LA CONFUSIÓN
El caso de los ¨plomeros ¨de Watergate, que llevó al Presidente Richard Nixon a renunciar, antes de que el Poder Judicial lo removiera de la Presidencia de los EE.UU., es un claro ejemplo de la independencia de los Poderes en EE.UU. y del poder de la Corte Suprema.
El nombre del autor posiblemente corresponda al periodista e historiador cubano Miguel Fernández-Diaz, dado que su estilo son similares y por el hecho que Miguel ¨ copió y pegó ¨ de un artículo de Arnaldo Fernández sin mencionar la fuente y eso a Miguel, tan riguroso profesional en su trabajo, no lo hubiera hecho si no fueran la misma persona ; de no ser así, pido disculpas.
Tomado de http://ei.eichikawa.com
La confusión
Por Arnaldo Fernández
En septiembre de 1996, Ricardo Alarcón debatió con Jorge Mas Canosa por televisión y en uno de los pasajes más memorables le echó en cara contradecir, como ciudadano estadounidense, la línea del gobierno de los Estados Unidos. Mas Canosa repuso que, simplemente, ser ciudadano de los EE.UU. no implicaba estar siempre de acuerdo con su gobierno. Ahora, el mismo Alarcón tachó así el fallo del Tribunal Supremo estadounidense sobre el caso de los cinco espías penitentes de la Red Avispa: «Los jueces hicieron lo que les pidió la administración de Obama». Solo que en casos mucho más agudos que avispas revoleteando en el sur de la Florida, el Tribunal Supremo ha decidido en contra del gobierno, por ejemplo: al sostener el derecho al debido proceso de los «combatientes enemigos» encarcelados en Guantánamo, en particular el derecho a discutir la legalidad de sus detenciones. Así falló en Rasul v. Bush, Hamdi v. Rumsfeld, y Rumsfeld v. Padilla. Alarcón incurre en la falacia de concreción fuera de lugar, porque tiene como esquema natural de pensamiento que en Cuba los ciudadanos tienen que acatar incondicionalmente lo que diga el gobierno y los jueces, también.
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-FOTO: canf
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