Tomado de http://comunismogenocida.blogspot.com
Las guerras secretas de Fidel Castro (II parte)
Por Juan F. Benemelis
LA SUBVERSION LATINOAMERICANA: REPÚBLICA DOMINICANA Y COLOMBIA
Castro había considerado que la desestabilización del continente latinoamericano provocaría una fuga del capital nativo y una contracción de las inversiones norteamericanas, hecho que unido a un amplio esquema de sabotaje a las instalaciones económicas crearía las condiciones materiales para su estrategia de la violencia.
Castro no se queda tranquilo y decide probar suerte con el otro espadón del continente, el paraguayo Alfredo Stroessner. En noviembre de 1959 lanza hacia Paraguay una insurrección de casi 100 guerrilleros que se habían concentrado en el Brasil, mientras poderosas emisoras clandestinas desde Cuba llenaban las frecuencias de Asunción con su mensaje bélico. Pero las fuerzas militares de Stroessner liquidaron con rapidez este ambicioso proyecto.
En el verano de 1960, Castro, en un intento de rabia y frustración tratará de desestabilizar nuevamente a la República Dominicana con el alzamiento del Movimiento 14 de Junio, que terminó en otro desastre. En agosto de 1960 se comprobó en enlace de la embajada cubana en Perú en el financiamiento del movimiento insurreccional de Cerro de Pasco. Dos meses después, el embajador cubano Luís Alonso huía de Perú al descubrirse sus conexiones con los guerrilleros en las montañas.
El estrepitoso descalabro de estos seis intentos iniciales llevó a una reconsideración de los métodos por parte de Castro y del Che Guevara, quienes decidieron que en lo adelante se llevaría a cabo una preparación más minuciosa antes de precipitar cualquier hostilidad. Se estimó conveniente intensificar el entrenamiento de aquellos grupos latinoamericanos que deseaban lanzarse a la lucha, en acantonamientos especiales que se creaban al efecto. De inmediato se habilitaron las escuelas de guerrillas en las localidades de Minas de Frío, El Cortijo, Siguanea y Ciudad Libertad. En Trinidad se arregló un campo de preparación para haitianos, guyaneses y centroamericanos; la escuela en San Pedro se abrió para los sudamericanos; y en la zona de Las Tunas se creó un sitio para las guerrillas venezolanas.
Cuba contó de inmediato con una gran potencialidad para los “agentes de influencia”, o como se denomina en inteligencia, "clubes de inocentes", que se fundan para coordinar el apoyo de aquellas causas en boga. Estas organizaciones solidarias concederán a La Habana una cobertura excelente para emplazar sus verdaderos agentes de espionaje. Así, no le fue difícil a Castro conseguir la penetración a vasta escala de las burocracias gobernantes en América Latina.
Entre 1959-1966 alrededor de 6,000 jóvenes latinoamericanos recibieron instrucción militar especial en estos centros. Se decidió, además, aprovechar más a fondo los problemas internos de los países seleccionados y las circunstancias sociales explosivas, particularmente con los estudiantes y los campesinos. Esta primera cruzada de Castro estaba amparada por una intensa propaganda que trataba de legitimar el derecho a la acción violenta y buscaba desacreditar el reformismo y la democracia electiva, que estaba echando raíces en la vecina Venezuela, así como enfatizar el viejo resentimiento contra los Estados Unidos.
COLOMBIA
Uno de los casos más promientes fué Colombia, donde mucho antes de su triunfo en Cuba,Castro estrenó su primera experiencia personal para desatar la subversión en el exterior.,con el llamado "Bogotazo"
En abril de 1948, Castro encabezaba una representación estudiantil internacional en Colombia cuando se une al grupo de promotores de los famosos disturbios conocidos como el bogotazo.en el que participarían la delegación cubana y portorriqueña. Los gastos de la comisión cubana fueron cubiertos por el caudillo rioplatense Juan Domingo Perón.
