Fin de la historia en Cuba: La tiranía llamará a la habanera Manzana de Gómez como Manzana Kempinski
Fin de la historia en Cuba: de la Manzana de Gómez a la Manzana Kempinski
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El hotel es ahora propiedad de la empresa hotelera estatal Gaviota, controlada por los militares cubanos, y será administrado por Kempinski.
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El edificio, que recibe los "toques finales" después de una costosa y larga restauración, tendrá 246 habitaciones, de ellas 172 estándar, y albergará una galería de tiendas con marcas reconocidas internacionalmente como Gucci, Mango y Lacoste.
La inversión del Manzana Kempinski contó con "capital 100 % cubano" y la ejecución de la obra estuvo a cargo de la inmobiliaria cubana Almest y la constructora francesa Bouygues, según informan medios oficiales. El hotel es propiedad de la empresa hotelera estatal Gaviota y será administrado por Kempinski, con más de 100 años de historia como líder en el sector hotelero europeo de lujo.
El director de Inversiones de Almest, Orlando Oramas, explicó que el hotel tiene seis niveles, tres solo para habitaciones y el resto con áreas públicas. Unos de los espacios más atractivos será el último piso, que tiene una piscina, cuatro salas de negocios, un spa, un gimnasio, un restaurante panorámico para 104 clientes y una terraza con vistas dela capital caribeña.
Oramas señaló que los equipos sanitarios permitirán el ahorro de agua, todas las luminarias son LED y los sensores instalados en todo el edificio supervisarán y controlarán el consumo de energía.
El directivo recordó el gran valor patrimonial del inmueble, antigua Manzana de Gómez de principios del siglo XX, que ahora cuenta con fachadas rehabilitadas siguiendo el diseño original, aunque la obra incluye una moderna estructura interior.
La Manzana de Gómez fue el primer gran centro comercial de La Habana, diseñado por el arquitecto José Gómez-Mena Vila y construido entre 1894 y 1917 imitando el estilo europeo de la época. La información aclara que la mayor parte de la fuerza de trabajo fue cubana, aunque para acelerar las obras en su fase final también participaron "cerca de 360 indios, quienes han mostrado organización, persistencia y profesionalidad, y ayudan en la formación del personal cubano", una decisión que causó polémica en la isla cuando se conoció.
El Gran Hotel Manzana Kempinski tiene una ubicación privilegiada en el casco histórico de la capital cubana, cerca del Museo Nacional de Bellas Artes, el Capitolio de La Habana, el Gran Teatro de La Habana Alicia Alonso y de otras atracciones turísticas.
En las inmediaciones del Centro Histórico habanero también se inaugurarán próximamente otros dos lujosos hoteles, el Packard con 300 habitaciones, y el Prado y Malecón, actualmente en construcción en la esquina de esas dos avenidas y que contará con 208 habitaciones.
En 2016 Cuba recibió por primera vez en su historia a 4 millones de turistas en 2016, récord que representó un crecimiento de 14,5 %, y que proyecta subir hasta 4,2 millones este año. A esta alza contribuyó el restablecimiento de los vuelos regulares entre ambas naciones, uno de los acuerdos más importantes en la nueva etapa de normalización bilateral, que abre la posibilidad de realizar más de 110 operaciones diarias.
La isla cuenta actualmente con 66.547 habitaciones, pero para cubrir la demanda creciente espera sumar otras 4.020 nuevas capacidades de hospedaje en 2017 y contar 20.000 más para el año 2020 para llegar a un total de 104.000 en el 2030.
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Tomado de http://www.arquitecturacuba.com
La Manzana de Gómez (I)
Don Julián de Zulueta construyó esta obra hasta el primer piso, de acuerdo con el proyecto del renombrado arquitecto Don Pedro Tomé y Veracruisse, con la finalidad de dedicarlo a comercios. Situada entre las calles Zulueta, Monserrate, Neptuno y O'Reilly fue comenzada en 1890. Al edificio se le hizo un gran sótano aprovechando parte de los fosos de la Muralla y se le prepararon cimientos para recibir varias plantas más. Sin terminar el trabajo, el edificio se le vendió a Don Andrés Gómez Mena, quien lo acabó completo hasta la primera planta y le construyó en los altos dos teatros, el Politeama Grande y el Politeama Pequeño, que tuvieron efímera existencia.
Entre 1916 y 1918, en plenas "Vacas Gordas" decidieron ampliar el edificio y levantaron cuatro pisos adicionales sobre la planta baja original y se le instalaron 8 ascensores, 2 por cada calle. La Manzana de Gómez se distingue por sus cómodos pasajes interiores que lo cruzan en diagonal y se dedicaban en la planta baja a comercios y en los altos a oficinas de abogados, notarios, empresarios, médicos y otros. En este edificio se hicieron 560 departamentos y se calculaba que por sus pasillos y portales circulaba diariamente una población flotante de 25 mil personas. La Manzana rentaba a Gómez Mena unos mil pesos diarios.
Tomado del texto de Juan de las Cuevas Toraya, 500 AÑOS DE CONSTRUCCIONES EN CUBA.
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