Tomado del diario El Mercurio, Chile
ENTREVISTA A OFELIA ACEVEDO, VIUDA DE OSWALDO PAYÁ:
“Hoy tengo más temor y soy más vigilada que antes de su muerte”
Apoyo desde Chile.
Ofelia Acevedo asegura que sólo una “investigación independiente del gobierno cubano, o sea internacional, porque aquí todo es estatal”, podría determinar con certeza qué fue lo que realmente ocurrió en el accidente donde murió su esposo. Por eso los cinco hermanos de Oswaldo Payá que viven en el exterior, así como gobiernos y organismos internacionales, están gestionando que se haga esa investigación. “No tengo internet, pero me han dicho que el gobierno chileno y muchos amigos en Chile están apoyando esta demanda nuestra, y les agradezco mucho”.
(Ofelia Acevedo Maura, viuda de Oswaldo J. Payá Sardiñas)
Con “más temor” que antes y “más vigilada” de lo habitual, Ofelia Acevedo, la viuda del líder opositor cubano Oswaldo Payá, mantiene su teoría de que el accidente en el que murió su marido el pasado 22 de julio en Granma (este) no fue casual. Ese día, Payá viajaba junto al español Ángel Carromero, el sueco Jeans Aron Modig y el cubano Haroldo Cepero, quien también murió a raíz del accidente, en un vehículo arrendado y manejado por el español. La versión del gobierno cubano es que el chofer íba a exceso de velocidad, perdió el control del auto y se estrelló contra un árbol. La familia asegura que el vehículo fue embestido por otro, lo que provocó el accidente. El sueco volvió a su país, donde el viernes declaró que no recordaba nada del accidente, mientras Carromero está detenido y arriesga una condena de hasta 10 años de prisión. Ofelia, tres hijos y casada hace 26 años con el disidente, conversó telefónicamente con “El Mercurio” desde La Habana. Con voz suave, pero segura, la viuda de Payá relata cómo han sido estos días después del accidente para ella y su familia.
—¿Ha tenido alguna comunicación con el gobierno sobre el accidente de su esposo?
“No, nunca. Yo me enteré de la versión de ellos por la televisión. Sólo he visto al agente de criminalística que me entregó el cadáver de mi esposo, y él me dio la misma versión”.
—Y usted, ¿le dijo que dudaba de esa versión?
“Sí, le señalé que no creía en una versión elaborada por la seguridad del Estado, el organismo que durante tantos años persiguió y amenazó de muerte a mi esposo”.
—En concreto, ¿en qué se basa para afirmar que hubo participación de terceros?
“Yo recibí un mensaje, de unos amigos desde España, que me decían que el carro había sido embestido por atrás y sacado de la carretera. Después me enteré del accidente. Ellos no tenían motivo para ir a exceso de velocidad, no tenían apuro, iban por una carretera vacía, a las dos de la tarde”.
—¿Han hablado con testigos del accidente o con gente de la zona?
“Sí, con personas que oyeron a instructores de la policía leer un acta en la que los testigos decían que había un auto que corría paralelo al vehículo que llevaba a mi esposo. Otros oyeron que los extranjeros interpelaban a las personas de ese otro auto y les preguntaban que quiénes eran y por qué les hacían eso”.
—¿Cuál fue el motivo del viaje?
“Era una forma discreta de Oswaldo para poder llegar hasta Santiago de Cuba a ver a algunos miembros del Movimiento Cristiano de Liberación (que fundó Payá) sin ser seguido por la seguridad del Estado”.
—¿Qué le pareció el respaldo que recibió en los funerales?
“Me sorprendió que tantas y tan variadas personas fueran a expresarme su dolor, en un país donde hay mucho miedo a decir lo que se piensa”. “Mis vecinos son constantemente intimidados por la seguridad del Estado; un día me hablan mucho y al día siguiente casi no me saludan. Lo mismo pasa con los compañeros de trabajo, con los compañeros de estudio de mis hijos, con mis hermanos de la comunidad cristiana”.
—¿Qué va a pasar con el movimiento a futuro?
“Va a seguir funcionando. Oswaldo dejó muy bien encaminado todo el trabajo y la gente sigue como si él estuviera todavía físicamente entre nosotros. En el corazón, en el espíritu de todos ellos, está lo que Oswaldo nos enseñó y el camino que preparó”.
—Y usted, ¿cómo está?