Allí se hallaba a la sazón un nutrido conjunto de cuadros marxistas internacionales: Laszlo Rajk, Miso Rutijch, Salvador Ocampo, Gustavo Machado, MacKinnon Damón, Luís Fernández Juan, Eugene Kerbaul, Blás Roca, Milo Persic, entre otros. Poco antes de embarcar, Castro fue arrestado en la aduana de La Habana,donde se le descubrió literatura marxista,y un plano de la ciudad de Bogotá donde estaban marcados los mismos sitios que luego resultarían asaltados.
Al despedirse de Mirta Díaz Balart, su novia y más tarde su esposa, Castro le comentó que "iba a empezar una revolución en Colombia". Castro frecuentó la embajada de Argentina en Bogotá, donde según su compañero de aventuras, Rafael del Pino, recibió las partidas de dinero que los peronistas enviaban por mediación de Diego Luís Molinari, presidente del comité de relaciones exteriores del senado bonaerense.
Castro ya era conocido por la policía del continente como un gangstercillo habanero a las órdenes del temible Emilio Tró, capo de la Unión Internacional Revolucionaria (UIR). También se sabía de su coparticipación en el atentado que liquidó a su opositor, el líder estudiantil Manolo Castro; de la emboscada contra Leonel Gómez, y del asesinato del sargento de la policía universitaria Caral.
El asesinato el 9 de abril de José Eliecer Gaitán, candidato presidencial y líder del Partido Liberal, desencadenó los acontecimientos y dio al traste con la IV Conferencia Panamericana de cancilleres preparada por los Estados Unidos. En el caos social interno precipitado por el bogotazo, los comunistas casi llegaron a tomar el poder. En consecuencia, en Colombia se sumaron los intereses del peronismo y del comunismo para destruir la política de Washington en el continente latinoamericano.
Tras estallar los motines y conocerse la muerte de Gaitán, Castro se ligó a las bandas armadas que se concentraron en el pico de Monserrate, instando a los colombianos con su arenga para que asaltasen las oficinas de la presidencia. La policía de Bogotá se dio a la caza de aquel Castro de apenas 21 años, oscuro lidercillo estudiantil, gatillo alegre de una banda terrorista cubana, y sobre quien pesaban sospechas de participación en el atentado.
Castro buscaría refugio en la embajada cubana en Bogotá. Mientras tanto, el gobierno colombiano deportaba al resto de los estudiantes extranjeros y rompía relaciones con la URSS el 3 de mayo de 1948. Años más tarde, ya en el poder en 1960, el propio Castro describía al periodista hindú Kurt Singer su parte en los sucesos de Colombia "escapé del arresto merced a la intervención del Dr. Guillermo Belt, embajador cubano en Washington, quien me puso a bordo de un avión de carga. Mi odisea había concluido. Yo, el estudiante de derecho, el revolucionario y el guerrillero, no había logrado libertar a Bogotá. Sentía la parálisis de la impotencia. No obstante, me sentía persona importante".
El bogotazo dejó parte de la ciudad en ruinas y una estela de cinco mil muertos. La evidencia del intento de golpe comunista fue dada a conocer por la reseña del secretario general del Partido Comunista de Méjico, Dionisio Encina, al delegado para la América Latina de la internacional comunista, el COMINFORM, Jerónimo Arnedo Álvarez.
"El COMINFORM nos ordenó sabotear la IX Conferencia Panamericana, enviándonos la CTAL y el Partido Comunista de Méjico técnicos y ayuda política y financiera. Por esta razón nosotros alentamos al líder José Eliecer Gaitán a dirigir el movimiento sedicioso. Desgraciadamente, Gaitán no aceptó, escogiendo así su destino. La verdadera causa de la muerte de Gaitán es conocida de usted: era necesario convertirlo en un mártir que condujera el pueblo colombiano a levantarse y unirse".
Desde los años 1960 ya desde el poder, Castro cuidaría sus contactos con los sectores extremistas inclinados a la violencia en Colombia. El Movimiento Obrero Estudiantil y Campesino (MOEC) constituido en enero de 1960 por el cabecilla estudiantil Antonio Larrota, recibió ayuda de Cuba para reorganizar los contingentes armados provenientes de la guerra civil de los años cincuenta, quienes habían degenerado al bandidaje y merodeaban por el departamento de Cauca.
