Jorge Hernández Fonseca: Cuba: Las dos caras de la Cuba que negocia con Occidente
Por Jorge Hernández Fonseca
9 de Junio de 2015
Hay una contradicción muy grande en la Cuba actual de Raúl Castro. Por un lado, muestra un rostro negociador y tolerante, mientras por otro actúa como el peor de los pandilleros trogloditas. Así, esta contradicción ofrece un rostro limpio y comprensivo al exterior, mientras que al interior de la isla actúa de forma inexplicablemente feroz y represiva contra su propio pueblo.
A pesar de la naturaleza oportunista de la dictadura castrista, no parece aceptable que las acciones externas e internas sean dictadas por un mismo equipo --o por una misma persona-- sin que haya una estrategia oculta. Las golpizas contra mujeres indefensas dentro de Cuba conspira contra la imagen que Raúl quiere proyectar al exterior y no es lógico que con un objetivo de normalización, se perpetren acciones que promueven el disturbio que EUA teme.
Si EUA ha sustituido su “política de cambio de régimen” en Cuba por una política de paz y acercamiento a la dictadura, ha sido básicamente para preservar la estabilidad interna de la isla, temiendo una invasión balsera hacia la Florida provocada por probables desordenes internos o por un colapso social, que contradictoriamente son promovidos por la actual política de violentas golpizas a mujeres y a opositores pacíficos que Cuba lleva adelante, día por día.
Es como si dentro de la isla hubiera dos equipos diferentes generando políticas no coordinadas entre ellos: uno negociando con Europa y Estados Unidos --con implicaciones comerciales y productivas que promueven la recepción de turistas de ambos continentes-- mientras el otro equipo de gobierno siembra el terror social, el apaleamiento de mujeres indefensas y la arbitrariedad de procedimientos, todo lo cual conspira contra los objetivos de estabilidad que anhela EUA dentro de la isla con su política de acercamiento y negociaciones.
No cabe dudas que el propio Raúl Castro encabeza en equipo de gobierno que negocia con EUA y la UE. La pregunta sería ¿es el propio Raúl Castro quien orienta las golpizas de mujeres, claramente inaceptables para sus principales interlocutores, sobre todo para el Papa Francisco?
La actual política dupla podría ser una estrategia para evitar una negociación más dura sobre “apertura política”, centrando la atención en las discusiones con el Papa, la UE y EUA sobre el tema “derechos humanos”. Este tema es más manejable para la dictadura ya que no sería problema para el régimen suprimir las golpizas para dejar de lado la solicitud de apertura política, cediendo en derechos humanos y dejando intacto el tema político, como estrategia básica.
Hay un ajedrez complicado para que la oposición influya en el curso de los acontecimientos. Todo parece indicar que la solución del problema cubano sobrevendrá a la desaparición física de los hermanos Castro, momento en que sería más fácil obtener el principal objetivo opositor: la apertura política. Por esta razón, lo prioritario ahora parece ser presionar al Papa, a la UE y a EUA para que jerarquicen en sus discusiones la preservación de los derechos humanos --si es que los razonamientos anteriores tuvieran una base real-- de manera a minimizar la represión castrista y que la oposición interna gane las calles de la isla poco a poco, pero de manera irreversible.
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