Alberto Roteta Dorado: Ecuador, crisis de Alianza PAIS, retorno sorpresivo de Correa y juicio del vicepresidente Jorge Glas.
Santa Cruz de Tenerife. España.- Sobre el tema de la política ecuatoriana se comenta muy poco en el mundo, excepto en la propia nación andina, en la que en los últimos meses diariamente tienen lugar hechos trascendentales y definitorios en relación con su futuro político y social, y alguna que otra evocación que hacen los medios de comunicación en países como Estados Unidos (solo los dirigidos principalmente a la comunidad cubana), y ocasionalmente en Cuba, Venezuela y Bolivia, naciones de Latinoamérica en las que sobreviven vestigios de un socialismo tan modificado que se aparta definitivamente de los postulados de Marx, y como es de suponer, en estos últimos solo se ofrece una visión distorsionada de la realidad de aquel país.
Por estos días al menos tres aspectos muy significativos merecen ser comentados, los que guardan una estrecha relación entre sí. De ahí que no los podamos analizar de manera separada; aunque conspire contra la extensión del escrito y la paciencia de los lectores. Estos sucesos son: 1) El retorno de Rafael Correa en condición de invitado a una convención del Partido Alianza PAIS. 2) La hiperagudización de la crisis de dicho movimiento político oficialista. 3) El inicio del esperado juicio al vicepresidente sin funciones Jorge Glas, y otros funcionarios del gobierno por sus implicaciones en corrupción y participación ilícita vinculados al escándalo Odebrecht.
Ya es bien conocido que el correísmo dejó como herencia una deuda millonaria que se aproxima a los 60.000 millones de dólares, una economía devastada, índices de desempleo y subempleo considerables – algo que la llamada Revolución Ciudadana intentó ocultar, como también lo hizo con la deuda y la crisis económica–. Pero esto no es lo peor; sino que durante los diez años de un supuesto socialismo predicado de manera estéril por Correa se fueron gestando sentimientos de odio, de rencores, de crueldad, de perversión y de venganza que originaron las más grandes divisiones en los ecuatorianos.
El estilo de exclusión, marginación y ostracismo practicado por un ser que se creyó – y aún está convencido de esto– “rey de reyes” hizo mucho daño a los ecuatorianos. Una personalidad con marcados rasgos histéricos, y como es común en los líderes “socialistas” populistas de estas regiones, unas ideas megalomaníacas y una obsesión delirante lo llevaron a excluir a todo aquel que no coincidiera con sus criterios (cualquier similitud con los dictadores Castro de Cuba o con el binomio venezolano Chávez-Maduro es ¿pura coincidencia?). La inconformidad y el descontento no se hicieron esperar; y aunque el dictador cuenta aún con miles de seguidores se ganó el rechazo de grandes sectores poblacionales de la nación andina.
Alianza PAIS. Una crisis irreversible. Ya me he referido en otros escritos a la situación actual del movimiento político fundado por Rafael Correa. Todo parece indicar que Alianza PAIS ya jugó su papel como vehículo para los proyectos “socialistas” de Correa. Una vez que se logró salir del aun joven mandatario y de sus ideas fidelistas-guevarianas concretadas a través de lo que se llamó Revolución Ciudadana, y teniendo en cuenta el giro político que ha experimentado Ecuador tras la asunción del poder por parte de Lenín Moreno – quien supuestamente garantizaría el continuismo político– la razón de ser de un partido de tendencia izquierdista perdió su sentido.
Es justamente lo que ha ocurrido en Ecuador. El supuesto socialismo que jamás existió en el orden práctico ha desaparecido de la noche a la mañana. Lenín Moreno ha convocado al diálogo a aquellos movimientos opositores y otros afines; aunque separados de las aberraciones de Alianza PAIS, lo que se ha interpretado por los fanáticos y recalcitrantes seguidores del machi –como cariñosamente le llaman a Correa sus adoradores– como una traición a la Revolución Ciudadana, al Partido Alianza PAIS, y de manera particular a su fundador Rafael Correa.
Así las cosas se han conformado dos bandos. Por un lado los defensores del correísmo (correístas), y por otro los seguidores de Lenín Moreno, (morenistas o leninistas). Varios líderes reaccionarios del ala correísta determinaron expulsar a Lenín Moreno de la presidencia del partido, algo que quedó sin vigencia toda vez que la Asamblea Nacional no reconoció la “medida disciplinaria”, en realidad una orden que desde Bélgica imponía Correa a modo de venganza y como preámbulo de un posible golpe de estado blando que pudiera tener lugar en la nación andina.