En mayo de 1960 tiene lugar en La Habana una reunión entre Castro, el Che y un puñado de colombianos entre quienes destacaba Juan de la Cruz. El Che Guevara y Castro acordaron asistirles con dinero, armas y entrenamiento para precipitar una actividad guerrillera en Colombia. En marzo de 1961 se descubre una red subversiva en Colombia alimentada por los cubanos Antonio Prisco Porto, Blanca Díaz Collazo y el militar Máximo Grever, quien servía de instructor a los "alzados" en Sumapaz. El equipo cubano aprovisionaba también a las falanges guerrilleras que operaban en la franja de Antioquia.
A pesar de estos obstáculos, Castro se las arregló para seguir financiando las actividades de los elementos promotores de la violencia en ese país. En agosto de 1962, la policía política colombiana acusó al coronel panameño Bolívar Villarino de haber dispuesto el embarque de armas cubanas a las guerrillas. Dicho tráfico clandestino de ingenios bélicos se hacía por vía aérea a través del golfo de Uraba, Antioquia y el Valle, y se venía efectuando desde 1959.
Colombia rompió relaciones con Cuba en 1963, ante la desembozada naturaleza subversiva de Castro. Como represalia, la actividad insurgente cobró nuevos bríos con el arribo ese mismo año de un piquete de terroristas entrenados en Cuba. Los combatientes se hicieron fuertes en los valles del Cauca, Caldas y Tolima. Se sucedieron los desórdenes, los sabotajes, y los ataques rebeldes; el capitolio nacional en Bogotá fue sitio de varias explosiones en julio; un mes después estallaba en la capital un verdadero concierto de bombas.
En abril se atajó un importante contrabando de armas oriundo de Cuba. Fueron también interceptados instrucciones y mensajes provenientes de La Habana donde se orientaba que escuadras rebeldes de Venezuela cruzaran la frontera y ejecutaran acciones de conjunto con los colombianos, como en efecto lo cumplieron.
En la populosa ciudad de Barranquilla se movía un dispositivo de cubanos pertenecientes a los servicios secretos que se había infiltrado en el país. Las autoridades venían rastreando la pista de esta célula dedicaba a promover y supervisar el terrorismo urbano y proporcionar la logística a los insurgentes. Finalmente, el 5 de julio cae bajo la jurisdicción del ejército regular, el cubano Fabio Fermín Fernández y con él se desploma toda la red clandestina.
En agosto se desmanteló un complot en la base militar de Cartagena, y se capturaron varios legajos de documentos que hacían patente la vinculación de Cuba y específicamente el propósito de Castro en hacer coincidir el pronunciamiento de los cuarteles con un doble atentado al presidente de Colombia, Guillermo León Valencia, y al de Venezuela, Rómulo Betancourt.
El 13 de agosto, el presidente colombiano en una locución nacional que conmovió al país y a la vecina Venezuela manifestó que su gobierno y el de Caracas disponían de pruebas de un complot preparado por las altas esferas de Cuba, cuyo designio era el asesinato de los dos presidentes. En esos mismos días tiene lugar, en los bordes limítrofes, un diálogo de emergencia entre uno y el otro mandatario para examinar la agresiva política de Castro hacia los dos estados y hacia la zona. El jefe de gobierno colombiano expresó en la misma que las medidas económicas contra Cuba no eran suficientes y solicitó el apoyo de Venezuela para lograr sanciones continentales más enérgicas.
En noviembre fue detenido en Barranquilla, el revoltoso izquierdista Alejandro Gómez Roa, quien declaró trabajar para los servicios cubanos. El 13 de abril de 1964, el comandante de la fuerza naval colombiana del Atlántico, Jaime Parra, revelaba que se estaban empleando pesqueros soviéticos estacionados en Cuba, para suministrar material logístico a la oposición colombiana. El canciller Fernando Gómez anotó a su vez que los trámites de armas se hacían desde Cuba.
Con la contribución absoluta de Castro, el colombiano Manuel Marulanda (alias "Tiro Fijo" ,futuro líder de las FARC) se alzó en las borrascosas cordilleras de su país, reuniendo un heterogéneo apiñamiento de jóvenes novelescos, curtidos comunistas y forajidos del área. El 17 de marzo de 1965, los hombres de Marulanda saquearon el villorrio de Inza, incineraron los edificios públicos y "ajusticiaron" a varios vecinos del lugar.
