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domingo, diciembre 01, 2013

Regina Coyula desde Cuba narra hechos en torno al Ballet Nacional de Cuba y sobre Alicia Alonso cuando ella "atendía" el movimiento danzario del país. Cosas de la Seguridad del Estado, G2 o policía política.

Tomado de http://www.diariodecuba.com

Tradición y símil
 
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Ya en 1984 un grupo de bailarines protagonizó un conato de protesta. Alicia Alonso ha gobernado el ballet como Castro hizo con el resto del país.
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Por Regina Coyula
 La Habana
1 Dic 2013

   
Dejé de tener contacto oficial con el Ballet Nacional de Cuba (BNC) hace casi treinta años. Algunas hermandades, mucho cariño y los infaltables odios me dejó aquella experiencia. Pero al leer Los bailarines del BNC revelan una vieja tradición, he regresado al orwelliano 1984 en que un grupo de bailarines —los jóvenes de entonces— protagonizaron un conato de protesta.

Básicamente lo mismo de la carta de ahora: malas condiciones de alojamiento, transporte y dietas durante las giras internacionales. Además los de entonces, que ya no somos los mismos, agregaban el favoritismo con que se organizaban los elencos de gira. Era época de amistad con Nicaragua, pero todos preferían practicar el internacionalismo en Europa. Y los roles. Los papeles principales también estaban bajo fuego, pues muchas veces se adjudicaban por simpatía y no por calidad.

Dentro de aquellos inconformes había excelentes profesionales dirigentes además dentro de la UJC, gente con arrastre y prestigio que "puso malo" el BNC. Fue un momento caldeado dentro de los salones de clase, en los vestuarios, entre bambalinas. Todos fueron neutralizados con amenazas o prebendas, lo cual explica el anonimato del reclamo actual.

Es cierto que nuestros bailarines viven mejor que la mayoría de los cubanos, pero si los comparamos con sus pares de una compañía de nivel mundial, liga en la que se mantiene el BNC, se alimentan mal, se saben explotados, entran en trapicheos; todo para estirar el estipendio y mejorar las condiciones de vida. A pesar de que durante muchos años los bailarines y maitres pudieron contratarse en cualquier esquina del mundo sin tener que entregar una sustanciosa parte de lo ganado al Ministerio de Cultura --dádiva que deben a su Prima Ballerina Assoluta—, en el BNC se ha abierto un trillo hacia el exilio.

Nada parece haber cambiado ni creo que cambie (hasta la "tradición" del contenedor), pero deseo de corazón que esos jóvenes de la carta de este 2013 puedan luchar por sus derechos artísticos y laborales sin necesidad del anonimato.

Conocer por dentro el BNC permite un símil entre Alicia Alonso y Fidel Castro. Ambos han dirigido a capricho como en una corte, rodeados de incondicionales prestos a adular, y hasta a ser bufones; algunos por convicción, otros por conveniencia, los subordinados se han mantenido en una ambivalencia amor-odio con esa figura materno-patriarcal. ¡Pero ay de quien ose discutir una decisión, cuestionar el liderazgo! Daba bochorno ver cómo luego de una función desastrosa, muchos de los burlones entre bastidores, desfilaban por el camerino de la diva, o al día siguiente por su oficina, para asegurarle que había estado regia, divina ("perra" no, muy vulgar). Todavía por aquellas fechas su partenaire era Jorge Esquivel, con Orlando Salgado aquello fue para peor.

Mi relación personal con Alicia fue buena hasta una recepción que ofreció Fidel Castro al BNC luego de una exitosa gira internacional. Bruzón, uno de los escoltas personales de Castro, se me acercó para decirme que Fidel quería conocer y conversar con bailarines jóvenes, así que reuní a varios, entre los que inevitablemente se encontraban los incómodos, y los conduje a un local más pequeño. Castro conversaba con Alicia, su esposo, Sonia Calero y Alberto Alonso cuando irrumpí precedida por Bruzón con aquella tropa de atrevidos. Por indicación del escolta, los fui presentando uno por uno a Fidel, que se dedicó a hacerles preguntas. En ese momento, la uña rosaperlada del pulgar de Alicia se hundió en mi hombro. Aquel gesto presagiaba problemas. "Él ya los conoce", me dijo con una voz parecida al dedo en mi hombro.

Al día siguiente, mi jefe era citado a la oficina de Carlos Aldana, ¿se acuerdan? Era por entonces el presunto sucesor y "atendía" la esfera ideológica. Cosas del Partido, para los que no entiendan. Alicia le había llamado para exigir mi destitución. Aldana se daba cuenta de que aquello era una perreta, mi jefe conocía todo lo que había que saber y me apoyaba, pero ante el escollo con "la vieja", yo no podía seguir atendiendo el Ballet. Casi todos los sediciosos de entonces viven fuera de Cuba y no me dejarán mentir.

