Nota del Bloguista de Baracutey Cubano
Tengo entendido que en Cuba desde hace dos siglos o más se dispuso que los muertos debían de ser enterrados en los cementerios y no dentro de los templos religiosos, comunmente llamadas iglesias, o en patios exteriores a los mismos por causas relativas a la sanidad. Esas causas motivaron que existieran lugares específicos para enterrar a los muertos: los cementerios, palabra que procede de la palabra semillero por aquellas palabras bíblicas de Juan 12:24
La Biblia de las Américas
En verdad, en verdad os digo que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda él solo; pero si muere, produce mucho fruto.
Reina Valera 1909
De cierto, de cierto os digo, que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, él solo queda; mas si muriere, mucho fruto lleva.
y de 1 Corintios 15:36
¡Necio! Lo que tú siembras no llega a tener vida si antes no muere;
No se las razones por las cuales los restos mortales de Lina Ruz están cercanos a la casa donde vivió con Ángel Castro, en la finca Manacas, pero eso no es lo tradicional en Cuba desde hace siglos.
Tengo la opinión que Blas Roca fue el que le entregó en ¨bandeja de plata¨ a Fidel Castro el viejo partido comunista existente en Cuba y toda la experiencia y estructura. Quizás Blas Roca haya recibido órdenes de Moscú para que llevara a cabo esa entrega; el tiempo lo dirá. Blas Roca y Faure Chomón fueron y son calificados respectivamente, por algunos integrantes del PSP y del Directorio, como traidores a sus respectivas organizaciones. Con el fusilamiento de ¨Marquitos¨ y la muerte por supuesto ¨fuego amigo¨ de Osvaldo Sánchez (operativo de la KGB, con grados de General, y uno de los jefes del brazo amado del PSP junto a Joaquín Ordoqui que asesinó, por ejemplo, a Aracelio Iglesias y a Sandalio Junco) y la fuerte represión a la llamada ¨microfracción¨ Fidel Castro marcó territorio y envió claramente el mensaje hasta donde llegaba su simbiosis con la Unión Soviética. La posición geográficamente estratégica de Cuba fue, a mi entender, uno de los factores por los que a la poderosa KGB no le ordenaron actuar en contra de él.
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Tomado de
https://www.cubanet.org
El último deseo de Blas Roca que irrespetó Castro
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El opositor Vladimiro Roca nos cuenta por qué los restos de su padre no descansan donde él quería
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Por Tania Díaz Castro
Diciembre 9, 2016
HABANA, Cuba.- Las dictaduras, en especial si son totalitarias, se parecen en todo. La de Cuba, surgida a partir de 1959, hasta nuestros días, no podía ser distinta: El Estado, considerado omnímodo, que abraza y comprende todo, dispone no sólo de los niños, sino, aunque parezca mentira, hasta de los muertos.
Ejemplos hay muchísimos, pero al que hacemos referencia hoy, precisamente por estos días de un agobio funeral que parecía no tener fin, es aquello que ocurrió allá por el 26 de abril de 1987, cuando el cadáver del líder político Blas Roca (1908-1987) fue depositado, por orden expresa de Fidel Castro, en el Cacahual, al sur de La Habana, donde reposan los restos de Antonio Maceo y Grajales, Panchito Gómez Toro, El Último Mambí y otros.
Allí quedó Blas, uno de los políticos más honrados de la República, un hombre que durante toda su vida luchó por una amplia justicia social y que se desprendió de forma generosa de su partido, obligado por las circunstancias políticas de los años sesenta del siglo pasado.
Para que conozcamos por qué Blas no descansa para siempre donde quería, tenemos el testimonio de su hijo, Vladimiro Roca, opositor pacífico de la dictadura castrista y un viejo defensor de la democracia.
(Blas Roca y Fidel Castro)
“Mi padre quería que lo enterraran en la tierra pelada, para ser abono útil, a la sombra de una mata de mango donde él solía sentarse a pensar, en nuestra casa de calle 36 no. 105, entre 41 y43, Nuevo Vedado.”
Vladimiro Roca sufrió largos años de prisión política en Cuba cuando tenía 59 años, condenado en 1999 por un supuesto delito de sedición. Poco antes había pertenecido a una organización opositora, la Corriente Socialista Democrática y más tarde, en 1997, al Grupo de Trabajo de la Disidencia Interna, “La Patria es de todos”, uno de los documentos más esenciales del Movimiento de Derechos Humanos de Cuba, redactado además por Marta B. Roque, Félix Bonne y el abogado René Gómez Manzano.
Todavía hoy muchos en la Isla se preguntan cómo hubiera reaccionado Blas Roca ante el encarcelamiento de su hijo, sólo por enfrentarse a los horrores de esos años: miles de prisioneros políticos, incluso periodistas independientes, fusilamiento de jóvenes negros sólo “para dar un escarmiento”, mala administración estatal de la economía, jóvenes huyendo por el Estrecho de la Florida, etc.
“Varias veces -expresa Vladimiro- nos dijo mi padre que no lo enterráramos en caja, o convertido en ceniza. Por eso nunca he podido visitarlo en el Mausoleo El Cacahual, como hacía cada semana Máximo Gómez, en honor a Maceo y su hijo. Mi corazón no me lo ha permitido. Mi padre representó mucho para mí. Fue un padre ejemplar. Quienes lo conocieron bien, lo recuerdan como una persona sencilla, muy humilde, muy afectuoso con todos.”
“Sí, está enterrado en un panteón que es Monumento Nacional, en medio de un bello paisajes de paz, rodeado de palmas reales, plazas, avenidas, jardineras y glorieta donde reposan glorias del pasado. Pero aún así, él hubiera preferido quedarse para siempre al pie de su mata de mangos del patio de la casa, como un simple buen hombre. Ojalá y algún día yo pueda complacer su último deseo.”
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