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jueves, marzo 15, 2012

Pedro Pablo Arencibia Cardoso: Mis consideraciones sobre la próxima visita de Benedicto XVI a Cuba

Mis consideraciones sobre la próxima visita de Benedicto XVI a Cuba
(sobre un artículo de Eduardo Mesa)



Por Pedro Pablo Arencibia Cardoso


Algunas consideraciones históricas, teológicas y políticas respecto a la próxima visita del Papa Benedicto XVI a Cuba.

Primeramente diré que soy un laico Cubano, Católico, Apostólico y Romano, aunque algunas veces me avergüenze de la conducta de algunos jerarcas del Vaticano y de parte de la jerarquía de la Iglesia católica que peregrina en Cuba. La Iglesia es Santa por su fundador, pero pecadora por los que la conformamos.

Con la próxima visita de Benedicto XVI a Cuba se pierde mucho más que lo que se gana. Con la visita de Benedicto XVI a Cuba, la tiranía que somete al pueblo cubano desde hace más de 53 años recibirá un reconocimiento y un espaldarazo ante la comunidad internacional.

No manipulemos. Los cristianos con nuestro decir y testimonio diario de vida como fieles seguidores de Cristo es como realmente nos confirmamos en nuestra Fe; lo demás es secundario.

¿ Qué significa bendecir ? ¿ Qué significa ser bendecido ?

Bendecir significa separar para servir a Dios; algo bendecido quiere decir que ese algo (persona, imagen, crucifijo, aceite, etc. ) fue separado del resto de las cosas del mundo, para servir en el culto a Dios. La imagen de la Virgen de la Caridad fue bendecida ya personalmente por el Papa Juan Pablo II el 24 de enero de 1898 en su visita a Cuba; además, en esa misa celebrada en la Plaza Antonio Maceo de Santiago de Cuba, Juan Pablo II también la coronó; realmete re-coronó, pues ya en 1936 durante el Congreso Nacional Eucarístico, celebrado en Santiago de Cuba, fue coronada y canonizada por el Papa Pio XI, aunque no por él en persona. De lo anterior inferimos de manera evidente que desde un punto de vista religioso NO ES NECESARIO de que esa imagen sea nuevamente bendecida; si esa imagen es bendecida nuevamente, con ello se reafirma su separación para darle culto a Dios, pero realmente NO ES NECESARIO.

La imagen de la Virgen de la Caridad, como signo del amor de Dios, realmente no necesitaba ser bendecida, pues Dios mismo con sus milagros se encargó de mostrar su naturaleza de bendecida. Los tempranos milagros relacionados con la imagen de la Virgen de la Caridad pueden leerse en el tomo V, página 92 y ss. de la monumental obra Cuba: Economía y Sociedad del ya fallecido Leví Marrero; baste decir, en esta nota, que al ser recogida de las aguas de la bahía de Nipe sus ropas estaban secas pese a estar flotando sobre las aguas en una tabla y la noche anterior haber llovido torrecionalmente. Por otra parte, de ser la aparición de la imagen de la Virgen de la Caridad una manifestación trascendente del Amor de Dios, ella queda fuera de las coordenadas espacio y tiempo, de la misma manera que el nacimiento y la resurrección de Jesús, El Cristo, quedan fuera del tiempo y del espacio, por lo que ambos pueden ser celebrados en cualquier momento; lo demás es adecuación humana que muestra, una vez más, lo atado que estamos a este mundo material y a nuestras casas de campaña, como decía san Pablo.

La Iglesia cubana NO GANA ESPACIOS, los obtiene a cambio de la dejación o de ceder en algunas de sus misiones; la religión es mucho más que el culto. El ya fallecido Monseñor Meurice expresó en sus palabras de bienvenida a Juan Pablo II: ¨La Iglesia en América Latina hizo en Puebla la opción por los pobres, y los más pobres entre nosotros son aquellos que no tienen el don preciado de la libertad.¨. La actual jerarquía de la Iglesia Católica cubana, o parte importante de ella, se han olvidado de la opción por esos más pobres, a cambio de lo cual la dictadura le ha permitido acceder a algunos pequeños espacios que son derechos en cualquier otra parte del mundo democrático. La jerarquía ha sacrificado su misión profética en lo social para beneficio de lo propiamente cultual.

