Esteban Fernández: ANTE LA MUERTE DEL CAPITÁN ALFREDO ABÓN LEE
(ANTE LA MUERTE DEL CAPITÁN ALFREDO ABÓN LEE)
12-23-12
Una de las lecciones aprendidas en este largo exilio es lo equivocado que estábamos con los asiáticos que vivían o nacían en nuestro país.
Por ejemplo, ¿cual es el mayor orgullo de un padre cubano en el destierro?: que sus hijos se sientan cubanos, que piensen como cubanos, que actúen y que coman como cubanos. Sin embargo, en Cuba era al revés, pensábamos distinto, y nada nos daba más alegría, nada nos inspiraba más afecto, que ver a un chinito aplatanado comportarse cien por ciento como si fuera cubano.
Y si el chino se tiraba para el cubanéo, entonces adorábamos al chino. El segundo error (que ahora nos molesta mucho cuando nos pasa a nosotros) era que la mayoría de las veces ese "chino" no tenía ni un solo pelo de chino. Posiblemente sus padres eran coreanos, japoneses o filipinos, pero nosotros de todas maneras le disparábamos por la cabeza la ciudadanía china.
En mi barrio había un matrimonio "chino" y un día me quedé frío cuando la señora me explicó que "sus padres estuvieron muy opuestos a su matrimonio porque no estaban de acuerdo con que se casara con alguien de otra nacionalidad y cultura que ellos". Eso me lució la cosa más absurda del mundo porque para mi ellos no eran más que un par de chinos.
En Cuba muchos chinos cubanos fueron coroneles de la Guerra de Independencia, Famosos políticos, eminentes galenos, letrados, pero existía la absurda creencia de que todos tenían "un tren de lavado de ropas".
Y la frase popular de "Ese no le ha tirado ni un hollejo de naranja a un chino" daba a entender que "darle un naranjazo a un chino era fácil". Sin embargo, un monumento en La Habana decía que "En la guerra no hubo un chino cobarde ni un chino traidor". Y cuando teníamos mala suerte era porque "teníamos un chino atrás".
Si una mujer nos disgustaba, o nos hacía algo malo, y queríamos herirla entonces el peor insulto era: "Chica, búscate un chino que te ponga un cuarto". Pero la verdad era que los chinos eran muy inteligentes a la hora de escoger una cubana buena, decente y honesta.
No solamente generalizábamos llamandolos a todos "chinos" sino que individualmente utilizábamos eso de "el chino" como apodo. Es decir, ya desde el Kindergarten, y durante toda su vida, todo el mundo a su alrededor le llamaba "el chino Toyota" a un japonés.
Dígame la verdad: "¿Si usted nació en Artemisa, sus padres y sus abuelos son cubanos, le gustaría que todo el mundo lo llamara "el peruano Pérez" y que a sus hijos en la escuela los llamaran "los peruanitos Pérez"? Claro que no.
Al chino que, de muchachito, yo estaba desesperado por conocer era "al médico chino" porque cuando yo hacía algo malo siempre mi madre allá en la distancia y con un cinto en la mano me gritaba: "¡Hoy si que no te va a salvar ni el médico chino!" Y yo le respondía: "Mami, ¿por lo menos me puedes dar la dirección de ese médico chino para que interceda por mi, y a lo mejor te convence?"
Aquí los americanos cuando saben decir "sí, señor" ya se creen que saben Español, pero hubo una época en que yo cometía ese mismo error y me creía que "hablaba chino" porque me aprendí un comercial del arroz Jon Chi que decía "Chi que crece, chi que desgrana, chi que le va a gustar"...
Y ¿no le molesta a usted ahora cuando en el cine el papel de cubano lo hace un actor con acento argentino o mexicano? Sí, pero nosotros cometíamos en Cuba el mismo error y el "chino" más famoso de la televisión, el Chino Wong, era un cubano llamado Emilio Ruiz, y en la radio Chan Li Po era otro cubano llamado Aníbal de Mar.
Y este escrito me lo inspira el fallecimiento del valiente capitán chino Alfredo Abón Lee (su foto encima de estos renglones) quien defendiera como un león el Cuartel de Yaguajay tratando de evitar que fuera tomado por Camilo Cienfuegos.
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Tomado de http://www.latinamericanstudies.org/
BY mid-August 1958 the regular army would not even approach the marginal areas of the Escambray Mountains. However, during the fall of 1958, the army made an attempt to cut the guerrilla front in half by advancing simultaneously from the city of Cienfuegos towards the north, and from Santa Clara to the south. The army's sudden decision to fight the guerrillas was probably due to the arrival of Battalion No. 11, whose chief, Colonel Angel Sanchez Mosquera, was transferred from Oriente to Las Villas province.
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En la familia mía, allá en el Escambray natal, se comentó con mucha admiración la heroica resistencia del 'capitán chino'. Era entonces un niño de seis años, pero bien que me acuerdo. Hallo muy merecido este homenaje a Abón Lee por parte de Esteban Fernández, con una columna breve y amena, como siempre son sus columnas y como deben ser los buenos artículos para no empalagar. Ese es el gran mérito, además del contenido y la gracia, del maestro Estebita, como lo llaman sus amigos (no le digo don Estaban, porque sé que no le gusta el empaque). Es verdad que la gente se burlaba de los chinos, pero cuando una muchacha te decía 'mi chino', eso era el colmo del cariño. Debe ser la excepción, ¿no? Tampoco he visto nunca a un chino pidiendo en la calle, ni en Cuba ni en España ni en ningún otro país. Son gente muy laboriosa. No esperan que les den trabajo, se lo saben buscar. Felicito al autor por esta buena narrativa (narrativa viene de ‘narra’, en este caso). Y por su excelente columna
NA
3 Comments:
El monumento a los chinos que pelearon en las Guerras de Independencia, al cual se hace referencia en el artículo, se halla situado en la confluencia de las calles Línea y L, en el Vedado. Allí, en una pequeña plazoleta se encuentra una columna de mármol negro, con una inscripción en bronce en su base, que dice:
"No hubo un chino cubano traidor,
no hubo un chino cubano desertor".
Honor a quien honor merece.
Saludos,
Un cubano más.
En la familia mía, allá en el Escambray natal, se comentó con mucha admiración la heroica resistencia del 'capitán chino'. Era entonces un niño de seis años, pero bien que me acuerdo. Hallo muy merecido este homenaje a Abón Lee por parte de Esteban Fernández, con una columna breve y amena, como siempre son sus columnas y como deben ser los buenos artículos para no empalagar. Ese es el gran mérito, además del contenido y la gracia, del maestro Estebita, como lo llaman sus amigos (no le digo don Estaban, porque sé que no le gusta el empaque).
Es verdad que la gente se burlaba de los chinos, pero cuando una muchacha te decía 'mi chino', eso era el colmo del cariño. Debe ser la excepción, ¿no? Tampoco he visto nunca a un chino pidiendo en la calle, ni en Cuba ni en España ni en ningún otro país. Son gente muy laboriosa. No esperan que les den trabajo, se lo saben buscar.
Felicito al autor por esta buena narrativa (narrativa viene de ‘narra’, en este caso). Y por su excelente columna semanal que siempre me leo. Feliz Navidad para Esteban y Pedro Pablo junto a sus respectivas familias. Y buen año 13.
Les desea Nicolás
Debería abrirse una página en Wikipedia recolectando datos que pudiera obtenerse de familiares de él que aún vivan. Es un dato histórico muy importante. Pensaba yo que él había sido ejecutado por los guerrillos. El Ché seguro lo hubiera fusilado, pero al parecer se salvó porque era Camilo.
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