sábado, septiembre 13, 2008

EL GRAN HURACÁN

El gran huracán


Por Adolfo Rivero Caro

Cuba se ha visto afectada por la catástrofe natural más devastadora de su historia. Dos huracanes de gran intensidad han azotado la isla con pocos días de diferencia. ¿Qué podemos hacer los cubanoamericanos en el exterior? Mandar toda la ayuda posible, por supuesto, a través de Cáritas y otras organizaciones internacionales. ¿Qué puede hacer el gobierno americano? Este confronta el hecho de que la dictadura cubana --como la de Corea del Norte o la de Birmania-- nunca ha tenido escrúpulos en robarse la ayuda o venderla en el exterior. En este sentido, es importante tener en cuenta varios fenómenos difíciles de comprender porque son contraintuitivos. El primero es que lo que es malo para el pueblo cubano es bueno para la dictadura de los Castro. Reflexionemos. Para el pueblo, esto ha sido una tragedia sin paralelos. ¿Lo ha sido para el gobierno? Por supuesto que no. La nomenklatura no sufre, a ningún nivel, los efectos de esta tragedia. Todos tienen abastecimientos asegurados y generadores propios. Pero ahora, súbitamente, pueden achacarles todos los enormes problemas de un país arruinado a los ciclones. No sólo eso. En Cuba lo único que funciona con un mínimo de eficacia son las fuerzas armadas. Y esto incluye a la defensa civil. Por consiguiente, ahora todos los partes sobre los daños están unidos a referencias al exitoso papel de la defensa civil. Algo real y experimentado por la población. De aquí que los partes del gobierno sobre la catástrofe tengan un absurdo matiz triunfalista.

Lo que la dictadura no dice es que todo el país estaba devastado antes de los ciclones. Miles de viviendas ahora derribadas por los huracanes se estaban cayendo solas antes de los mismos. Por no hablar del lamentable estado de toda la infraestructura económica de la isla. ¿Hay alguna estructura o servicio que no estuviera gravemente afectada antes de los ciclones? En Pinar del Río, Ike sólo reforzó los daños provocados por Gustav, pero en toda la isla ambos ciclones sólo reforzaron los daños provocados por el huracán categoría 5 que ha devastado históricamente a nuestro país: el huracán del comunismo, el ciclón Castro.

Hace 50 años, Cuba era uno de los países más desarrollados y prósperos de América Latina. Hoy es uno de los más atrasados (sólo una ínfima minoría, por ejemplo, tiene acceso a la internet) y de los más pobres. En numerosos renglones se ha equiparado con Haití. Probablemente la diferencia fundamental sea que, en Cuba, las fuerzas armadas y los órganos represivos tienen un alto nivel de eficiencia. Y que el pueblo cubano envidiaría los mercados haitianos. Estos son hechos, no afirmaciones tendenciosas.

Es por esto que los que concentran sus esfuerzos en la liquidación de la dictadura comunista tienen toda la razón. Imaginemos que a Cuba llegue una ayuda masiva y que sea el gobierno el encargado de distribuirla. Su primera prioridad va a ser ayudar a su base social. Por consiguiente, una parte sustancial de la misma va a ir directamente a los almacenes estratégicos de las fuerzas armadas y el Ministerio del Interior. ¿Qué sucederá con el resto? En las condiciones normales de Cuba, cualquier caja de alimentos tiene un enorme valor. Es prácticamente irresistible la tentación de apoderarse de las mismas para beneficio propio, a todos los niveles del sistema de distribución. Es obvio que ninguna ayuda es suficiente, ni lo será nunca, mientras persista el totalitarismo y la generalizada corrupción que éste genera.

Es inadmisible querer legitimar la dictadura y coexistir pacíficamente con ella como pretende gran parte de la izquierda mundial. Como es lógico, parte de esa política ha incluido el levantamiento del embargo. Es por eso que comprendo, y he compartido, la oposición a cualquier levantamiento temporal del mismo. Sin duda sería aprovechado para tratar de hacerlo permanente. Ahora bien, la efectividad del embargo es otro problema, que requiere una discusión aparte. Lo que quiero plantear es que, en las excepcionales circunstancias que vive actualmente el pueblo cubano, estoy de acuerdo con un levantamiento temporal del embargo para que el gobierno americano pueda brindar la masiva ayuda que el pueblo cubano necesita desesperadamente. Estoy consciente de que se van a robar la mitad de cualquier ayuda. Es terrible, pero irremediable. Pero, independientemente de lo que se pueda hacer llegar a la población, me interesa que el pueblo cubano pueda percibir la voluntad del gobierno de Estados Unidos. Y que perciba, con la misma claridad, que el gran obstáculo para la reconstrucción del país es la dictadura. Los requisitos exigidos por el gobierno americano para proporcionar auxilio, aunque totalmente justificados, les permiten a los Castro presentar al gobierno de Bush como insensible a los padecimientos de nuestro pueblo. Y eso me disgusta y preocupa.

Esto no significa que esté de acuerdo con el popular llamamiento a unirnos ''dejando atrás las diferencias ideológicas''. No es posible dejar atrás las diferencias ideológicas. No es posible ignorar la diferencia entre comunistas y demócratas. Algunos de nuestros analistas de izquierda insisten en ''los errores de ambas partes''. No creo que sea su intención, pero establecen una equivalencia. Y eso es inadmisible. Nuestra comunidad, como cualquier otra comunidad democrática, no tiene una sola voz. Es legítimo argumentar contra una posición política, pero pretender unificarlas negativamente a todas es adoptar la misma posición de la dictadura cubana. Y eso es profundamente falso. Independientemente de los errores de uno u otro grupo, el gran ciclón que ha devastado a Cuba es el ciclón Castro, el mortífero huracán del comunismo.
www.neoliberalismo.com

1 Comments:

At 9:39 p. m., Anonymous Anónimo said...

Caro Caro:
Conforme al significado de su apellido en italiano, con el mayor respeto, Señor, esas posiciones son las que definitivamente afectan a Cuba.
"Homo homini lupus"
El César en su cama dictadorial, porque ya parece que no se sienta a molestar, pero sigue dándole al pueblo cubano, ese de apellido castrense, ese Señor de adentro y los de afuera siguen tirando la cuerda en sentidos contrarios y los de Alcatraz -lease Cuba- cada día más..., bueno ya sabemos, como hablaría algún que otro cubano, l@s que padecen en aquel campo de concentración masivo del comunismo, l@s que nos duelen, pero al dinosaurio militar no le falta la energía ni el alimento ni el medicamento, no le falta un largo etcétera, pero a l@s que les falta, están como los gladiadores del circo romano, esperando a que el César y sus invitados de afuera levanten el pulgar para recibir lo que necesitan.
Los jinetes apocalípticos mundiales los hacen esperar, los poderes se reunen en el Sanedrin: la Iglesia, la Banca, el Ejército y los Medios de Difusión Masiva, todos muy bien alimentados, recién bañados, etc, para ver como terminan de ponerse de acuerdo para enviarle la ayuda al pueblo de Cuba, cuando llegue la ayuda, el Mesías ya estará crucificado, lo habrán crucificado, t-o-d-o-s los que por un problema de orgullos políticos, no se ponen de acuerdo.
Hablan de mafia, han engañado al mundo entero, víctimas de una conspiración mundial, los poderes se burlan de todos los pueblos, ¡Qué pesar!, pero bueno Dios sabe como hace las cosas, pero al mundo entero lo tienen entretenido para seguir disfrutando.
Esperemos un nuevo amanecer
Felix Gomez
fgomez650213@hotmail.com

 

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