Tengo la opinión de que en este siglo XXI cuando los reinados y principados ya van quedando obsoletos y pertenecientes más a otras culturas, que a nuestra cultura occidental, que es suficiente para esa advocación cubana de la Señora del Cielo, el nombre de Virgen de la Caridad, pues ese es el nombre que leyó Rodrigo de Hoyos en las tablas encima de las cuales fue hallada la bendita imagen: 'Yo soy la Virgen de la Caridad' ; lo demás es pura, hueca y trasnochada vanidad humana que va en contra del nombre con el que ella quiso ser reconocida, implorada y nombrada.

Yo por mi parte deseo y pido vivamente que el Papa no vaya a Cuba para que ese gesto haga mirar al mundo hacia Cuba y su tragedia; se que hay demasiados intereseses del Vaticano y de la jerarquía de la Iglesia cubana para que esa visita se haga, pero lo hago para quedar bien conmigo mismo y con ese Dios que conoce todas las miserias humanas. ¡ Qué la Caridad ( o sea, el Amor) nos una en la Libertad y en la Justicia de Dios !.
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No permitas que tu pueblo sucumba

En tiempos de tribulaciones, todos buscan la paz sin cesar.
Muy adentro preguntamos: hasta cuando podemos soportar?
Cubano, que te sientes tan solo, piensa que solo no estás.
Dios siempre está con nosotros, es nuestro guía y verdad
Y si Dios está con nosotros, quien en contra nuestra estará?
Virgen de la Caridad, patroncita de mi Cuba,
hacia ti hoy nos volvemos, intercede por nosotros.
Tu presencia está en mi pueblo desde que llegaste a Nipe
No permitas que tu pueblo sucumba y que muera nuestra fe.
Y si ayer te dimos la espalda, hoy queremos volver hacia ti,
Madre, escucha a tu pueblo cubano que de nuevo se acerca a ti.
Que no crea en ídolos falsos, que aprenda vivir en la verdad.
Que no crea en líderes vanos y que aprenda amar de verdad.
Y si ayer te dimos la espalda, hoy queremos volver hacia ti,
Dios perdona a tu pueblo cubano que de nuevo sea fiel a ti.
Que no crea en ídolos falsos, que aprenda vivir en la verdad
Que no crea en líderes vanos y que aprenda amar de verdad.
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Tomado de http://www.cubaplural.com



Algunas consideraciones sobre la próxima visita del Papa a Cuba

Por Eduardo Mesa
25 de enero de 2012


La visita del Papa a Cuba, por su naturaleza esencialmente pastoral, constituye un bien en sí misma. Todos los cubanos perderíamos si esta visita no se llevara a cabo. El Santo Padre confirmará, Dios mediante, a los católicos cubanos en su fe y bendecirá en su 400 Aniversario la imagen de la Virgen de la Caridad que se venera en el Santuario del Cobre. Esta imagen presente otra vez en los hogares cubanos es el único símbolo de nuestra nación que el castrismo no ha podido vaciar de sentido, es la única conexión con lo mejor de nuestra historia y valores que ha quedado a salvo de la debacle castrista.

Más allá de la fe religiosa que profesemos, la devoción a la Virgen de la Caridad del Cobre es un elemento constitutivo de nuestra nacionalidad, es por tanto un regalo de Dios a nuestro pueblo, no solo a esa porción que se define como católica, sino al pueblo creyente en general e incluso a esos compatriotas que se proclaman agnósticos o ateos.

Sin embargo, el asesinato del opositor Wilman Villar Mendoza no puede ser ignorado porque el bien que se busca a largo plazo comienza también en lo inmediato, y lo inmediato es que los gobernantes cubanos han cometido un crimen, un crimen precedido de muchos crímenes, varios de ellos todavía recientes. La visita del Papa no puede separarse de ese contexto.

Sé que la Iglesia gana los espacios para todos, sé que hace un bien inmenso en el ámbito de la asistencia a los más desvalidos y que es la institución que más trabaja por impedir el envilecimiento definitivo de los cubanos de la Isla, sometidos todos a una deshumanización sistemática. Sé todas estas cosas y saberlas me produce un genuino orgullo; por eso, como católico orgulloso de la Iglesia que me ayudó a reconocer mi propia dignidad y derechos, me animo a pedir a los obispos cubanos otro bien para Cuba, que inviten al Santo Padre a tener un gesto público o privado con los demócratas cubanos, en especial con las Damas de Blanco.

