El decálogo del disidente leal según Rafael Rojas & Co.....
El decálogo del disidente leal según Rafael Rojas & Co.....
O una coartada ideal para eludir el propio ajuste de cuentas con el pasado
Por Jorge A. Pomar
Colonia
Ahora bien, ambas movidas bien podrían ser parte, respectivamente, de una maniobra de reubicación y reforzamiento de imagen. Téngase en cuenta que, al menos por lo leído de su cosecha en El País y las reseñas de sus libros de ensayos, Don Rafael no da la impresión de haberse alejado un ápice en sus habituales posturas conciliatorias. (Por lo demás, si hemos de darle crédito a Cuesta Morúa en la cita de abajo, existen garantías de tolerancia oficial para ambivalencias disidenciales.
Antes al contrario, en el artículo de marras toca fondo en ese aspecto. Al extremo de que sus argumentos, descontando si acaso matices filiares, se solapan casi por completo con los del socialista democrático Manuel Cuesta Morúa. En su reciente anuncio en EER (jueves 10-09-2009) del próximo congreso del Partido Arco Progresista a sesionar en septiembre de 2010, el portavoz de PARP --más conocido en los salones disidentes de la capital por Kalule*-- y su vice Leonardo Calvo, aclaran desembozadamente al respecto:
Iliana Curra: "Pero qué han logrado
los dialogueros; tampoco, nada...".
Por lo menos, debemos agradecerles a ambos la franqueza. Cotéjense ese desparpajo de los líderes del PARP con esta salida del tiesto de Don Rafael, citado en el blog Penúltimos Días (PD) a guisa de botón de muestra de sofismas idénticos en la pretendidamente equidistante argumentación de "El debate cubano y sus espejismos":
"Es innegable que la intolerancia y el revanchismo son cada vez más minoritarios fuera de la isla --en las dos principales publicaciones de la diáspora, El Nuevo Herald y Cubaencuentro, se han publicado más artículos a favor del concierto de Juanes que en contra-- y que la oposición y el exilio cubanos apuestan, mayoritariamente, por una transición pacífica y pactada a la democracia. Pero todavía existen fuertes resistencias a comprender, desde la diáspora, que muchos de quienes en la isla se consideran "revolucionarios", "comunistas" y "fidelistas" también desean cambios".
Héctor Palacios: "Los cambios los queremos de forma pacífica...
Incluso si los mismos que está gobernando...". Vale, ¿quién no?
Pero ¿descalificaría el lector de antemano por irresponsable al
hoy incógnito oficial obstinado que de pronto se alzara en armas?
De eso se trata, Palacios y consorte. Otrosí, a la sazón aún doraban
la píldora: "El régimen más brutal que tú puedas ver". Ya no...
Por si fuese poco, chilla el silencio sobre tamaña apostasía entre la mayoría de los líderes de la oposición interna y los fervorosos defensores de nuestros reclusos en este "pedregoso exilio" (Belkis Cuza Malé). Ante semejante ofensiva diversionista, cualquiera malpensado creería a pies juntillas que, atenta al brusco grito de 180 grados respecto a Obama en las Reflexiones del Magno Paciente, alguna instancia superior común en La Habana con poder de convocatoria "en ambas orillas" ha emitido un ucase ordenando quitarse las caretas...
No en balde, sin desdoro de puntuales ganancias cognitivas, deshuesando ése y otras elucubraciones sutiles de Don Rafael, a beneficio de nuestros lectores, mi Alter Ego compila sin esfuerzo al final de este post el "Decálogo del disidente leal". Altamente recomendable como vaconmigo de tránsfugas intelectuales aspirantes a una salutífera, milimétrica equidistancia entre las dos riberas opuestas de la cultura cubana.
Ello, desde luego, no es óbice para que, según un leitmotiv en los textos del eximio historiador, pregonen a coro por todos los foros occidentales disponibles su añoranza, apuntalada por una sincera, patriótica apuesta a las reformas raulistas, de un pronto retorno feliz a los ideales originales del llamado "Período Romántico" del castrismo, en verdad un interregno de terror que habría hecho las delicias de la yunta jacobina Robespierre-Saint Just antes de pasar a su vez por la guillotina.
