Tomado de http://www.nuevoaccion.com
¿Pluripartidismo en una nueva Constitución cubana?
Por Martha Beatriz Roque
LA HABANA, Cuba, junio, www.cubanet.org -En el año 1902, Cuba estrenó su nueva Constitución como República. Y en 1940, se instituyó la que fue considerada una de las mejores Cartas Magnas del continente americano. Con respecto a ella, en La Historia me Absolverá, Fidel Castro dijo: “La primera ley revolucionaria devolverá al pueblo la soberanía y proclamará la Constitución de 1940, como la verdadera ley suprema del Estado”.
Claro está, después de tomar el mando, este estatuto democrático no le servía, ya que, en primer lugar, dejaba bien claro la existencia de los tres poderes: legislativo, ejecutivo y judicial. Y aquí, desde el primer momento -en 1959-, se ejerció uno solo y se le mostraba al pueblo con barbas.
No obstante, recientemente, y de manera somera, Raúl Castro habló de reformar la Constitución de la República, la que fue puesta en vigor en 1976, y modificada en 1992 y 2002. De igual forma, planteó que habrá un límite en los períodos electorales. Esto, acompañado de toda una serie de cambios que están concebidos en los Lineamientos del VI Congreso del Partido Comunista de Cuba, requiere de una modificación de la Carta Magna.
Pero, aunque no se tiene definido quién será el heredero de la realeza, algunos apuestan por Miguel Díaz Canel, al que, debido a sus propiedades físicas, ya decadentes en Machado Ventura y en el propio Raúl Castro, se le concedió la mitad menos comprometida del asiento derecho del trono. Porque la que más vale –constitucionalmente- la sigue teniendo “Machadito”, Segundo Secretario del Partido Comunista de Cuba.
Sin embargo, el panorama político, tanto nacional como internacional, apuntan hacia algún cambio que quizás sorprendería a muchos, aunque para otros es parte del espectáculo teatral que siempre prepara el régimen. Podría plantearse en la próxima Constitución la posibilidad de existencia de otros partidos políticos, para continuar con la línea de cambios “raulistas” que algunos aplauden. Esto sería definitivo para los que –desde el otro lado del mar- esperan una apertura, e incluso hasta para los europeos. ¿Pero realmente se concederá esa libertad, sin trampas ni amaños politiqueros? Más bien habría que pensar que es algo que se viene preparando desde hace tiempo. Algunos de los factores que entraron en este espectáculo, ya se han puesto viejos, pero una nueva camada de títeres está en el podio de premiaciones.
Después de tantos años de espera, cualquier intento da igual, e incluso a los que desde lejos tienen aspiraciones a la presidencia de la República, les resulta conveniente este tipo de juego manipulado, porque conocen perfectamente a los elegidos y los apoyan y promueven internacionalmente.
En la actualidad, el cese del embargo, llamado “bloqueo” en el lenguaje eufemístico del régimen, se ha convertido en una obsesión para el gobierno cubano, y hasta el más mínimo paso de restablecimiento en la normalidad de las relaciones con los Estados Unidos, lo condicionan a ello. No obstante, se han reanudado las conversaciones para la normalización del correo entre ambos países. El gobierno del presidente Obama vuelve a caer en el juego de otros demócratas que han habitado la Casa Blanca: conversar con sordos.
Si se logra convencer a dos factores externos importantes -lo cual no se considera difícil-, la solución del pluripartidismo en una nueva Constitución sería algo viable. El mismo tipo de marioneta que se utiliza para levantar la mano en la Asamblea Nacional del Poder Popular, está lista para asumir el rol opositor. El esquema de la eliminación del embargo, como justificación principal, está tocando a la puerta.
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