(Virgen de la Caridad del Cobre)

Creo que ese gesto con los demócratas cubanos es un signo que necesitamos en la hora presente, cuando a veces parece que solo podemos esperar el bien que la nación necesita de parte de aquellos que hasta hoy solo han hecho el mal. Creo que es oportuno y necesario ese gesto de inclusión y de ánimo para aquellos que también han apostado a la Esperanza contra toda esperanza.

Hay compatriotas que no quieren esta visita y hay compatriotas que no creen necesario un gesto del Papa hacia aquellos que han escogido trabajar por la libertad y la justicia desde el pacífico ejercicio de sus derechos ciudadanos, son puntos de vista que respeto.

Yo por mi parte, deseo vivamente que el Papa vaya a Cuba, que la Virgen sea bendecida, coronada, aclamada como Madre Santísima de todos los cubanos, pero creo con toda humildad que ese bien sería mayor si se hiciera evidente, por parte de su Santidad Benedicto VXI, el consuelo y la confirmación en la Esperanza que los demócratas cubanos justamente reclaman y necesitan. Creo además, que esa bendición que ellos anhelan, puede ser recibida dignamente por las Damas de Blanco a nombre de todos los demócratas cubanos, ellas han sido madres, esposas, hijas, atentas al sufrimiento de los suyos, como la Virgen de la Caridad del Cobre, Madre de Dios y Madre nuestra, que ha estado atenta a nuestros sufrimientos como pueblo, un pueblo que sabe de su amorosa intercesión y ora ante ella.

“A Jesús por María la caridad nos une” es el lema que los obispos cubanos han escogido. Sí, que la Caridad nos una; que tengamos esa unidad auténtica que incluya y respete a todos los cubanos, como quiera que piensen, donde quiera que vivan; sí, que la Caridad nos una; que así sea.

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Tomado de http://www.lanuevacuba.com


Santiago de Cuba, 24 de Enero de 1998. Palabras de Mons Pedro Meurice Estiú al darle la bienvenida al Papa Juan Pablo II:

"Santísimo Padre: En nombre de la Arquidiócesis de Santiago de Cuba y de todos los hombres de buena voluntad de estas provincias orientales le doy la más cordial bienvenida. Esta es una tierra indómita y hospitalaria, cuna de libertad y hogar de corazón abierto. Lo recibimos como a un Padre en esta tierra que custodia, con entrañas de dignidad y raíces de cubanía, la campana de la Demajagua y la bendita imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre. EI calor de Oriente, el alma indomable de Santiago y el amor filial de los católicos de esta diócesis primada proclaman: ¡Bendito el que viene en nombre del Señor!

Quiero presentarle, Santo Padre, a este pueblo que me ha sido confiado.

Quiero que Su Santidad conozca nuestros logros en educación, salud, deportes..., nuestras grandes potencialidades y virtudes.., los anhelos y las angustias de esta porción del pueblo cubano.

Santidad, éste es un pueblo noble y es también un pueblo que sufre. Este es un pueblo que tiene la riqueza de la alegría y la pobreza material que lo entristece y agobia casi hasta no dejarlo ver más allá de la inmediata subsistencia.

Este es un pueblo que tiene vocación de universalidad y es hacedor de puentes de vecindad y afecto, pero cada vez está más bloqueado por intereses foráneos y padece una cultura del egoísmo debido a la dura crisis económica y moral que sufrimos.

Nuestro pueblo es respetuoso de la autoridad y le gusta el orden pero necesita aprender a desmitificar los falsos mesianismos.

Este es un pueblo que ha luchado largos siglos por la justicia social y ahora se encuentra, al final de una de esas etapas, buscando otra vez como superar las desigualdades y la falta de participación.

Santo Padre: Cuba es un pueblo que tiene una entrañable vocación a la solidaridad, pero a lo largo de su historia, ha visto desarticulado o encallados los espacios de asociación y participación de la sociedad civil, de modo que le presento el alma de una nación que anhela reconstruir la fraternidad a base de libertad y solidaridad.

Quiero que sepa, Beatísimo Padre, que toda Cuba ha aprendido a mirar en la pequeñez de la imagen de esta Virgen Bendita, que será coronada hoy por su Santidad, que la grandeza no está en las dimensiones de las cosas y las estructuras sino en la estatura moral del espíritu humano.

