lunes, octubre 20, 2008

UN GUERRERO LLAMADO McCAIN

UN GUERRERO LLAMADO McCAIN



Por Alfredo M. Cepero



Fuentes cercanas a la campaña del candidato presidencia l Barack Obama han dado cuenta en la última semana de una gigantesca fiesta de la victoria que tendría lugar en los lujosos salones del exclusivo Hotel Waldorf Astoria en Nueva York. Algo así como la coronación del Mesías anunciado por el corrosivo Louis Farrakhan y adorado por la diva Oprah Winfrey. El hecho es que embriagados por lo que consideran una victoria rotunda en el último debate televisado y por los resultados favorables a su candidato de varias encuestas de opinión pública se han olvidado de que el único veredicto inapelable y final es la opinión del pueblo norteamericano expresada en las urnas. Y eso no tendrá lugar hasta el martes cuatro de noviembre. Toda una eternidad en el volátil panorama de las campañas políticas. Corren además el riesgo de que, a pesar del tono populista de su propaganda, Obama sea visto como el demagogo que, por una parte hace ostentación de compasión ante la crisis financiera de la nación, y por la otra, hace ostentación de vanidad y se muestra totalmente insensible a las penurias y angustias del pueblo al que le pide que lo nombre su comandante en jefe. Además, existe una razón poderosa por la cual estamos convencidos de que la organización de estos festejos ha sido prematura. Esa razón se llama John McCain. A diferencia de su adversario, McCain jamás ha izado la bandera blanca como lo demuestra su historia de crecerse ante la adversidad.

LA FARSA DE LAS ENCUESTAS Y EL MITO DE LA PRENSA.


Quienes siguen de cerca las campañas electorales están conscientes de que las encuestas tienen un valor relativo a la hora de vaticinar los resultados de las elecciones. A manera de ejemplos, basta citar las aplastantes derrotas sufridas por Michael Dukakis y John Kerry a manos de Bush padre el primero y de Bush hijo el segundo. Dos semanas antes de la fecha de las elecciones los perdedores aventajaban por cifras de dos dígitos a los candidatos que resultaron triunfantes. Para complicar aún más los pronósticos nos encontramos con el llamado Factor Bradley. Dicho factor se refiere al fenómeno por el cual resultó derrotado el candidato negro Tom Bradley en su aspiración a la gobernación del Estado de California en 1982, a pesar de que todas las encuestas lo daban como ganador. Se concluyó que, ya sea por hipocresía o por temor, los encuestados de la raza blanca dijeron una cosa a los encuestadores e hicieron otra diferente a la hora de votar.

Por otra parte, y para sorpresa de muy pocos familiarizados con la política norteamericana, en la última semana prestigiosos medios de prensa como The New York Times, The Los Angeles Times, The WashingtonPost y The Chicago Tribune anunciaron su respaldo a la campaña del candidato demócrata. Sin embargo quienes apoyamos a McCain no tenemos razones para perder el sueño. La realidad es que entre 1952 y el 2004 solamente cinco de los catorce candidatos apoyados por la prensa de circulación masiva resultaron victoriosos. En nueve ocasiones el pueblo se negó a ser confundido por la elite que aspira a determinar los resultados electorales, con opiniones pero sin votos, y voto a favor de los nueve candidatos que resultaron triunfadores a pesar de la hostilidad de la prensa.

UN ATAQUE EN DOS FRENTES.


Todo parece indicar que, después del último debate, la campaña de McCain concentrará su ataque en dos frentes distintos y con temas específicos y definidos. El candidato McCain pondrá énfasis especial en tres temas cruciales para la nación norteamericana en estos tiempos de turbulencia económica y confrontación militar, a decir, impuestos, gastos e independencia energética. Obama ofrece la gastada fórmula socialista de mas impuestos para sufragar las promesas que hizo antes de esta debacle económica, mas gastos con su trillón de dólares en nuevos programas y continuación de la dependencia energética con su negativa a explorar frente a las costas y sus reticencias en cuanto a la forma de disponer de los desechos de las plantas de energía nuclear.

Por su parte, McCain dirá que su adversario se verá obligado a violar partes vitales de sus promesas de campaña. Para sufragar el trillón de dólares en nuevos gastos Obama tendrá que aumentar los impuestos y si no aumenta los impuestos no contará con fondos para cumplir sus promesas de nuevos programas. Un verdadero callejón sin salida que, sin dudas, traería consigo una economía raquítica donde quedaría atrapado el pueblo norteamericano. Como contraste, la fórmula de McCain se compromete a no crear nuevos impuestos, a mantener en su lugar las reducciones impositivas del 2001 y el 2003, a congelar los gastos del gobierno federal durante el primer año de su gobierno y a utilizar todas las opciones, desde la exploración petrolera hasta la construcción de nuevas plantas nucleares, para lograr independencia energética y garantizar la seguridad nacional. Todas ellas medidas conducentes a la reactivación de la economía estimulando la proliferación de nuevas empresas y el crecimiento de los niveles de empleo.

