domingo, agosto 24, 2014

Eugenio Yáñez: Los Jóvenes No Comunistas de Cuba. Los que no están interesados en pertenecer a la Unión de Jóvenes Comunistas

Publicado en Cuba Encuentro.com 

Los Jóvenes No Comunistas de Cuba

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Los que no están interesados en pertenecer a la Unión de Jóvenes Comunistas
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Por Eugenio Yáñez

 Miami

Una golondrina no hace verano. Pero lo anuncia. Trece jóvenes de Ciego de Ávila no son la juventud cubana. Pero sugieren una crisis, aunque no sea terminal… por ahora.

El hecho de que el tema se aborde por el periódico “Juventud Rebelde”, que no es el diario de la juventud cubana, como se anuncia a sí mismo, sino el de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) para amaestrar a la juventud cubana, indica que el asunto es mucho más preocupante para el régimen que lo que sería si fueran solamente unos muchachos avileños que se niegan con “persistencia” a integrarse a las filas de la organización juvenil del partido comunista.

El diario señala que en el municipio Ciro Redondo, Ciego de Ávila, en una Unidad Básica de Producción Cooperativa, existen “13 jóvenes en edad para incorporarse” a la UJC, que abiertamente no desean hacerlo, y tanto ellos como otros que son militantes tienen una mala opinión sobre la organización, que consideran no ofrece nada de interés a los jóvenes.

El periódico explica que la UJC, por su parte, desarrolla su “trabajo político”, que incluye juegos de béisbol y de dominó, y la crítica a los jóvenes interesados solamente en fiestas, sin interés sobre lo que ocurre en Cuba y en el extranjero.

Lo más interesante del tema, que si se aborda públicamente en Juventud Rebelde es porque no es un caso aislado en una Unidad Básica de Producción Cooperativa -que, por otra parte, son unidades organizativas que han fracasado rotunda y estrepitosamente- son los motivos que alegan los jóvenes para su negativa.

No plantean dudas existenciales ni fundamentalismos deontológicos o incertidumbres epistemológicas, ni citan a Locke, Voltaire, Rousseau, Jefferson, Franklin, Tocqueville, Kautsky, Trotsky, Gramsci, Smith o Friedman -de quienes probablemente no hayan escuchado hablar demasiado en la campiña de Ciego de Ávila- ni tampoco a Radio Martí, la USAID, Cubaencuentro o alguna prensa disidente dentro del país.

Utilizan argumentos no sofisticados mucho más sencillos, pero fáciles de entender: que continuamente la UJC intenta “recoger dinero”, que exige trabajo voluntario en tareas que no tienen que ver con lo que los jóvenes estudian o quisieran estudiar, que muchos están en desacuerdo con el régimen pero no lo expresan abiertamente por miedo, que discriminan a quienes no simpatizan con el gobierno, que no se vive en libertad, que la juventud no tiene perspectivas ni futuro en Cuba, que hay que buscar la manera de abandonar el país para aspirar a una vida decente y con futuro.

El 4 de abril de 1962, al término del primer congreso de la organización, celebrado en el Hotel Habana Libre en la Habana, se disolvía la Asociación de Jóvenes Rebeldes y quedaba constituida la Unión de Jóvenes Comunistas, proclamada vanguardia de la juventud cubana. Todavía muchos ignoraban la imposibilidad de ser a la vez comunista, inteligente y honesto.

Desde entonces, pasaron más de cincuenta y dos años y doce secretarios generales: solamente uno recibió honores y reconocimiento en vida y tras su muerte: Jaime Crombet; cuatro secretarios generales protegidos de Fidel Castro fueron “tronados” posteriormente, cuando desempañaban otros cargos: Luis Orlando Domínguez, Carlos Lage, Roberto Robaina y Otto Rivero, que pasaron de despachos refrigerados a “trabajar en la base” o cumplir penas de cárcel. Seis, tras pasar por el cargo, se fueron extinguiendo como decía Friedrich Engels que sucedería con el Estado en el comunismo, sin ser relevantes. La actual secretaria general ocupa el cargo desde 2012.

Si algo ha quedado demostrado en más de medio siglo de existencia de la UJC es que nunca ha encarnado ni representado, en ninguna circunstancia, intereses y aspiraciones de los jóvenes cubanos ante el gobierno y la sociedad, sino por el contrario, ha representado siempre los intereses del Partido Comunista de Cuba ante los jóvenes cubanos, a la vez que actúa como correa de transmisión de la voluntad omnímoda de ese partido para imponer su poder y lanzar úkases a todas las organizaciones juveniles del país y que se definen actualmente, para establecer la ficción de que forman parte de la “sociedad civil” cubana, como Organizaciones No Gubernamentales. Así ocurre con la Organización de Pioneros José Martí (OPJM), la Federación de Estudiantes de la Enseñanza Media (FEEM), la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU) y la Brigada “Hermanos Saíz”. Al mismo tiempo, la FEU ejerce nefasta influencia y hegemonía en organizaciones internacionales como la Organización Continental Latinoamericana y Caribeña de Estudiantes (OCLAE), que desde su fundación es presidida por la FEU cubana, y la sede de su Secretariado radica en Cuba.

Para quienes no entiendan con claridad lo que es el totalitarismo, los dos párrafos anteriores podrían darle una imagen más clara de lo que es y de como funciona.

No es de extrañar, entonces, que muchos jóvenes cubanos no tengan interés alguno en ser incorporados a una organización como la Unión de Jóvenes Comunistas de Cuba, que ni los representa, ni los defiende, ni los apoya, ni tiene nada que ofrecerles que no sea más de lo mismo, demandar sacrificios y esfuerzos, y bla, bla, bla.

Por eso, espontáneamente, y sin que “el imperialismo” lo planee ni tenga que hacer nada para que suceda, cada vez son más los jóvenes cubanos que, aunque no formen parte de una “Unión” específica, constituyen un inmenso conjunto de Jóvenes No Comunistas.