“Ahora tengo más temor que antes, porque no cuento con la protección ni la seguridad que Oswaldo nos daba. Tengo temor por la integridad física de mi familia, debido a lo que ha ocurrido, y porque constantemente nos están vigilando, hay patrullas militares vigilando la casa, la cuadra. Y hasta la tumba de Oswaldo tiene vigilancia en el cementerio”.
—¿Para que no se convierta en un lugar de peregrinación?
“Seguramente, o tendrán temor de que resucite”.
Con “más temor” que antes y “más vigilada” de lo habitual, Ofelia Acevedo, la viuda del líder opositor cubano Oswaldo Payá, mantiene su teoría de que el accidente en el que murió su marido el pasado 22 de julio en Granma (este) no fue casual. Ese día, Payá viajaba junto al español Ángel Carromero, el sueco Jeans Aron Modig y el cubano Haroldo Cepero, quien también murió a raíz del accidente, en un vehículo arrendado y manejado por el español. La versión del gobierno cubano es que el chofer íba a exceso de velocidad, perdió el control del auto y se estrelló contra un árbol. La familia asegura que el vehículo fue embestido por otro, lo que provocó el accidente. El sueco volvió a su país, donde el viernes declaró que no recordaba nada del accidente, mientras Carromero está detenido y arriesga una condena de hasta 10 años de prisión. Ofelia, tres hijos y casada hace 26 años con el disidente, conversó telefónicamente con “El Mercurio” desde La Habana. Con voz suave, pero segura, la viuda de Payá relata cómo han sido estos días después del accidente para ella y su familia.
—¿Ha tenido alguna comunicación con el gobierno sobre el accidente de su esposo?
“No, nunca. Yo me enteré de la versión de ellos por la televisión. Sólo he visto al agente de criminalística que me entregó el cadáver de mi esposo, y él me dio la misma versión”.
—Y usted, ¿le dijo que dudaba de esa versión?
“Sí, le señalé que no creía en una versión elaborada por la seguridad del Estado, el organismo que durante tantos años persiguió y amenazó de muerte a mi esposo”.
—En concreto, ¿en qué se basa para afirmar que hubo participación de terceros?
“Yo recibí un mensaje, de unos amigos desde España, que me decían que el carro había sido embestido por atrás y sacado de la carretera. Después me enteré del accidente. Ellos no tenían motivo para ir a exceso de velocidad, no tenían apuro, iban por una carretera vacía, a las dos de la tarde”.
—¿Han hablado con testigos del accidente o con gente de la zona?
“Sí, con personas que oyeron a instructores de la policía leer un acta en la que los testigos decían que había un auto que corría paralelo al vehículo que llevaba a mi esposo. Otros oyeron que los extranjeros interpelaban a las personas de ese otro auto y les preguntaban que quiénes eran y por qué les hacían eso”.
—¿Cuál fue el motivo del viaje?
“Era una forma discreta de Oswaldo para poder llegar hasta Santiago de Cuba a ver a algunos miembros del Movimiento Cristiano de Liberación (que fundó Payá) sin ser seguido por la seguridad del Estado”.
—¿Qué le pareció el respaldo que recibió en los funerales?
“Me sorprendió que tantas y tan variadas personas fueran a expresarme su dolor, en un país donde hay mucho miedo a decir lo que se piensa”. “Mis vecinos son constantemente intimidados por la seguridad del Estado; un día me hablan mucho y al día siguiente casi no me saludan. Lo mismo pasa con los compañeros de trabajo, con los compañeros de estudio de mis hijos, con mis hermanos de la comunidad cristiana”.
—¿Qué va a pasar con el movimiento a futuro?
“Va a seguir funcionando. Oswaldo dejó muy bien encaminado todo el trabajo y la gente sigue como si él estuviera todavía físicamente entre nosotros. En el corazón, en el espíritu de todos ellos, está lo que Oswaldo nos enseñó y el camino que preparó”.
—Y usted, ¿cómo está?
“Ahora tengo más temor que antes, porque no cuento con la protección ni la seguridad que Oswaldo nos daba. Tengo temor por la integridad física de mi familia, debido a lo que ha ocurrido, y porque constantemente nos están vigilando, hay patrullas militares vigilando la casa, la cuadra. Y hasta la tumba de Oswaldo tiene vigilancia en el cementerio”.
—¿Para que no se convierta en un lugar de peregrinación?
“Seguramente, o tendrán temor de que resucite”.
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