Deseo presentar en esta Eucaristía a todos aquellos cubanos y santiagueros que no encuentran sentido a sus vidas, que no han podido optar y desarrollar un proyecto de vida por causa de un camino de despersonalización que es fruto del paternalismo. Le presento además, a un número creciente de cubanos que han confundido la Patria con un partido, la nación con el proceso histórico que hemos vivido en las últimas década y la cultura con una ideología. Son cubanos que al rechazar todo de una vez sin discernir, se sienten desarraigados, rechazan lo de aquí y sobrevaloran todo lo extranjero. Algunos consideran ésta como una de las causas más profundas del exilio interno y externo.

(Monseñor Pedro C. meurice Estiú y Juan Pablo II en Santiago de Cuba durante la misa del 24 de enero de 1998)

Santo Padre: Durante años este pueblo ha defendido la soberanía de sus fronteras geográficas con verdadera dignidad, pero hemos olvidado un tanto que esa independencia debe brotar de una soberanía de la persona humana que sostiene desde abajo todo proyecto como nación.

Le presentamos la época gloriosa del P. Varela, del Seminario San Carlos en La Habana y de San Antonio María Claret en Santiago, pero también los años oscuros en que, por el desgobierno del patronato la Iglesia fue diezmada a principios del siglo XIX y así atravesó el umbral de esta centuria tratando de recuperarse hasta que, en la década del 50, encontró su máximo esplendor y cubanía. Luego, fruto de la confrontación ideológica con el marxismo-leninismo, estatalmente inducido, volvió a ser empobrecida de medios y agentes de pastoral pero no de mociones del Espíritu como fue el Encuentro Nacional Eclesial Cubano.

Su Santidad encuentra a esta Iglesia en una etapa de franco crecimiento y de sufrida credibilidad que brota de la cruz vivida y compartida. Algunos quizás puedan confundir este despertar religioso con un culto pietista o con una falsa paz interior que escapa del compromiso.

Hay otra realidad que debo presentarle: la nación vive aquí y vive en la diáspora. El cubano sufre, vive y espera aquí y también sufre, vive y espera allá fuera. Somos un único pueblo que, navegando a trancos sobre todos los mares, seguimos buscando la unidad que no será nunca fruto de la uniformidad sino de un alma común y compartida a partir de la diversidad.

Por esos mares vino también esta Virgen, mestiza como nuestro pueblo. Ella es la esperanza de todos los cubanos. Ella es la Madre cuyo manto tiene cobija para todos los cubanos sin distinción de raza, credo, opción política o lugar donde viva.

La Iglesia en América Latina hizo en Puebla la opción por los pobres, y los más pobres entre nosotros son aquellos que no tienen el don preciado de la libertad.

Ore, Santidad, por los enfermos, por los presos, por los ancianos y por los niños.

Santo Padre: Los cubanos suplicamos humildemente a su Santidad que ofrezca sobre el altar, junto al Cordero Inmaculado que se hace para nosotros Pan de Vida, todas estas luchas y azares del pueblo cubano, tejiendo sobre la frente de la Madre del Cielo, esta diadema de realidades, sufrimientos, alegrías y esperanzas, de modo que, al coronar con ella esta imagen de Santa María, la Virgen Madre de nuestro Señor Jesucristo, que en Cuba llamamos bajo el incomparable titulo de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, la declare como Reina de la República de Cuba.

Así todas las generaciones de cubanos podremos continuar dirigiéndonos a Ella, pero con mayor audacia apostólica y serenidad de espíritu, con las bellas estrofas de su himno: "Y tu Nombre será nuestro escudo, nuestro amparo tu gracias serán".

Amén.
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ALGUNOS COMENTARIOS DEJADOS

Anónimo ha dejado un nuevo comentario en su entrada "Pedro Pablo Arencibia Cardoso: Mis consideracione...":

Gracias Pedro, la verdad sea dicha ante todo. No han ganado nada como bien dices y los católicos estamos avergonzados de la conducta de algunos pastores, Ortega y Alamino a la cabeza y Serpa le sigue de cerca. ¡Dios nos coja onfesados!. Lo único que espero es que al primero de ellos no le quede mucho en sus funciones, y al otro tampoco.

chicho el cojo

1 comentario:

  1. Anónimo1:14 a. m.

    Gracias Pedro, la verdad sea dicha ante todo. No han ganado nada como bien dices y los católicos estamos avergonzados de la conducta de algunos pastores, Ortega y Alamino a la cabeza y Serpa le sigue de cerca. ¡Dios nos coja onfesados!. Lo único que espero es que al primero de ellos no le quede mucho en sus funciones, y al otro tampoco.

    chicho el cojo

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