Dos días después, el ejército arrestaba en el vecindario de Simacola a nueve salteadores que habían recibido adiestramiento en Cuba. La situación era insostenible y el 21 de mayo el presidente León Valencia tuvo que decretar el estado de sitio. La violencia y el pánico continuaron en ascenso durante todo el año 1965, poniendo al borde del colapso la administración de León Valencia.
El gobierno colombiano movilizaría su infantería que ocuparía numerosos parajes que le permitiesen lanzar ofensivas masivas contra los cabecillas insurgentes Ciro Trujillo, en la zona de Río Chiquito, Fabio Vásquez en el departamento de Santander, y Marulanda; este último había creado, en la cadena central de los Andes, la República Independiente de Marquetalía.
Las guerras secretas de Fidel Castro (II parte)
Por Juan F. Benemelis
LA SUBVERSION LATINOAMERICANA: REPÚBLICA DOMINICANA Y COLOMBIA
Castro había considerado que la desestabilización del continente latinoamericano provocaría una fuga del capital nativo y una contracción de las inversiones norteamericanas, hecho que unido a un amplio esquema de sabotaje a las instalaciones económicas crearía las condiciones materiales para su estrategia de la violencia.
Castro no se queda tranquilo y decide probar suerte con el otro espadón del continente, el paraguayo Alfredo Stroessner. En noviembre de 1959 lanza hacia Paraguay una insurrección de casi 100 guerrilleros que se habían concentrado en el Brasil, mientras poderosas emisoras clandestinas desde Cuba llenaban las frecuencias de Asunción con su mensaje bélico. Pero las fuerzas militares de Stroessner liquidaron con rapidez este ambicioso proyecto.
En el verano de 1960, Castro, en un intento de rabia y frustración tratará de desestabilizar nuevamente a la República Dominicana con el alzamiento del Movimiento 14 de Junio, que terminó en otro desastre. En agosto de 1960 se comprobó en enlace de la embajada cubana en Perú en el financiamiento del movimiento insurreccional de Cerro de Pasco. Dos meses después, el embajador cubano Luís Alonso huía de Perú al descubrirse sus conexiones con los guerrilleros en las montañas.
El estrepitoso descalabro de estos seis intentos iniciales llevó a una reconsideración de los métodos por parte de Castro y del Che Guevara, quienes decidieron que en lo adelante se llevaría a cabo una preparación más minuciosa antes de precipitar cualquier hostilidad. Se estimó conveniente intensificar el entrenamiento de aquellos grupos latinoamericanos que deseaban lanzarse a la lucha, en acantonamientos especiales que se creaban al efecto. De inmediato se habilitaron las escuelas de guerrillas en las localidades de Minas de Frío, El Cortijo, Siguanea y Ciudad Libertad. En Trinidad se arregló un campo de preparación para haitianos, guyaneses y centroamericanos; la escuela en San Pedro se abrió para los sudamericanos; y en la zona de Las Tunas se creó un sitio para las guerrillas venezolanas.
Cuba contó de inmediato con una gran potencialidad para los “agentes de influencia”, o como se denomina en inteligencia, "clubes de inocentes", que se fundan para coordinar el apoyo de aquellas causas en boga. Estas organizaciones solidarias concederán a La Habana una cobertura excelente para emplazar sus verdaderos agentes de espionaje. Así, no le fue difícil a Castro conseguir la penetración a vasta escala de las burocracias gobernantes en América Latina.
Entre 1959-1966 alrededor de 6,000 jóvenes latinoamericanos recibieron instrucción militar especial en estos centros. Se decidió, además, aprovechar más a fondo los problemas internos de los países seleccionados y las circunstancias sociales explosivas, particularmente con los estudiantes y los campesinos. Esta primera cruzada de Castro estaba amparada por una intensa propaganda que trataba de legitimar el derecho a la acción violenta y buscaba desacreditar el reformismo y la democracia electiva, que estaba echando raíces en la vecina Venezuela, así como enfatizar el viejo resentimiento contra los Estados Unidos.
