico, tiene que aprobarlo el arquitecto de la zona, el abogado... y nunca se podrá construir nada que contraste con la imagen paisajística existente", comenta Ángel Tomás.
La otra cara de la moneda
Ante la precaria situación existente para los nativos del país, un extranjero lo tiene mucho más fácil a la hora de encontrar un hogar en el que vivir. Para ellos, el alquiler sí es una opción viable, incluso es la más ofrecida en la mayoría de los casos. "Si el Ministerio de Energía necesita una persona para trabajar le van a ofrecer un hogar de una bolsa de viviendas destinada concretamente a estas personas que van a Cuba a trabajar. Lo mismo pasa con los médicos, por ejemplo", dice González.
"Es paradójico que en Cuba el metro cuadrado alcance en muchas zonas a Nueva York. Para estas personas sí que existen inmobiliarias especializadas, para ellos, para los extranjeros. Pueden pagar por un piso entre 2.000 y 3.000 euros al mes de alquiler", añade.
Inversión extranjera en el sector
El país no cuenta con una inversión extranjera en el sector inmobiliario. Al margen de una promoción de casas que se construyeron en 1998 y que iban destinadas a la compra o alquiler exclusivamente por extranjeros y en la que sí participaron empresas no cubanas, no ha habído intrusión extranjera en el sector cubano de la construcción. El gobierno presidido por Raúl de Castro no ha autorizado más negocios de este tipo.
El gobierno venezolano es uno de los privilegiados que, en colaboración con el Gobierno cubano, ha participado en la construcción de viviendas en el país. Son las 'petrocasas', un tipo de vivienda construida con materiales básicos extraídos del crudo. Según especialistas cubanos, las 'petrocasas' son inmuebles de gran durabilidad y suponenen unos costes de edificación menores que las viviendas tradicionales.
Las primeras edificaciones de este tipo fueron inauguradas en la ciudad de Cienfuegos, a unos 250 kilómetros al sudeste de La Habana en diciembre de 2007. A comienzos de abril del presente año, los medios de comunicación anunciaban la construcción de otras 100 viviendas similares a las de Cienfuegos en Santiago de Cuba.
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home