viernes, septiembre 25, 2009

DISIDENTES, OPOSITORES, DEMÓCRATAS O QUÉ

DISIDENTES, OPOSITORES, DEMÓCRATAS O QUÉ





Por Luis Cino
Periodista independiente.
luicino2004@yahoo.com


Arroyo Naranjo, La Habana, septiembre 24 de 2009 (PD) Nuevamente se discute acerca de la exactitud y la conveniencia de los términos disidente, opositor o demócrata. Sinceramente, tal discusión me parece bizantina. No veo la utilidad de seguir con las sub-divisiones entre los que se enfrentan al régimen. No logro apreciar el mérito de la maña en multiplicar las diferencias como los panes y los peces…envenenados.

Pero así y todo, para no perder la costumbre, discutimos. Y ya sabemos como son las discusiones sobre cualquier tema entre cubanos de estos tiempos. A veces lindan con el escándalo público. Otras, con la riña tumultuaria. Casi siempre con el disparate.

En una de estas discusiones, un amigo me dijo que los verdaderos disidentes (los opositores son otra cosa) son los intelectuales y artistas que asumen actitudes más o menos contestatarias (en dependencia de cómo soplen los vientos) en las mesas de la UNEAC, los últimos jueves de la revista Temas, el bolchevismo revoltoso de kaosenlared, la segunda página del periódico Juventud Rebelde y los pasillos del ICRT o el ICAIC.

En vez de decirle que no compartía su opinión, le dije que estaba totalmente equivocado. Bueno, en realidad, le dije que era tremendo comemierda, y le pedí, como Gorki al Jefe en una escatológica anti-canción de antología, que no comiera tanta p…Desafortunadamente, a veces uno no puede evitar las consecuencias de haber vivido toda la vida bajo una dictadura que si no te encarcela o expulsa, te descalifica del modo más injurioso posible.

Le dije al amigo que luego de tantos años en la disidencia, me oponía rotundamente a regalar el título de disidente (exacto o no y con todas las implicaciones semánticas asociadas al sindicato Solidarnozs, la Carta 77, Havel, Michnick, Solshenitzin, Sajarov, etc.) a Desiderio Navarro, Amaury Pérez y la Princesa Mariela, declararan lo que declararan a la prensa extranjera.

Fue entonces que el otro amigo que participaba en la discusión (partidario de establecer una separación adicional entre opositores y demócratas) me acusó de juzgar el asunto “con mentalidad de campesino”. Aunque su llamada al orden era más broma que regaño, fue generoso. Uno merece algo peor cuando permite que aflore el pequeño y feo dictador que nos han sembrado dentro los mandamases a todos los cubanos.

Pero lo de la mentalidad campesina me recordó ataques recientes contra mi persona de cierto conocido líder opositor al que alguna vez admiré y consideré una persona decente. Entre otras infamias, sacó a colación para desechar mi capacidad de hacer un análisis político, que durante años trabajé en la agricultura y fui vaquero. Es una de las pocas verdades que escribió. Sólo que omitió decir que fue debido a que por mi ¿disidencia? el Estado no me daba otro empleo. No sé si estará bien empleado el término “disidente” para aludir a que nunca hice el juego a la dictadura y que desde los inicios del movimiento que encabeza dicho opositor, allá por 1990, firmé, recogí firmas y apoyé cuanto documento y proyecto fue lanzado.

No es mi intención refutar tales ataques. Hablan por sí solos. Es sólo otro episodio deprimente de una trifulca sospechosamente burda, generalizada, antidemocrática y que nadie entiende. Finalmente nos hemos acostumbrado a que ciertos líderes ¿opositores? nos decepcionen. De ahí que en medio de la confusión de lenguas propia de los tiempos que corren, no me parezca adecuado el momento para discutir quien es opositor, disidente, demócrata o sabe Dios qué.

Por mi parte, me defino sólo como un tipo que escribe (allá los que me supongan analista político), pero me niego a renunciar a la denominación de “disidente”. Tal vez sea por costumbre, manía, capricho o simplemente porque me gusta como suena la palabra. De cualquier modo, trataré de no volver a discutir sobre las diferencias. Temo no estar lo suficientemente capacitado. En definitiva, es en el Departamento de Seguridad del Estado donde más saben del asunto. Y los argumentos de policías no son mi especialidad.