COLOMBIA
Uno de los casos más promientes fué Colombia, donde mucho antes de su triunfo en Cuba,Castro estrenó su primera experiencia personal para desatar la subversión en el exterior.,con el llamado "Bogotazo"
En abril de 1948, Castro encabezaba una representación estudiantil internacional en Colombia cuando se une al grupo de promotores de los famosos disturbios conocidos como el bogotazo.en el que participarían la delegación cubana y portorriqueña. Los gastos de la comisión cubana fueron cubiertos por el caudillo rioplatense Juan Domingo Perón.
Allí se hallaba a la sazón un nutrido conjunto de cuadros marxistas internacionales: Laszlo Rajk, Miso Rutijch, Salvador Ocampo, Gustavo Machado, MacKinnon Damón, Luís Fernández Juan, Eugene Kerbaul, Blás Roca, Milo Persic, entre otros. Poco antes de embarcar, Castro fue arrestado en la aduana de La Habana,donde se le descubrió literatura marxista,y un plano de la ciudad de Bogotá donde estaban marcados los mismos sitios que luego resultarían asaltados.
Al despedirse de Mirta Díaz Balart, su novia y más tarde su esposa, Castro le comentó que "iba a empezar una revolución en Colombia". Castro frecuentó la embajada de Argentina en Bogotá, donde según su compañero de aventuras, Rafael del Pino, recibió las partidas de dinero que los peronistas enviaban por mediación de Diego Luís Molinari, presidente del comité de relaciones exteriores del senado bonaerense.
Castro ya era conocido por la policía del continente como un gangstercillo habanero a las órdenes del temible Emilio Tró, capo de la Unión Internacional Revolucionaria (UIR). También se sabía de su coparticipación en el atentado que liquidó a su opositor, el líder estudiantil Manolo Castro; de la emboscada contra Leonel Gómez, y del asesinato del sargento de la policía universitaria Caral.
El asesinato el 9 de abril de José Eliecer Gaitán, candidato presidencial y líder del Partido Liberal, desencadenó los acontecimientos y dio al traste con la IV Conferencia Panamericana de cancilleres preparada por los Estados Unidos. En el caos social interno precipitado por el bogotazo, los comunistas casi llegaron a tomar el poder. En consecuencia, en Colombia se sumaron los intereses del peronismo y del comunismo para destruir la política de Washington en el continente latinoamericano.
Tras estallar los motines y conocerse la muerte de Gaitán, Castro se ligó a las bandas armadas que se concentraron en el pico de Monserrate, instando a los colombianos con su arenga para que asaltasen las oficinas de la presidencia. La policía de Bogotá se dio a la caza de aquel Castro de apenas 21 años, oscuro lidercillo estudiantil, gatillo alegre de una banda terrorista cubana, y sobre quien pesaban sospechas de participación en el atentado.
Castro buscaría refugio en la embajada cubana en Bogotá. Mientras tanto, el gobierno colombiano deportaba al resto de los estudiantes extranjeros y rompía relaciones con la URSS el 3 de mayo de 1948. Años más tarde, ya en el poder en 1960, el propio Castro describía al periodista hindú Kurt Singer su parte en los sucesos de Colombia "escapé del arresto merced a la intervención del Dr. Guillermo Belt, embajador cubano en Washington, quien me puso a bordo de un avión de carga. Mi odisea había concluido. Yo, el estudiante de derecho, el revolucionario y el guerrillero, no había logrado libertar a Bogotá. Sentía la parálisis de la impotencia. No obstante, me sentía persona importante".
El bogotazo dejó parte de la ciudad en ruinas y una estela de cinco mil muertos. La evidencia del intento de golpe comunista fue dada a conocer por la reseña del secretario general del Partido Comunista de Méjico, Dionisio Encina, al delegado para la América Latina de la internacional comunista, el COMINFORM, Jerónimo Arnedo Álvarez.
