Dos de Juan Juan Almeida : Rodiles vs Rodiles, esa es la Planificación y Ulises Rosales del Toro, un general con las puertas abiertas
Un general con las puertas abiertas
Hijo de campesinos, es algo obstinado, más bien cerrero, intenso, rígido, sensible, amable, compasivo, posee una ingenua atracción por el ridículo y el misterio.
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abril 16, 2012
Nacido el 8 de marzo de 1942, en el barrio de San Fermín, municipio de El Cobre, el general Ulises Rosales del Toro es miembro del buró político del Partido Comunista, y de los Consejos de Estado y de Ministros de La Republica de Cuba.
Hijo de campesinos, es algo obstinado, más bien cerrero, intenso, rígido, sensible, amable, compasivo, posee una ingenua atracción por el ridículo y el misterio.
Su primera enseñanza la cursó en una escuela ubicada al lado de la prisión de Boniato, en las afueras de Santiago de Cuba, conocer de cerca la vida de los presos desarrolló en él cierta sensibilidad frente al sufrimiento del prójimo. Subió a La Sierra Maestra no por ideas políticas, sino por entendimiento con los problemas del campesino, además de la lógica pasión aventurera propia de los jóvenes.
Ya en 1963 forma parte de la expedición militar de Cuba a Argelia, y a Venezuela en 1967. Angola fue una grieta que comenzó a deteriorar su muro de lealtades, ya para entonces era todo un general de academia; jefe del Estado Mayor de las FAR. En diciembre del 88 días después de la firma en New York, del acuerdo trilateral entre Angola, Sudáfrica y Cuba, donde se pactó la independencia de Namibia, la aceptación por Sudáfrica de no apoyar más a la UNITA, y el retiro de las tropas cubanas de Angola; el general Rosales del Toro, harto de la ineficacia de las balas, y convencido de la efectividad del diálogo para lograr consistentes acuerdos, lleva a Cuba la propuesta de negociar con los Estados Unidos y así intentar poner fin a muchos años de distensión; pero en lugar de una respuesta, recibe la orden – con visos de sanción -, de Presidir el tribunal militar que en el año 89 juzgara al General Ochoa.
No es fácil reponerse de una jugada tan vil. Es conocido que para el General Rosales dejó de ser un privilegio el respeto a La Revolución, ahora hablar como Raúl ya no es leal imitación sino gótica aversión. Quizás por eso, y por el respeto que Ulises aún despierta entre soldados y oficiales, más esa añeja manera tendenciosa y sadomasoquista de someter a un escogido, en 1997 lo nombran Ministro del Azúcar.
Ni el mejor intento por lograr erradicar el viejo hábito militar, ni largas horas de estudio fueron capaces de limpiar procedimientos que por malos se arraigaron en ese sector. La zafra mantuvo su acelerado paso, tipo zancada, hacia el inevitable desastre; marcado por la negligencia, la ineficiencia, la corrupción, y salarios denigrantes que impulsaron el desvío de recursos. Las constantes roturas e interrupciones industriales agravaron la producción azucarera hasta dejarla caer en rangos ínfimos. En noviembre del 2008, antes de extinguirse el Ministerio de Azúcar, el veterano general, reconvertido y voluntarioso pese a su desilusión, es designado Ministro de Agricultura.
Aquí cabe acotar un refrán que viene justo a pedir de boca: cuando la limosna es grande hasta el santo se preocupa. Con prudencia y mucha maña, su puerta se mantiene abierta a inversionistas, diplomáticos y empresarios.
Como una extraña enfermedad que se convierte en remedio; Ulises Rosales del Toro se perfila como un buen aliado para quien, con ánimos de negociar, intente atraer (comprar) militares.
Son mayoría los Generales allegados a Raúl Castro que forman parte del gobierno.
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La inmovilidad de La Habana malbarató el deterioro del fondo construido, y potencializó el hacinamiento. El destrozo material de los barrios y el precario mantenimiento de las viviendas, ha sido centro de atención de cineastas, articulistas, poetas y documentalistas; la ciudad muestra un vergonzoso llanto de post guerra.
La devastación urbanística es considerable a todo lo largo y ancho de la isla. Nos urge una solución que implique el saneamiento ambiental, el rehacer y/o modernizar infraestructuras básicas como acueducto, alcantarillado, red vial, iluminación pública, etcétera. Pero si bien es muy cierto que el irrespeto por la estética urbana de Cuba, logró transgredir las fronteras del anarquismo; también resulta irresponsable que al frente del Instituto de Planificación Física Nacional, en lugar de un ingeniero, diseñador o arquitecto, se haya impuesto a un octogenario militar. Como diría mi abuela, la lista no juega con el billete.
Lo fortuito no es aplicable, con dos Vicepresidentes en el Consejo de Ministros, más las carteras de Transporte, Economía, Fuerzas Armadas, Interior, Informática y Comunicaciones, Aeronáutica Civil y, ahora, Samuel Rodiles en Planificación, son mayoría los Generales allegados a Raúl que forman parte del gobierno. Hijo de un trabajador de la Base Naval de Guantánamo, el General Rodiles Planas nació en un confortable hogar de clase media, en el fronterizo poblado de Caimanera.
Estudió en su provincia natal hasta la segunda enseñanza, fue expulsado luego de algunas acusaciones que lo involucraban con un delito de asalto y robo, logra salir bajo fianza en libertad provisional. Así comenzó lo que podríamos llamar un tempestuoso romance entre el bien y el mal. Ingresa al entonces Movimiento 26 de Julio y rápidamente se destaca (bajo el nombre falso de “Príquiti”), en Acción y Sabotaje. Perseguido sube a La Sierra, baja con grados de Comandante, y desde entonces ha ocupado diversos cargos dentro del mundillo verde olivo, Inspector General y Segundo Jefe de la PNR, Supervisor del Buró de Investigaciones, Jefe del DTI, Jefe de Departamento de Inspección del MINFAR, y Jefe del Estado Mayor de la misión militar de Cuba en Angola.
Tiene una hija Teniente Coronel de las FAR; pero de ella no pienso escribir, porque no tengo el derecho de romper un sueño ajeno, y porque como dijo un día aquel señor de historia larga y vida corta: No vale la pena emborronar cuartillas.
El General Rodiles Planas es miembro activo del Comité Central del Partido, diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular, y Presidente de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana.
Este nuevo e intempestivo nombramiento de Samuel Rodiles Planas, me corrobora que el presidente Raúl Castro no tiene entre sus prioridades reorganizar un concepto responsable en la reconstrucción ciudadana ni en la creación de zonas residenciales ni comerciales; sino que continúa en su afán de militarizar la sociedad; y como diversión colateral, algo que no debo pasar por alto, pone a prueba al anciano Rodiles enfrentándolo a su disidente sobrino Antonio G Rodiles (líder del proyecto Estado de SATS).
“Divide et Vinces”, su más efectiva divisa. Idea desfasada de quien se dice familiar y adora usar designaciones como balas de cañón. A algunos les causa la muerte; y a otros, preocupación.
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