Para algún despistado que siga sin entender, de la misma manera que Aldana atendía la esfera ideológica, yo "atendía" el movimiento danzario del país. Cosas del G2.
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Nota del Bloguista

Recuerdo que se decía desde los años 50s del pasado siglo XX de que Alicia Alonso era comunista... Sus gustos aristocráticos y de alta burguesía que siempre ha tenido, la ubican como una de las precursoras de la
hoy conocida ¨izquierda caviar¨ . Hay ciertas anécdotas de rivalidad entre Alicia Alonso y la ya fallecida diva Maria Callas, cantante del ¨belle canto¨, que muestran que la Alonso tiene de comunista tanto como de ¨ñata¨.

Célida P. Villalón, la autora de este artículo, y la ballerina Alexandra Denísova en Nueva York leyendo una revista donde aparece un programa donde actuaba Denísova. Alexandra Denísova se casó con 17 años en Australia con Alberto Alonso, primo hermano de Célida P. Villalón, y llegó a La Habana en 1941 con 18 años. Pueden leer más en http://www.danzaballet.com
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Tomado de http://www.diariodecuba.com

Alianzas de Alicia Alonso


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Algunas precisiones sobre sus presentaciones ante Batista, subvenciones y apoliticismo.
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Por Célida P. Villalón
Nueva York
13-01-2012


¿Por qué el nombre de Fidel Castro y su alma gemela, Alicia Alonso, siempre tienen que aparecer en los titulares de los periódicos, ya sean estos cibernéticos o impresos? Sin duda alguna, tanto uno como otro, ocupan y han ocupado posiciones relevantes en dos campos que difieren bastante. Sus respectivas presencias en la historia no pueden ser denegadas, ni tampoco la alianza que a lo largo de décadas han mantenido.

Un artículo publicado hace unos días en este diario ha merecido mi atención por ciertos datos que necesitan ser aclarados, y estoy dispuesta a acometerlos "con la manga al codo", según un dicho de nuestro apóstol José Martí.

Por lo que expresa el artículo en cuestión, nadie sabe en fin de cuentas quién es en realidad Alicia Alonso. Creo que la definitiva aseveración del autor es algo incorrecta. Esta "dama de hierro del Caribe", como la llama, mostró desde la niñez una voluntad de acero, dispuesta a hacer lo necesario para mantener su supremacía en el mundo de la danza, dentro y fuera de Cuba. La llegada de Castro al poder le facilitó dominar la escena danzaria en su país y no es difícil imaginar las razones de lo fructífero de tal alianza. Castro necesitaba un nombre conocido internacionalmente para exportar su marxismo-leninismo (léase fidelismo). Alicia, por su parte, había compartido escena con Fernando Alonso pero, una vez divorciada de él, dio rienda suelta a su totalitario poder, se apropió de la escena completamente y para ello hizo hincapié en lo fiel que era a su comunismo (que prefiero llamar alicismo).

Respecto al Ballet Nacional de Cuba, de indudable buena fama, habría que diferenciar los montajes de las obras presentadas —a los que la crítica universal no siempre encuentra interesante—, de los bailarines que aparecen en el escenario, quienes en su mayoría, sí que son admirados por la magnífica formación que obtienen en la llamada "escuela cubana de ballet". Aquí, muy injustamente, el crédito total de enseñanza, entrenamiento y coreografía recae absolutamente sobre Alicia, ignorando en el campo de la enseñanza a Ramona de Sáa, directora de la escuela, y a la infinidad de profesores que dedican largas horas del día a entrenarlos. Y en los campos del entrenamiento y la coreografía, a Loipa Araújo y la admirada Josefina Méndez, ya fallecida, siempre presentes ayudando a Alicia en transmitir sus dictados, según se ha podido apreciar, fuera de Cuba, en documentales televisivos.

(Alicia Alonso y Fidel Castro (HAGASELAMUSICA))

La larga biografía de la Alonso siempre es incluida en los programas del Ballet Nacional de Cuba. No sucece lo mismo, sin embargo, con ninguno de los otros solistas de la compañía. ¿Qué puede proveer a la danza una persona, por muy diestra que ésta sea, si no puede moverse por sí sola, como tampoco puede ver? Esta pregunta, indudablemente cruel pero muy necesaria, nadie se atreve a hacerla, porque contestarla con honestidad daría muestras de falta de humanidad y compasión. Pero, ¿es justo ignorar a los profesores anónimos que merecen el verdadero reconocimiento?

Una segunda ocasión para bailar ante Batista

Respecto al revisionismo que Jorge Ignacio Pérez estima debe hacerse a tan larga vida como la de Alicia Alonso, espero que cuando se haga se mencione que hubo una segunda aparición de la bailarina ante el presidente Batista, cuando fue invitada especialmente a bailar en el Salón de los Espejos del Palacio Presidencial. Un hecho que sitúo entre los años 1952 (después del 10 de marzo) y 1956 (antes del mes de agosto). En esa ocasión, según mis recuerdos, Alicia bailó La muerte del cisne, acompañada por la orquesta que dirigía Enrique González Mántici. Recuerdo perfectamente las fotos que aparecieron al día siguiente, en el diario Información, y la crónica ofrecida por el periodista José Saínz de la Peña, a cargo de la sección social de ese periódico. Y también El País cubrió el acto, publicando un retrato de la assoluta, recostada en un pilar de mármol de la escalera que subía al salón.

