BARACUTEY CUBANO

Por Ariel Remos
DIARIO LAS AMERICAS

“Lo que tiene que hacer la comunidad cubana exiliada en este momento es ponerse en pie de lucha, porque tengo la impresión de que está resignada”, declaró el senador por New Jersey Bob Menéndez a DIARIO LAS AMERICAS.

El senador Menéndez estuvo presente en una recepción con fines recaudatorios para su reelección senatorial, ofrecida en Miami Beach en su honor por los arquitectos y urbanizadores Tibor Hollo e Ignacio Permuy.

Es imposible que en una reunión en que esté presente el senador Menéndez no surja el tema de Cuba, ya que él ha sido uno de los campeones en defender el rechazo de la dictadura castrista y respaldar en el Congreso de EE.UU. los ideales del exilio histórico que busca sin atenuantes la libertad de Cuba.

En momentos en que determinados intereses buscan el cambio de una política de EE.UU. por una favorable a Cuba, sin que ésta realice ninguno para devolverle la libertad y la democracia a la Isla, se hace imperativo condicionar todo cambio en la política norteamericana hacia Cuba, y demandar del régimen castrista, antes que todo, los cambios que lleven de la dictadura a la democracia.

Para Menéndez Fidel Castro sigue mandando en Cuba, ocupándose su hermano Raúl de los asuntos adjetivos del día a día. Es Fidel el que toma las decisiones importantes, entre ellas las que tienen que ver con las relaciones de Washington y La Habana. Ambos están en perfecta sintonía ideológica. Quizá lo que puede existir es una diferencia de estilo, siendo el de Raúl más burocrático.

Para el senador no cabe dudas de que existen intereses económicos muy poderosos en EE.UU. que se han reunido para eventualmente levantar el embargo, “y no porque crean que esa es la vía para llevar la democracia al pueblo cubano, sino porque lo que quieren es comerciar con Cuba y hacer dinero”. Y citó entre esos intereses los petroleros, la ADM (Archer, Daniels, Midland) con Dwaynee Andreas, la Caterpilar, etc., que están haciendo enormes presiones en el Congreso del país, tanto con demócratas como con republicanos, recordando a ese efecto lo que dijo el senador Richard Lugar dándole carácter bipartidista a la voluntad de cambio a favor de la dictadura.

( Senador Robert ¨Bob ¨ Menéndez )

“Lo que ha detenido todo esto, es la actividad de algunos de nosotros que seguimos en pie de lucha exponiendo la realidad cubana, diciendo sin ambajes que lo que quiere el régimen es cambios a su favor en la política de EE.UU. sin ningún cambio por parte de ellos; que nos comunicamos con los Antúnez, las Roque Cabello, los Chepes, y tratamos de que se conozcan ampliamente las violaciones que comete la dictadura”, dijo Menéndez, para agregar: “Hemos tenido suerte, porque es una lucha difícil”, refiriéndose a que cuando se estaba negociando la Ley Helms-Burton, uno de los puntos clave por los que quebraron lanzas Lincoln Díaz-Balart y él, fue la codificación del embargo, para evitar que pudieran hacerse cambios mediante órdenes presidenciales, siendo necesario el voto del Congreso para la total eliminación del mismo. “Y esa es la batalla en la que podemos tener éxito”. Menéndez ilustró la importancia del embargo en el hecho de que la Premio Nobel líder del movimiento de oposición en Burma, está pidiendo el embargo contra el régimen de su país.

Menéndez dijo que no había tenido conocimiento por anticipado del viaje a Cuba de miembros del Caucus negro del Congreso, y criticó que no se hubieran entrevistado con disidentes y periodistas independientes que representan la oposición al régimen. “Es igual que si en tiempos del Apartheid en Sudáfrica hubieran viajado a ella y no se hubieran entrevistado con Nelson Mandela”.

En otro momento de la entrevista, Menéndez resaltó la significación de la carta que le envió recientemente el opositor “Antúnez” (Jorge Luis Pérez), en la que rechaza todo intento de negociar su libertad. “Ellos son los que se están comiendo el hueso, sufren en el lugar de los hechos y están rechazando que se mediatice su libertad”.

Finalmente, sobre los esfuerzos que mandatarios del continente han estado haciendo para que el gobierno de Cuba reingrese en la OEA, echando a un lado la Carta Democrática, Menéndez expresó estar dispuesto a liderar un movimiento para que EE.UU. retire su contribución a ese foro interamericano, que representa el 60 por ciento de sus ingresos provenientes de las demás naciones que lo integran.