Fidel Castro se declara incompetente. Marlene Azor Hernández; Cuando un político declara desconocimiento sobre cómo enfrentar los desafíos, debe quedarse callado en su retiro
Fidel Castro se declara incompetente
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Cuando un político declara desconocimiento sobre cómo enfrentar los desafíos, debe quedarse callado en su retiro
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Por Marlene Azor Hernández
México DF
30/03/2016
En el artículo firmado por Fidel Castro, El hermano Obama, publicado en Granma el 28 de marzo de 2016, el expresidente traslada todo su desconocimiento y desconcierto al presidente estadounidense Barack Obama. Teniendo la experiencia de “comandar” el Gobierno cubano durante 46 años de manera ininterrumpida, uno se pregunta si en el último medio siglo Cuba ha tenido realmente algún presidente.
Las anteriores confesiones de incompetencia del expresidente ya las conocemos: “Este modelo no nos sirve ni a nosotros mismos” (después de 50 años) y “en realidad nadie sabe cómo se construye el socialismo” (después de 46 años en el poder).
Con una pésima redacción y un pensamiento “cantinflesco” que salta de la época de la colonia al turismo y del turismo a los miles de millones que le interesan a las transnacionales del ramo, el expresidente se declara incompetente frente a los desafíos que no precisa y de paso se coloca en el puesto de la Historia decimonónica que menosprecia el presente y cuenta los años de los pueblos como fracciones de segundos que nada importan: cito, y entre corchetes las preguntas a su pésima redacción.
Ya que me vi obligado a mencionar el tema,[¿Reyes de España y turismo?] debo añadir, principalmente para los jóvenes, que pocas personas se percatan de la importancia de tal condición en este momento singular de la historia humana[¿cuál condición?]. No diré que el tiempo se ha perdido, pero no vacilo en afirmar que no estamos suficientemente informados, ni ustedes ni nosotros, de los conocimientos y las conciencias que debiéramos tener para enfrentar las realidades que nos desafían [¿cuáles?]. Lo primero a tomar en cuenta es que nuestras vidas son una fracción histórica de segundo, que hay que compartir además con las necesidades vitales de todo ser humano. Una de las características de este es la tendencia a la sobrevaloración de su papel [¿el suyo propio?], lo cual contrasta por otro lado con el número extraordinario de personas que encarnan los sueños más elevados [¿cuales?].
El antipolítico Fidel Castro
En este párrafo, el antipolítico Fidel Castro se desresponsabiliza de su gestión de 46 años en el país y proyecta su desconocimiento en los demás. Según él:
- Los políticos contemporáneos no tienen la información necesaria ni la conciencia para resolver los desafíos. Alegremente, el ex presidente decide de un palmazo que su propio desconocimiento es el de los demás. Demasiada arrogancia e ignorancia en un anciano de 90 años.
- Es una “mezquindad” ocuparse de las necesidades y derechos de los ciudadanos, que suponen sus intereses y necesidades importantes, pero no lo son. Lo realmente importante es conservar “los sueños más elevados” —que no se sabe cuáles son porque no los escribe y quiénes son los portadores de esos sueños para ver si tienen sentido y no son simple demagogia— y sin mencionarlos pueden ser entendidos como los suyos propios y de nadie más.
En realidad estos dos lamentables personajes se han creído el cuento de la izquierda sesentera que son “las vanguardias o los mesías” de un proceso político que conduce a la “emancipación” cuando el resultado histórico ha sido un régimen totalitario con una dictadura militar y personal al frente y un país devastado por la incompetencia política.
Luego el expresidente hace una digresión sobre la historia oficial, las hojas arrancadas del Diario de Martí [¿?] algunas figuras históricas de la lucha contra el colonialismo español [¿?] y menciona palabras “encendidas” de Camilo Cienfuegos que no dice. Nos comenta el papel del gobierno cubano en la eliminación del apartheid y hace una digresión preocupado por quién fue quien dio armas nucleares a los sudafricanos [¿?]. Sin embargo, como los cubanos estamos dirigidos por un gobierno que no rinde cuentas públicas, habría que saber cuáles son hoy los negocios “escondidos” entre el Gobierno de Angola y el Gobierno cubano para ver el resultado de la ayuda “desinteresada” del Gobierno cubano a los “presidentes” vitalicios Agostino Neto y Dos Santos. Este último con una hija que posee la mayor riqueza del país.
La historia como justificación del inmovilismo
Cuando el expresidente se refiere al discurso de Obama sobre la historia, reclama quedarse anclado en el pasado y no resolver los conflictos que es lo contrario a lo que pidió el presidente Obama sobre su recorrido por la historia: “Conozco la historia pero no voy a quedar atrapado por ella”. Sin embargo Fidel Castro, su gobierno y sus voceros imponen una interpretación “carnavalesca” del discurso atacando al presidente Obama de haber pedido el olvido de la Historia. Declara que “la discriminación racial fue barrida de Cuba”, otra pifia de Fidel Castro. Desconocedor de su propio país, contradice los dos programas de la oficialista Mesa Redonda poniendo “El Racismo sobre la Mesa” 2014 y 2015.
El doble rasero para los colonialismos e imperialismos
Si Fidel Castro y su sucesor fueran consecuentes consigo mismos, tendrían que “sospechar” de los gobiernos españoles y rusos que el primero nos colonizó y llevó la esclavitud a nuestro suelo. El segundo “nos vendió chatarra”, nos colonizó con su anuencia, implantó bases militares en nuestro territorio y nos envió el veneno según sus propias palabras sobre la perestroika: “Ahora el veneno nos viene del Espíritu Santo” Sin embargo, tanto el expresidente como su hermano mantienen relaciones “amorosas” con ambos gobiernos y le han impuesto al pueblo cubano que olviden la historia. No se entiende esta doble moral.
El expresidente defiende “las glorias del pueblo” que tampoco describe y frente a su ausencia de explicación pueden ser entendidas también como sus “glorias” personales. La mentalidad de “sacrificio” perenne para “los otros” y el menosprecio a las
necesidades de los ciudadanos en el presente, contrastan con su holgada y lujosa vida personal —escondida de la opinión pública—, y demuestran la demagogia antipolítica del expresidente cubano.
Cuando un político dice desconocer las maneras de enfrentar los desafíos políticos de su época y su país, y además piensa que la vida, los intereses y necesidades del ser humano son insignificantes, en relación a la “Historia”, uno entiende el asombro de una maestra cubana de 46 años que al escuchar el discurso del presidente Obama declaró: [es que me di cuenta] “que en mi repuñetera vida, hemos tenido un presidente”.
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