Recuerdo también los comentarios de Ernestina del Hoyo, madre de la bailarina, que ese día se quejaba a voz en cuello ante mí de que su hija hubiera aceptado la invitación de "aquel asesino". (Su rechazo a Batista provenía de que el padre de Alicia, Antonio Martínez Arredondo, teniente veterinario del ejército del presidente Machado, había pertenecido al grupo de militares refugiados en el Hotel Nacional, por oponerse al tristemente célebre "cuartelazo del 4 de septiembre". Martínez Arredondo había salido ileso del bombardeo de que fuera víctima el hotel.)

Lamentablemente, en este punto dependo de mis recuerdos, porque no he encontrado en ninguna biblioteca neoyorquina, la información que me respalde sobre esto. No obstante, lo llevo atesorado en mi memoria, y no dudo de que entre los lectores de este portal aparecerá ahora quien pueda dar también fe de ello.

La subvención de 40.000 pesos de que se beneficiaba la compañía de Alicia Alonso comenzó durante la presidencia de Carlos Prío Socarrás, en los años 50, y duraría hasta que el Instituto Nacional de Cultura, dirigido entonces por el Dr. Guillermo de Zéndegui, bajo la presidencia de Batista, la suprimiera en agosto de 1956.

Tuve la suerte de conversar con el Dr. Zéndegui sobre esto, en Miami, en una entrevista que fue publicada en la extinta revista Temas, en abril de 1998, pocos meses antes de su muerte. El ilustre ex-funcionario me aclaró que Alicia y el ballet no habían cumplido con lo estipulado en un principio: funciones gratis para el pueblo, y esa fue la razón para retirarle la subvención. A esta demanda, me contaba Zéndegui, Alicia Alonso le había contestado: "Mire, yo hago más con mis pies que Ud. y todos esos señores con sus títulos".

Huelgan los comentarios.

No creo ocioso añadir que la assoluta nunca tuvo a menos bailar si había buena paga. Ese fue el caso de la Cervecería Polar, que patrocinó una función del ballet Giselle, que tuvo lugar en el stadium universitario, en julio 22 de 1955 (ya la compañía había cambiado su nombre por Ballet de Cuba), respaldada por la Federación Estudiantil Universitaria (FEU). A ambos lados del escenario aparecían dos enormes botellas de cerveza. La imagen de una cerveza adornaba el programa. El lector curioso podrá encontrar abajo una copia del programa. No creo que Alicia protestara entonces por ese poco elegante anuncio.

(Publicidad de la cerveza 'Polar' (CELIDA P. VILLALON)

Alicia Alonso ha utilizado la política en beneficio de su carrera y de su compañía. No hay que creer, por tanto, en el peso de sus declaraciones políticas. Y valga como prueba una entrevista publicada en El Nacional de Caracas, el 30 de octubre de 1958 (ver copia en pdf abajo), donde la bailarina afirma que Batista, Grau, Prío y Fidel Castro eran lo mismo. Y a continuación asegura no haber votado nunca.

El año pasado, Alicia Alonso fue candidata al Premio Príncipe de Asturias junto al escultor Jaume Plensa, el diseñador Philippe Starck, el arquitecto Toyoo Ito, el cineasta Wong Kar-Wai, la pintora Paula Rego y los grupos Les Luthiers y Monty Python. Al final, fue elegido el maestro Riccardo Muti.

Obtener ese galardón es un largo y perseguido sueño de la assoluta. ¿Lo logrará? No apuesto por ello. Pero, siendo España constante plaza para las presentaciones de su compañía, está por ver qué nueva vuelta dará la Alonso a sus supuestas ideas políticas, para hacerse más grata en la madre patria.

AliciaAlonso.pdf

Alicia Alonso bailó para Batista

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Célida P. Villalón perteneció al personal administrativo de la Sociedad Pro-Arte Musical de La Habana entre 1941 y 1959. Prima hermana de Fernando y Alberto Alonso, es autora de Pro-Arte Musical y su divulgación de cultura en Cuba (Senda Nueva de Ediciones, Trenton, New Jersey, 1990). Colabora sobre danza en los portales Danza Ballet y Danza Hoy.

Su afición al ballet la llevó desde muy joven a perseguir el periodismo y a escribir sobre el tema en distintos periódicos y revistas de su país.
Se radicó en Nueva York desde 1959 y continuó escribiendo en diversos medios. Uno de sus trabajos se publicó en la “International Encyclopedia of Dance” (Oxford University Press, New York, 1996). Es autora del folleto “Historia Concisa del Ballet en Cuba” (1974) y del libro “Pro-Arte Musical y su Divulgación de Cultura en Cuba” (Senda Nueva, Ediciones, Nueva Jersey, 1990). Colabora como editora de eventos especiales en la revista “Temas” y es corresponsal de “Por la Danza”, España.

1 comentario:

  1. Anónimo5:47 p. m.

    Desgraciadamente tenemos que reconocer que la oportunista de Alicia Alonzo es una Ballerina en su tiempo muy Buena,pero mi opinion es que Elena del Cueto era superior,y muy linda por cierto.Angel.

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