"El COMINFORM nos ordenó sabotear la IX Conferencia Panamericana, enviándonos la CTAL y el Partido Comunista de Méjico técnicos y ayuda política y financiera. Por esta razón nosotros alentamos al líder José Eliecer Gaitán a dirigir el movimiento sedicioso. Desgraciadamente, Gaitán no aceptó, escogiendo así su destino. La verdadera causa de la muerte de Gaitán es conocida de usted: era necesario convertirlo en un mártir que condujera el pueblo colombiano a levantarse y unirse".
Desde los años 1960 ya desde el poder, Castro cuidaría sus contactos con los sectores extremistas inclinados a la violencia en Colombia. El Movimiento Obrero Estudiantil y Campesino (MOEC) constituido en enero de 1960 por el cabecilla estudiantil Antonio Larrota, recibió ayuda de Cuba para reorganizar los contingentes armados provenientes de la guerra civil de los años cincuenta, quienes habían degenerado al bandidaje y merodeaban por el departamento de Cauca.
En mayo de 1960 tiene lugar en La Habana una reunión entre Castro, el Che y un puñado de colombianos entre quienes destacaba Juan de la Cruz. El Che Guevara y Castro acordaron asistirles con dinero, armas y entrenamiento para precipitar una actividad guerrillera en Colombia. En marzo de 1961 se descubre una red subversiva en Colombia alimentada por los cubanos Antonio Prisco Porto, Blanca Díaz Collazo y el militar Máximo Grever, quien servía de instructor a los "alzados" en Sumapaz. El equipo cubano aprovisionaba también a las falanges guerrilleras que operaban en la franja de Antioquia.
A pesar de estos obstáculos, Castro se las arregló para seguir financiando las actividades de los elementos promotores de la violencia en ese país. En agosto de 1962, la policía política colombiana acusó al coronel panameño Bolívar Villarino de haber dispuesto el embarque de armas cubanas a las guerrillas. Dicho tráfico clandestino de ingenios bélicos se hacía por vía aérea a través del golfo de Uraba, Antioquia y el Valle, y se venía efectuando desde 1959.
Colombia rompió relaciones con Cuba en 1963, ante la desembozada naturaleza subversiva de Castro. Como represalia, la actividad insurgente cobró nuevos bríos con el arribo ese mismo año de un piquete de terroristas entrenados en Cuba. Los combatientes se hicieron fuertes en los valles del Cauca, Caldas y Tolima. Se sucedieron los desórdenes, los sabotajes, y los ataques rebeldes; el capitolio nacional en Bogotá fue sitio de varias explosiones en julio; un mes después estallaba en la capital un verdadero concierto de bombas.
En abril se atajó un importante contrabando de armas oriundo de Cuba. Fueron también interceptados instrucciones y mensajes provenientes de La Habana donde se orientaba que escuadras rebeldes de Venezuela cruzaran la frontera y ejecutaran acciones de conjunto con los colombianos, como en efecto lo cumplieron.
En la populosa ciudad de Barranquilla se movía un dispositivo de cubanos pertenecientes a los servicios secretos que se había infiltrado en el país. Las autoridades venían rastreando la pista de esta célula dedicaba a promover y supervisar el terrorismo urbano y proporcionar la logística a los insurgentes. Finalmente, el 5 de julio cae bajo la jurisdicción del ejército regular, el cubano Fabio Fermín Fernández y con él se desploma toda la red clandestina.
En agosto se desmanteló un complot en la base militar de Cartagena, y se capturaron varios legajos de documentos que hacían patente la vinculación de Cuba y específicamente el propósito de Castro en hacer coincidir el pronunciamiento de los cuarteles con un doble atentado al presidente de Colombia, Guillermo León Valencia, y al de Venezuela, Rómulo Betancourt.
El 13 de agosto, el presidente colombiano en una locución nacional que conmovió al país y a la vecina Venezuela manifestó que su gobierno y el de Caracas disponían de pruebas de un complot preparado por las altas esferas de Cuba, cuyo designio era el asesinato de los dos presidentes. En esos mismos días tiene lugar, en los bordes limítrofes, un diálogo de emergencia entre uno y el otro mandatario para examinar la agresiva política de Castro hacia los dos estados y hacia la zona. El jefe de gobierno colombiano expresó en la misma que las medidas económicas contra Cuba no eran suficientes y solicitó el apoyo de Venezuela para lograr sanciones continentales más enérgicas.
