viernes, febrero 12, 2016

La libertad económica en Cuba a comienzos de 2016. Jorge A. Sanguinetty: Cuba ocupa el lugar 177, solo por encima de Corea del Norte

Nota del Bloguista de Baracutey Cubano

 Con las nuevas relaciones  entre Estados Unidos y Cuba (¨deshielo¨, ¨descongelamiento¨)  los únicos que se han ¨empoderado¨ son la cúpula Castrista, sus cómplices y aquellos que docilmente se pliegan a sus mandatos.





**************
Tomado de http://www.diariodecuba.com

La libertad económica en Cuba a comienzos de 2016

Por Jorge A. Sanguinetty
Miami
11 Feb 2016

Acaba de publicarse el Índice de Libertad Económica  que produce cada año The Heritage Foundation  conjuntamente con The Wall Street Journal. Dicho índice sirve para comparar los grados de libertad económica de 178 países o economías alrededor del mundo, ordenándolos según los niveles que cada uno alcanza. El primer lugar lo ocupa Hong Kong con el mayor grado de libertad económica, seguido por Singapur, Nueva Zelanda, Suiza y Australia. En ese orden Cuba ocupa el lugar 177, solo por encima de Corea del Norte, que ocupa el último lugar, y por debajo de Venezuela, que está en el antepenúltimo puesto. Estados Unidos se ha ido deteriorando en los últimos años, ocupando el onceno lugar, por debajo de Canadá, Chile, Irlanda, Estonia y el Reino Unido.

El índice se calcula con datos que cubren hasta mediados del año anterior y está compuesto por diez formas de actividad económica que miden los grados de libertad en aspectos fundamentales de una economía. Entre esas formas se cuentan la prevalencia de los derechos de propiedad en un Estado de derecho; las libertades para comerciar, montar y operar un negocio; emplearse o crear empleo y participar en actividades financieras. Es importante recalcar que el índice no incluye las libertades políticas de las sociedades estudiadas.

Observando el ordenamiento de los países, uno puede percatarse a simple vista de que los que tienen mayores libertades económicas tienden a ser los más prósperos. Dicha correlación no es perfecta pero es indicativa de la suprema importancia de la libertad económica para la prosperidad de las naciones. El índice para cada economía se publica por separado y va acompañado de una indicación con signo de mejora o deterioro en cada caso con respecto al año anterior. Cuba, por ejemplo, aparece con una mejora marginal de +0,2 que seguramente mide los pocos y precarios grados de libertad atribuibles al trabajo por cuenta propia y a la microempresa, mientras que Venezuela muestra un deterioro de -0,7, que refleja el empeoramiento de las condiciones económicas en ese país.

El hecho de que el índice para Cuba no muestra un mejoramiento significativo refleja lo poco que han cambiado las condiciones económicas en la Isla desde que se anunció la normalización de relaciones con Estados Unidos. Esto contradice las expectativas de apertura que muchos cubanos y extranjeros han mantenido con relación al futuro y sugiere que el Gobierno cubano espera que toda la normalización corra a cargo de las decisiones que se tomen en Washington. Sin embargo, el levantamiento unilateral del embargo de EEUU a la economía estatal cubana tendría un impacto limitado en el mejoramiento del índice, lo que puede constatarse analizando sus componentes por separado. Por ejemplo, mientras que el Gobierno cubano mantenga el monopolio sobre el comercio exterior, el sistema de acopio de productos del agro y las restricciones para que los ciudadanos abran nuevas empresas, los índices de libertad sobre facilidad de comercio, operación de negocios y acceso al crédito para la producción se mantendrán en sus niveles actuales, sin que sean alterados por un relajamiento del embargo.

Por otro lado, el levantamiento del embargo de EEUU tendría un gran efecto positivo sobre la economía de los cubanos si el Gobierno levantara sus restricciones a la economía interna, restricciones que operan como el verdadero bloqueo económico al país. En tales condiciones el índice de libertad económica para Cuba daría un gran salto en un corto período de tiempo, junto con la economía misma, pues los cubanos han dado muestras de saber cómo usar sus libertades a favor de sus intereses. Sobre esta condición hay abundante evidencia. Por ejemplo, la velocidad con que abrieron los negocios por cuenta propia o en pequeña escala en el instante en que el Gobierno les permitió hacerlo, aún sin facilitarles crédito, insumos o libertad de empleo. Otro ejemplo es la persistencia de las actividades económicas clandestinas (mercado negro) que de hecho le ha permitido al país subsistir por más de medio siglo.

