Cubanas valientes; castristas temerosos
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Todo lo que no sea gestado y aprobado por el régimen, es “anticubano”
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Rosa María Payá, al centro, junto a miembros de la Red Latinoamericana
de Jóvenes por la Democracia, durante la conferencia de prensa que
siguió la celebración de la ceremonia de entrega del premio “Oswaldo
Payá”.
Por Félix Luis Viera
Miami
23/02/2017
Rosa María, la hija del disidente cubano Osvaldo Payá, fallecido en un accidente automovilístico en julio de 2012 junto con otro adversario del régimen, Harold Cepero —un accidente que tantos cuestionan y dan por homicidio, aunque sin pruebas— es una mujer valiente. Bueno..., lo correcto sería decir: es una de las no pocas valientes mujeres cubanas de la actualidad. Pero no vamos a proclamar que son descendientes directas de Mariana Grajales, porque esta frase tiene tufillo a comunista chancletero.
En fin. Mujeres valientes.
Rosa María Payá organizó, en La Habana, para ayer miércoles, un homenaje a su desaparecido padre, durante el cual se le entregarían el premio Osvaldo Payá “Libertad y Vida”, que le otorgó la Red Latinoamericana de Jóvenes por la Democracia (Juventud LAC), al Secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, y asimismo otro galardón de manera póstuma —por medio de su hija Mariana— a quien fuera el primer presidente chileno luego de la dictadura de Augusto Pinochet, Patricio Aylwin.
También, entre otros, estaba invitado el expresidente mexicano Felipe Calderón.
Ninguno de los tres pudo asistir. El régimen existente en Cuba les negó la visa.
Los argumentos del Gobierno cubano para no permitir la entrada al país del trío, según el propio Secretario General de la OEA, son los mismos de siempre para mantener el control total sobre los habitantes de la Isla.
El cónsul de Cuba en Washington le hizo saber a un funcionario de la OEA —para que este se lo comunicara a Luis Almagro— el “asombro” del castrismo “por el involucramiento del secretario general de la OEA en actividades anticubanas”.
“Actividades anticubanas”. Verdad que esta gente da pena. Y darían risa si no se tratara del confinamiento de toda una población. Todo lo que no sea gestado y aprobado por el régimen, es “anticubano”. Como si diariamente, en cualquier país del mundo, no se entregasen premios, distinciones, etc., de diversos tipos y a personas de diferentes corrientes de pensamiento.
Qué miedo tienen. Y como todo el que tiene miedo y poder, viven del miedo que implantan.
La solicitud de visa del Secretario General de la OEA ha sido considerada por el Gobierno cubano “una provocación inaceptable”, toda vez que Cuba Decide, agrupación disidente que lidera Rosa María Payá, resulta una iniciativa que “socava el sistema electoral cubano”.
Dios mío... dizque hay un “sistema electoral cubano”... Pánico tienen ellos, los “revolucionarios”, a que se establezca en realidad un sistema electoral en la Isla... Llevan 58 años sin permitir elecciones libres. Y hoy, lo sabe hasta el bobo de Guanabacoa, perdería el potencial aspirante castrista a la presidencia, por amplio margen, aun contra el Caballero de París, si este resucitara.
Advierte Almagro que al parecer el régimen de la Isla pulsa que su visita podría representar un peligro “para el futuro de las relaciones Cuba-Estados Unidos”.
¿Relaciones Cuba-EEUU? Hombre, si eso intentó Barack Obama y fue aún humillado —por la espalda, como suelen actuar los comunistas barrioteros— por la opinión gubernamental a través de la prensa asalariada y el Ejército cubano; ideologizado, como ya sabemos
Ha replicado Almagro a los diplomáticos del régimen que resultaría “bastante ridículo” que luego de 58 años de Revolución, “tanto el bienestar del pueblo cubano, como las relaciones bilaterales con Estados Unidos, dependieran de esta ceremonia”.
Tiene razón el Secretario. Pero parece que él no está al tanto del “bloqueo hacia dentro” que ha implantado el castrismo por más de medio siglo. Recordemos que su iniciador enfatizaba que al enemigo, el imperialismo —y también yo y las Cataratas del Niágara y la Coca-Cola y Robin Hood y todo lo que no cantase con su son—, no se le debía dar la más mínima oportunidad.
Es decir, siempre el miedo. Esa inseguridad que siente el carcelero abyecto por si algún día las rejas son abiertas. O sea, solo la implantación del terror: el aviso bien crudo para las ovejas que potencialmente se podrían descarriar... solamente eso proporciona cierta tranquilidad al opresor. Es su única carta. Claro..., hasta un día...
Al amanecer de este miércoles, la casa de Rosa María Payá, en la calle Peñón número 221, entre Ayuntamiento y Monasterio, en el municipio habanero Cerro, estaba “resguardada” por fuerzas de policiales del régimen. Cercada, como si en lugar de una mujer, por demás dulce, hubiese en el interior del domicilio un escuadrón enemigo.
Ah, ya ven; las mujeres.
Rosa María Payá había expresado antes que, si acaso el Gobierno cubano no permitiera la entrada al país de los invitados, el homenaje se llevaría a cabo de todas formas.
Y así fue.
Las mujeres.
© cubaencuentro.com
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