Desde Cuba: Mujeres y policías
Nota del Bloguista
Ese despliegue policial no era contra Reina Luisa Tamayo y sus familiares, la cual pudo expresarse libremente ante los micrófonos y las cámaras de la prensa internacional teniendo la bandera cubana desplegada por sus familares. Ese despliegue policial era para amedrentar a aquellas personas del pueblo que quisieran unirse a Reina Luisa Tamayo o ir a solidarizarse con ella. La falta de perspectiva ha hecho que no se tenga una justa valoración de la fuerza que tiene el pueblo y el miedo que la tiranía le tiene a esa fuerza. Ese miedo de la tiranía ha sido la que provocó que la mayor represión física de ella fuera contra Las Damas de Apoyo y no contra Las Damas de Blanco como el autor afirma, el cual vive en Cuba y conoce perfectamente la diferencia entre lo que es una Dama de Blanco y una Dama de Apoyo a las Damas de Blanco.
Una Dama de Blanco, según la relación que enviaron a El Nuevo Herald, es una madre, una esposa o una mujer familiar de un preso de los 75 de la Primavera Negra del 2003 (Orlando Zapata pese a que fue detenido en esa oleda no está, al igual que Miguel Sigler Amaya, en la ¨lista oficial¨ de los 75, algo absurdo, y por tanto Reina Luisa no apareció como Dama de Blanco en la lista que recibió El Nuevo Herald); una Dama de Apoyo es una persona que se solidariza con Las Damas de Blanco y marcha con ellas. Desde hace años, y salvo en flechas muy señaladas, Las Damas de Apoyo han superado en número a las Damas de Blanco en las marchas sistemáticas a la Iglesia de Santa Rita en Miramar. Sara Martha Fonseca, Dania Virgen , Sonia Garro, etc. son algunas de las Damas de Apoyo que más represión física han recibido.
Tomado de http://www.cubanet.org/
Mujeres y policías
Por Miguel Iturria Savón
June 15, 2011
LA HABANA, Cuba, junio (www.cubanet.org) – El miércoles 8 de junio en la mañana, los vecinos y transeúntes de la apacible calle Calzada, del Vedado, La Habana, estuvieron muy preocupados con los autos de la policía en cada esquina, desde H hasta M, límite con la Oficina de Intereses de los Estados Unidos en Cuba, rodeada por agentes y cámaras de grabación las 24 horas del día. La inquietud creció con la oleada de uniformados que bajó del camión en I, y con los oficiales vestidos de civil que daban órdenes y gesticulaban como si tuvieran que combatir contra el comando especial que ajustició a Osama Bin Laden en Pakistán.
Hasta los más apurados miraban con recelos y preguntaban con discreción. En el parquecito triangular de la funeraria de Calzada y K, lugar de espera para trámites migratorios, crecía la expectación de los posibles viajeros y de quienes aguardan para entrar en las salas de Internet de la sede diplomática más vigilada de la isla. “¿Qué pasará hoy? ¿A quiénes esperan los chicos de la contrainteligencia? ¿Desembarcaron por fin los enemigos o habrá muerto el general?”.
Los murmullos crecían en el parquecito, donde los oficiales de Seguridad del Estado mostraban su nerviosismo en cada esquina, cual cowboys al acecho. Las preguntas siguieron hasta que un opositor sesentón, padre de un ex oficial encarcelado, aclaró que el despliegue militar se debía a que Reina Luisa Tamayo visitaría la Oficina de Intereses con las cenizas de su hijo Orlando Zapata y el resto de la familia, quienes partirían el jueves como refugiados hacia los Estados Unidos.
La aclaración alivió las tensiones pero siguieron los comentarios, pues Reina Luisa Tamayo, de 62 años, es la mujer más golpeada en Cuba por las turbas oficiales, honor compartido con Laura Pollán y Berta Soler, líderes de las Damas de Blanco. Su partida al exilio la libera del acoso, pero reafirma la intolerancia gubernamental, lo cual dispara la zozobra de quienes enfrentan pacíficamente a las autoridades.
(Reina Luisa y familiares al lado del Anexo II, situado en J y Malecón, de la Oficina de Intereses de los EE.UU. en La Habana)
Al día siguiente, mientras Reina Luisa Tamayo y sus parientes subían al avión con las cenizas del mártir, una decena de mujeres pusieron en jaque a la policía política en la calle Calzada, desde G hasta el Monte de las Banderas, al lado de la Oficina de Intereses de los Estados Unidos, donde se internaron gritando consignas sobre el respeto a los derechos humanos y el cese de la represión en la isla.
El viejo Alfredo, vecino de Calzada, cuenta que “sorprendidos, los agentes de Seguridad que vigilan la zona, movilizaron a varias patrullas de la policía y parte del destacamento SEPSA para desalojarlas; luego presionaron a funcionarios del Ministerio de Relaciones Exteriores para dar contracandela y gritar consignas a favor del gobierno en el lugar de los hechos”.
Todavía el viernes, los vecinos de Calzada ofrecían sus versiones sobre la ocupación militar de esa calle, sede del MINREX, el Instituto de Relaciones Internacionales, la editorial José Martí, la Escuela de automovilismo, la Oficina de Refugiados y la Oficina de Intereses de los Estados Unidos, la sede diplomática más popular en Cuba a pesar de la satanización oficial.
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