Cuba. Más de 200 casos de muertes y desapariciones en lo que va de mandato de Raúl Castro
Raúl Castro ayudando a fusilar desde que estaba en las guerrillas contra el régimen de Batista
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Cuando, camino hacia Santiago de Cuba, llegué a la Comandancia de Raúl Castro, Raúl me quiso enredar en un juicio a Nino Díaz y no me gustó el asunto. Por supuesto que no me presté a la intriga. A Nino no pudieron condenarlo porque no había razón ni pruebas para ello.
En esa oportunidad Raúl mismo me dijo que antes de llegar él a la zona había unos bandidos alzados, que eran de Santiago de Cuba y que él había resuelto el problema. Cuando le pregunté como lo había hecho me dijo: Les di guiso.
Yo no tenía poder para investigar y cuestionar a Raúl Castro. Pasé por allí para informarle cual era mi misión de acuerdo a Fidel. La Columna 9 tenía que cercar a Santiago de Cuba para poder lanzar la ofensiva final con un asalto a la ciudad. Había que adelantar el triunfo de la insurrección y establecer en Cuba un Estado de Derecho. Ese era el gran compromiso de la revolución.
ZV: -Huber, usted declaró en una entrevista que se puede ver en youtube, que pasado el tiempo no le queda más remedio que admitir que la época de Fulgencio Batista fue mejor que la de Fidel Castro. Viniendo de su parte esta consideración es de reconocer que sea usted uno de los primeros de esa generación en admitirlo, ¿podría ampliarlo?
HM: -Batista es el padre de Fidel, porque sin su golpe de estado Fidel no habría podido llegar al poder. Al romper el ritmo constitucional Batista le abrió la oportunidad, luego lo indultó.
Pero no es comparable el daño que hizo Batista en sus siete años con lo que ha hecho Fidel en más de medio siglo. Aunque Batista fue un usurpador no cometió en siete años de dictadura ni remotamente el daños que ha hecho el castrismo.
Batista no destruyó la República ni la moral de los cubanos como ha hecho Fidel Castro. Creo que Fidel conscientemente desbarató la moral de los cubanos para que le obedecieran ciegamente. Es un matón que sabe que intimidar le permite imponerse y no escatima cualquier medio por perverso que sea para lograrlo.
ZV: -Hace un tiempo lo entrevisté en su casa y me hizo una descripción de Raúl Castro como un tipo muy miedoso frente a su hermano Castro I, ¿podría repetirme la descripción que hizo? Y quizá contar algunas anécdotas, recuerdo una en particular en la que Castro I lo avergonzaba delante de otros compañeros…
HM: -En un encuentro a fines del marzo del 59 en el edificio del Tribunal de Cuentas Fidel reunió el pleno de la revolución. Allí estaban los dirigentes del 26 de julio, los comandantes principales, los ministros y algunas personalidades más. Éramos como cincuenta personas.
Fidel era el único orador y habló como tres o cuatro horas sin concretar nada. Entonces empezó a criticar a Raúl Castro como Ministro de las Fuerza Armadas porque había demorado el traslado de los cuarteles al campo. Raúl trató de justificar la demora y entonces lo mandó a callar con malas palabras. Raúl trató de defenderse y lo aplastó con insultos. Raúl salió llorando a lágrima viva por la humillación, iba llorando con la cabeza baja.
Yo me di cuenta que aquello era muy serio. Allí estaba toda la dirigencia revolucionaria. Me puse de pie y dije “nosotros en la Sierra éramos una sola voluntad, ahora que estamos con la responsabilidades del poder esto nos obliga a actuar de forma que sigamos siendo una sola voluntad.”
Fidel se quedó como un minuto en silencio. Entonces dijo “continuemos”.
Carlos Franqui estaba allí y cuando yo estaba preso se atribuyó la aclaración, pero cuando salí de prisión me dijo “Huber había que contar lo que pasó y yo no creí que sobrevivirías. Espero que me entiendas y me perdones”. Por supuesto que lo entendí.
En realidad Fidel aprovechó la ocasión para aplastar a Raúl y que todo el mundo le cogiera miedo.
Cuando terminó la reunión, Fidel me llamó y me dijo “Huber, voy a hacer un recorrido por Latinoamérica, confío en tí, vigílame a Raúl”. Era otra forma de hacerme creer que yo era importante, pero ese juego no iba conmigo.
En cuanto al temor de Raúl, eso era conocido. Raúl tenía fama de cobarde entre todos sus oficiales. Raúl nunca iba a un combate. Una vez cuando le dijeron que venía el Ejercito le dijo a su chofer (Maro): “Óye, vámonos de aquí, arriba, vámonos”. Maro contaba que como a la hora de huir de la Maya, le dijo a Raúl: “¿Qué hacemos? Aquí no van a llegar los guardias”.
Pero a Raúl le gusta ser radical y mandar a matar a la gente de noche. Fidel Castro es un matón y Raúl un radical que mata de noche.
alfonzo
1 Comments:
Me parece que Hubert Matos no le conto a Zoe Valdes que cuando el llego a Camaguey,en los primeros dias de Enero del 1959,se dio a la sangrienta tarea,comenzando el dia 14 de ese mismo mes a asesinar y enterrar en zanjas a
dezenas de militares sin juicio,y alegando quen solo cumplia ordenes de Fidel Castro,hablemos claro no !!!
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