En noviembre fue detenido en Barranquilla, el revoltoso izquierdista Alejandro Gómez Roa, quien declaró trabajar para los servicios cubanos. El 13 de abril de 1964, el comandante de la fuerza naval colombiana del Atlántico, Jaime Parra, revelaba que se estaban empleando pesqueros soviéticos estacionados en Cuba, para suministrar material logístico a la oposición colombiana. El canciller Fernando Gómez anotó a su vez que los trámites de armas se hacían desde Cuba.
Con la contribución absoluta de Castro, el colombiano Manuel Marulanda (alias "Tiro Fijo" ,futuro líder de las FARC) se alzó en las borrascosas cordilleras de su país, reuniendo un heterogéneo apiñamiento de jóvenes novelescos, curtidos comunistas y forajidos del área. El 17 de marzo de 1965, los hombres de Marulanda saquearon el villorrio de Inza, incineraron los edificios públicos y "ajusticiaron" a varios vecinos del lugar.
Dos días después, el ejército arrestaba en el vecindario de Simacola a nueve salteadores que habían recibido adiestramiento en Cuba. La situación era insostenible y el 21 de mayo el presidente León Valencia tuvo que decretar el estado de sitio. La violencia y el pánico continuaron en ascenso durante todo el año 1965, poniendo al borde del colapso la administración de León Valencia.
El gobierno colombiano movilizaría su infantería que ocuparía numerosos parajes que le permitiesen lanzar ofensivas masivas contra los cabecillas insurgentes Ciro Trujillo, en la zona de Río Chiquito, Fabio Vásquez en el departamento de Santander, y Marulanda; este último había creado, en la cadena central de los Andes, la República Independiente de Marquetalía.
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ALGUNOS COMENTARIOS DEJADOS
Nausea ha dejado un nuevo comentario en su entrada "Las guerras secretas de Fidel Castro. Subversión l...":
Pero claro, nada de esto fue injerencia, algo que nunca ha practicado el castrismo, igual que nunca ha torturado ni matado ni hecho nada malo. Todos sabemos que la izquierda es pura, inocente y benevolente. Todo lo que hace se justifica o se "comprende" sin problema. No es por nada que todavía, hoy, gente que jura y perjura amar la libertad y proteger los derechos humanos pide confianza y respeto hacia el castrismo, aunque nunca lo haría si se tratara de una dictadura de derecha. Hipocresía? No, hombre, qué va! Es simplemente ser políticamente "correcto."
ALGUNOS COMENTARIOS DEJADOS
Nausea ha dejado un nuevo comentario en su entrada "Las guerras secretas de Fidel Castro. Subversión l...":
Pero claro, nada de esto fue injerencia, algo que nunca ha practicado el castrismo, igual que nunca ha torturado ni matado ni hecho nada malo. Todos sabemos que la izquierda es pura, inocente y benevolente. Todo lo que hace se justifica o se "comprende" sin problema. No es por nada que todavía, hoy, gente que jura y perjura amar la libertad y proteger los derechos humanos pide confianza y respeto hacia el castrismo, aunque nunca lo haría si se tratara de una dictadura de derecha. Hipocresía? No, hombre, qué va! Es simplemente ser políticamente "correcto."
Pero claro, nada de esto fue injerencia, algo que nunca ha practicado el castrismo, igual que nunca ha torturado ni matado ni hecho nada malo. Todos sabemos que la izquierda es pura, inocente y benevolente. Todo lo que hace se justifica o se "comprende" sin problema. No es por nada que todavía, hoy, gente que jura y perjura amar la libertad y proteger los derechos humanos pide confianza y respeto hacia el castrismo, aunque nunca lo haría si se tratara de una dictadura de derecha. Hipocresía? No, hombre, qué va! Es simplemente ser políticamente "correcto."
ResponderEliminarProf. Arencibia:
ResponderEliminarÉste no es el tema pero le ruego que publique la dirección siguiente. Es la navidad en el Welcome y una repartición de juguetes, organizada por ASOPAZCO.
Gracias.
Teresa Cruz
http://asopazco.wordpress.com/2011/01/09/navidades-en-el-welcome/#comment-68