lunes, julio 10, 2017

Nicolás Águila: La perversión del gusto en Cuba

Tomado de https://www.facebook.com

La perversión del gusto

Por Nicolás Águila
9 de julio de 2017

Hacia mediados de los sesenta se generalizó en Cuba una actitud que superaba la disyuntiva de la selección natural. Aquello de 'te adaptas o pereces', tan de filiación darwiniana, se convirtió en el 'te adaptas o te largas' que aconsejaba el sentido común.

Atrás había quedado la heroica resistencia anticastrista de los primeros años, con lo que en gran medida desaparecía el contrapunteo entre ñángaras y gusanos a nivel de cuadra y hasta en los centros de trabajo. Hubo como una neutralización política en aras de la convivencia. El que podía irse del país, se marchaba, y el que se quedaba se iba... acostumbrando.

Solo que adaptarse no significa que te gustara aquel ambiente de persecución y terror, aunque es verdad que algunos se 'adaptaron' tan a la perfección, pero tan excesivamente bien, que hasta le cogieron el gusto a aquella mierda. Ya no era el consuelo de 'a falta de pan, casabe', que decían antaño, o, dicho en términos orwellianos, a falta de café 100% puro, que me den café con chícharo.

Pues fíjate tú, la gente hasta se acostumbró al cafícharo, como decía un viejo amigo mío. Tanto así que lo prefería al café café. Dos veces me pasó. Una vez con cascarilla del Escambray y, la otra ocasión, con café de exportación que conseguía con un conecto. Se lo ofrecí a una visita y el bonche fue de anjá. "Nico, este café pasó por Santa Clara". "Oye, pasó por Ojo de Agua y después por Aguada de Pasajeros" y así por el estilo. Gente de mi época, para más inri. Al punto que tuve que decirles: "Comemierdas, ya ni se acuerdan de lo que es café puro de verdad". Hasta el gusto nos pervirtieron. Qué régimen tan nocivo.