Lo que le impide al Gobierno cubano conceder libertades económicas, tanto bajo Raúl Castro ahora como bajo su hermano Fidel, más que la política o la ideología imperantes, es arrogarse por la fuerza el poder de manejar los asuntos del país como si fuera su propiedad privada. En condiciones tan extremas, donde ni siquiera el Partido Comunista tiene libertad para participar efectivamente en la política del país, el nivel de libertades económicas de Cuba permanecerá muy bajo y por ende su nivel de actividad económica. Encima de esto, el hecho de que a pesar de sus "modelos" reformistas Vietnam y China ocupan los lugares 131 y 144 respectivamente en el Índice de Heritage demuestra lo difícil que es ganar en libertades económicas cuando los países están gobernados por monarquías u oligarquías.
************

Deuda cubana: España se equivoca

Por Michel Suárez
Madrid
11 Feb 2016

La generosidad a veces produce efectos contrarios a los deseados. Podría ser el caso de España, que ha condonado casi 2.000 millones de euros a Cuba, correspondientes a intereses generados por el retraso en el pago de su deuda. Nadie discute que los alivios financieros anunciados por Rusia, México, Uruguay y España deberían ser un poderoso instrumento para la reconstrucción del sistema productivo cubano, pero la gran pregunta es si Madrid y el resto de acreedores están midiendo correctamente el cómo y el cuándo.

Analizar con perspectiva histórica la voracidad crediticia del castrismo, conduce a una evidencia incontestable: los préstamos han resultado inútiles en la consecución de una economía realmente productiva, porque el problema es sistémico. En esas circunstancias, ¿hasta dónde el perdón de la deuda ayudará a mejorar las condiciones de vida de los cubanos?

Tras el deshielo político entre La Habana y Washington, varios gobiernos e instituciones sencillamente han abandonado la exigencia de reformas al régimen castrista, a la par de proponer importantes quitas y condonaciones. En cualquier otro caso, los acreedores demandarían reformas estructurales, a cambio de renegociar la deuda. Lejos de la beneficencia, los prestamistas buscan explorar nuevos mercados, contribuir a crear una clase media y generar riqueza. Se trata de lidiar con economías más solventes, capaces de solicitar nuevos préstamos, crecer y devolverlos a tiempo.

Pero, para entender hasta dónde las quitas incondicionales —y la fantasía del cambio— están dañando actualmente a los cubanos de a pie, basta con revisar unas declaraciones recientes de Raúl Castro: "No tenemos por qué acelerar el paso, tenemos que cogerle el ritmo a los acontecimientos". Sin ir más lejos, ya La Habana trabaja para reinstalar los "precios controlados" por el Gobierno, lo que significa la derogación de facto de las pequeñas reformas basadas en la oferta y la demanda. Una marcha atrás en toda regla.

No obstante, algunos empresarios, gobernantes y analistas insisten en que la clave de las reformas internas radica en entregar millones a fondo perdido y fertilizar el terreno para los años venideros. La idea parece fácil de vender, en tanto el futuro suele ser una entelequia. A este peculiar ejército de tarotistas, que viene pronosticando el "cambio lento" desde 1989, habría que recordarles que las reformas de Raúl Castro no trascienden la autorización de ciertos oficios feudales.

Ahora mismo, si se pretende influir positivamente en la situación cubana, es imprescindible que la comunidad internacional negocie cambios estructurales, para evitar que la magnificencia ahonde el saco sin fondo del castrismo. Aún no es tiempo para indulgencias financieras, ni mucho menos para estímulos ciegos. Primero, debería constatarse un escenario creíble, donde condonaciones, créditos, inversiones y, en suma, el desarrollo, constituyan una posibilidad real para todos los cubanos.

Mientras los sucesores del castrismo toman posiciones, con los militares y su prole al frente del reparto, la economía cubana vive del cuento. En una realidad totalmente improductiva, volver a endeudarse con medio mundo —sin crecimiento ni desarrollo— es solo cuestión de tiempo.