Inverosímil, sin embargo, que el eruditísimo autor de "El debate cubano y sus espejismos" (El País de hoy domingo 13-09-2009) desconozca el hecho de que aquellos años de euforia colectiva no sólo fueron los más sangrientos del castrismo sino, además, los que sentaron las bases objetivas y subjetivas para el tránsito hacia el actual socialismo totalitario. Don Rafael pasa igual por alto esta perogrullada histórica:
Todo cuanto iba restando entonces de halagüeño, esperanzador al nuevo régimen de facto (remembrar que no se convocó a elecciones de ningún tipo hasta el 73) promisorio, léase de bienestar material y libertades cívicas, eran paradójicamente los menguantes residuos de la derrocada república burguesa.
Traicionados por el Magno Paciente y sus secuaces de la alta nomenclatura justo a partir del mes y año de la ruptura o fuga de cada autor, una vez en la Diáspora no cabría otra actitud digna, patriótica, por parte del tránsfuga intelectual que abogar por la buena marcha atrás de la sucesión dinástica rumbo a la encrucijada donde el autor estima haberse producido el lamentable extravío totalitario de un castrismo radical, pero en el fondo vocacionalmente democrático. [Cuadro de abajo: Nicolás Poussin, La adoración del Becerro de Oro. Óleo sobre lienzo, 1634, Museo del Louvre.]
Sin más ponzoña abicueril, el prometido "Decálogo del disidente leal según Rafael Rojas & Co.":
(2) La Revolución Cubana conoció un "Período Romántico", aplaudido por el grueso de la intelectualidad republicana (al grito de "paredón", abajo la "gusanera", "palante y palante", "somos socialistas"...)**, del que luego se apartó a su debido tiempo, en lo fundamental debido al acoso gringo.
(3) Él "Período Romántico", con cuyos excesos nada tuvieron que ver los intelectuales progresistas de ambas orillas, encarnaba el ideal martiano del "Con todos y para el bien de todos". Fidel les defraudó. Por ende, pese a su mejor saber, jugaron ellos también el papel de víctimas omnímodas en los errores y horrores del castrismo, no de entusiastas amanuenses rentados (de cuello blanco, "ricitos de oro" y perritas pequinesas).
(4) Medio siglo después de la apoteosis castrista, desgobernada por una terca, inepta gerontocracia en proceso de extinción natural, la otrora esperanzadora Revolución Cubana bordea el colapso.
(5) No obstante, deben preservarse a toda costa logros indiscutibles como la educación, la salud pública, la seguridad social, la dignidad y soberanía nacional. Siempre dentro de un replanteo de corte, como mínimo, socialdemócrata de centro-izquierda.
(6) El embargo yanqui consigue efectos contraproducentes: escasez, apatía, represión, éxodo, inmovilismo...
(7) Corresponde al Imperio levantar el embargo de manera incondicional, única vía para romper los actuales tabúes de plaza sitiada y la inercia oficial. ("Barack Hussein quiere, pero no lo dejan".)
(8) Bullen en la nomenclatura fermentos de disconformidad que aguardan sigilosos la coyuntura adecuada para reconocer al bando opositor. Es menester darse maña para tratarlos con guantes de seda; no vaya a ser que a la hora del cuajo se inhiban.
(9) La unión de todos los cubanos "de buena voluntad" en ambos bandos, que exige diálogo y concordia a ultranza, propiciaría el rescate de los ideales altruistas del Período Romántico y, de paso, la prosperidad de "nuestro pueblo".
(10) Por tanto y por cuanto: Quienquiera reclame a viva voz justicia por crímenes remotos o recientes; legitime temerariamente choques frontales con el régimen; ponga en duda la bondad innata de "nuestro pueblo" y la infalibilidad de cualesquiera de sus próceres; no se declare de apolítico a progresista; insulte en el árgora insular a las Autoridades Constituidas; propugne el debate abierto al interior del movimiento opositor, poniendo en tela de juicio la integridad de cualquiera de sus líderes; cuestione la buena fe de los "interambios académicos y culturales" (entre ellos, señaladamente el concierto de Juanes & Bosé); recele de las artes mesiánicas de Obama & Zapatero; conserve la amistad, preste oídos o se haga eco por cualquier medio de transgresores de estos Diez Mandamientos... ¡¡¡ES UN INTOLERANTE Y UN REVANCHISTA!!!
** Los paréntesis no forman parte de este Decálogo. Se prohíbe terminantemente cualquier reproducción de los mismos.
1 Comments:
Gracias una vez más, Pedro Pablo.
El Abicú
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