El otro frente estará a cargo del Comité Nacional Republicano y de las llamadas organizaciones 527. En el mismo se pondrá énfasis en las alianzas oportunistas de Obama con organizaciones como la fraudulenta Asociación de Organizaciones Comunitarias para la Reforma Inmediata (ACORN), sus alianzas subversivas con terroristas como William Ayers y su propio pariente el comunista keniano Raila Odinga, sus estrechas y prolongadas relaciones con agitadores sociales como el pastor Jeremiah Wright y el Padre Michael Pfleger y sus negocios escondidos con delincuentes condenados y confesos como Tony Rezko. Desde luego que sus partidarios y la prensa parcializada empeñada en hacerlo presidente sin ningún pudor y contra toda lógica dirán que esto constituye un asesinato infundado de su carácter. Lo cierto es que un hombre carente de carácter, juicio y sentido común no puede ser el piloto que aterrice en aeropuerto seguro la nave de la nación norteamericana en estos tiempos de turbulencia y peligro. Ese piloto se llama John McCain y sus atributos y capacidad han sido demostrado a lo largo de toda una vida de servicio y amor a su patria.

EL REGRESO DEL GUERRERO


Después de un débil inicio de campaña, acentuado por la diferencia descomunal en recursos económicos entre los candidatos, y de dos debates carentes de colorido por deficiencias de ambos, McCain comenzó su intensa ofensiva en el tercer debate y desde ese momento ni ha dado ni ha pedido cuartel. Para nuestra satisfacción y esperanza del pueblo que lo admira y respeta nos encontramos de nuevo con el guerrero temerario y valiente del Hanoi Milton.

Este es el mismo McCain que se ha enfrentado seis veces a la muerte física y dos veces a la muerte política y en todas las confrontaciones salió victorioso. En 1959, el joven McCain sobrevivió el acuatizaje forzoso de su aparato de entrenamiento en las aguas de la Bahía de Corpus Christy, en Texas. Tuvo la misma suerte en 1965 cuando su avión se sumergió accidentado en las aguas de Tidewater en el estado de Virginia. Estuvo a punto de morir quemado en 1967 durante el incendio del portaviones Forestal donde murieron 134 de sus compañeros. Se burló una vez mas de la muerte cuando en el mismo 1967 su Skyhawk fue derribado por un proyectil de tierra a aire en el curso de su vigésima-tercera misión de bombardeo sobre Vietnam del Norte. Sobrevivió los atropellos y bayonetazos que le propinaron las turbas comunistas cuando su paracaídas lo depositó con varios miembros ya fracturados a la orilla de un lago en las cercanías de Hanoi. Y resistió con heroísmo y coraje las torturas físicas y sicológicas que le propinaron durante más de cinco años sus carceleros del Hanoi Milton.

Su desempeño en el campo político ha estado marcado por las mismas convicciones y tenacidad. En el año 2,000 se lanzó a una campaña por la postulación presidencia l donde, al igual que ahora, era superado en recursos económicos por su principal contrincante, el actual Presidente George W. Bush. Después de triunfar en las primarias de New Hampshire, McCain fue parado en seco en las primarias de Carolina del Sur por una combinación de una avalancha de anuncios pagados con cuantiosos recursos y una artera e incierta acusación de que su hija adoptiva de Bangladesh era en realidad una hija suya procreada fuera de matrimonio. Los expertos se apresuraron entonces a escribir su epitafio político debido a que, para ellos, McCain sería demasiado viejo para aspirar en el futuro.

Sin embargo, ocho años después el guerrero indomable que ha librado batalla contra su propio partido comenzó su camino azaroso por las primarias republicanas. Hace apenas doce meses, y debido a falta de recursos, McCain se vio obligado a despedir a numerosos asesores de su campaña y a caminar por los aeropuertos arrastrando su propia valija repleta de sueños y esperanzas para abrir nuevos caminos de felicidad para su patria. Solitario y obseso, como un moderno Cid Campeador, McCain ha seguido librando y ganando batallas a pesar de que muchos han tenido la temeridad, y a veces la intensión aviesa, de declararlo políticamente muerto. En conclusión, el señor Obama haría bien en mostrar una buena dosis de humildad y cautela en la organización de sus festejos para evitar el ridículo de proclamar apresuradamente una victoria que no ha logrado frente a un adversario que ni se cansa, ni se asusta, ni se rinde.


(Miami, Florida 10-19-08).
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John McCain, su entrevista y liberación en Viet Nam