Posteriormente los miembros que actuaron impulsados por la ira y la exclusión fueron juzgados por una comisión de ética en el seno del movimiento, quedando suspendidos de sus funciones por un período de seis meses, por lo que todo evento, suceso, decreto o medida que tenga lugar a partir de este momento y que sea convocado por estos líderes partidistas es ilegal, por cuanto, no cuentan con la aprobación de su verdadero presidente Lenín Moreno.
El amenazante retorno de Rafael Correa.- La parte correísta del movimiento Alianza PAIS reiteró la realización de una convención nacional en Esmeraldas este domingo 3 de diciembre, a pesar de que el partido nombró la semana anterior a nuevos encargados de la secretaría y vicepresidencia, manteniendo la presidencia de Lenín Moreno en rechazo a la expulsión que hicieran Gabriela Rivadeneira y Ricardo Patiño, ambos suspendidos por el comité de ética de la organización.
El presidente de la Cámara de Comercio de Esmeraldas, Homero Cervantes, negó el uso del recinto ferial para la convención convocada por los seguidores de Rafael Correa. Los militantes afines denunciaron un boicot por parte del ejecutivo para que no se realice el evento, y es lógico que no tenga efecto, por cuanto, considero que dicha convención es ilegal, así lo asume el Consejo Nacional Electoral, CNE, que no admite la tenida de los correístas como una convención.
Este lunes medio centenar de manifestantes hicieron un plantón en Portoviejo, una importante ciudad portuaria de la costa ecuatoriana, en rechazo a la presencia de Rafael Correa en esta zona. “Tanto que se burló de Portoviejo y tiene el cinismo de venir a Portoviejo, nos quitó el aeropuerto, la plata de la reconstrucción se la llevaron y todavía tiene el cinismo de venir a nuestra tierra”, afirmó Enrique Zambrano, exdirector provincial del Registro Civil de la localidad. Por otro lado, en Quito, a pocos metros de la sede de Alianza PAIS los opositores del exmandatario gritaron: “¡Devuelvan lo robado!”, y mostraron pancartas acusando al gobierno de Correa de corrupción y pidiendo la cárcel para el dictador, así como su total respaldo a la consulta popular impulsada por el presidente Lenín Moreno.
Rafael Correa debe interiorizar la idea de que ya su tiempo pasó, que ya no es el presidente del país y que tampoco es el primer mandatario del Partido Alianza PAIS – aunque lo declaran como presidente vitalicio del movimiento siguiendo la normativa comunista de la permanencia en el poder y del continuismo político–. Como ya he dicho en otros escritos el exmandatario de Ecuador es solo una sombra, y una sombra no cuenta para nada; pero como sombra que es sigue molestando e importunando con sus absurdas opiniones fuera de contexto y siempre en contraposición al curso que van tomando las cosas en Ecuador desde que dejó su cargo el pasado mayo.
Correa, quien se ha proclamado como el principal opositor de Moreno, anunció con tono amenazante su regreso a Ecuador. Se espera que durante la ilegal convención el exmandatario intente restablecer el orden en medio de un caos divisorio desencadenado por las contradicciones surgidas en relación con la línea que ha seguido Moreno en su mandato, algo que alcanzó su clímax a partir del escándalo de Jorge Glas, el vicepresidente suspendido de sus funciones y prisionero actualmente, y de la convocatoria para una consulta popular hecha por el presidente actual y que incluye varios puntos que contradicen la línea del partido izquierdista Alianza PAIS, y de modo particular, el estilo correísta, entre ellos, la reestructuración del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, y la suspensión de la reelección indefinida.
El juicio de Jorge Glas.- En medio de esta tensa situación se está efectuando el juicio de Jorge Glas, el vicepresidente sin funciones, y otros ocho funcionarios del gobierno, cuyas declaraciones y análisis de las pruebas presentadas que los vinculan al escandaloso caso Odebrecht se han extendido ya por más de una semana. En el caso de Ecuador, se señala que entre 2007 y 2016 la constructora brasileña Odebrecht pagó sobornos por valor de 35,5 millones de dólares a funcionarios del Gobierno, lo que supuestamente le generó unos beneficios de más de 116 millones de dólares.
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