Alberto Roteta Dorado.: Rafael Correa y su ridícula acusación del orden constitucional en Ecuador ante la OEA.
Santa Cruz de Tenerife. España.- En los últimos meses la nación ecuatoriana se ha visto inmersa en situaciones políticas muy complejas. Una tensa campaña electoral previa a los más recientes comicios que llevaron a Lenín Moreno, representante del partido de izquierda Alianza PAIS, a la presidencia a pesar de que los miembros del Movimiento de derecha CREO, presididos por Guillermo Lasso, se proclaman como vencedores, marcó el inicio de una nueva etapa en la vida política del país.
Lenín Moreno, independientemente de ser ahora el líder de Alianza PAIS, asumió una actitud diametralmente opuesta a la directriz de exclusión y totalitarismo de su predecesor, Rafael Correa. Su convocatoria a un diálogo nacional en el que han podido participar los representantes de los diversos movimientos de la oposición fue el detonante para el comienzo de una serie ininterrumpida de contradicciones entre Moreno y Correa.
Este último ha interpretado las acciones emprendidas por el actual presidente como una traición a la Revolución Ciudadana, al Partido Alianza PAIS, y a su persona, toda vez que fue su mentor y promotor, con lo que pensó que podía garantizar un continuismo político que le permitiera desde Bélgica –lugar a donde se fue a residir en familia una vez que dejara su cargo en el gobierno– poder manipular todo el acontecer de Ecuador.
Ante el rotundo fracaso de sus planes, toda vez que Lenín Moreno ha asumido un estilo radicalmente opuesto a la línea política de Correa, la cual estaba matizada por un socialismo a su manera – influenciado por el entusiasmo enfermizo y la personal histeria del difunto venezolano Hugo Chávez, quien a su vez jamás supo la esencialidad teórica de las doctrinas socialistas, sino que se acogió a lo aprendido de un vistazo a través de manuales y pequeños panfletos contemporáneos– el exmandatario se ha vuelto el peor enemigo de Lenín Moreno, por cierto, uno de los pocos enemigos que hasta ahora se ha pronunciado en su contra, y hasta se ha declarado públicamente su principal opositor.
Estas contradicciones alcanzaron su clímax una vez que se conoció sobre una consulta popular que Lenín Moreno ha propuesto realizar, y que hace pocos días el Consejo Nacional Electoral, CNE, después de retener los informes correspondientes durante un largo tiempo, finalmente aprobó su realización el próximo cuatro de febrero.
La crisis política de Ecuador ha repercutido en todas las instancias, y el CNE no es la excepción. Su presidente, Juan Pablo Pozo, presentó la renuncia el miércoles 29 de noviembre, justo cuando debía aprobar la realización de dicha consulta popular. En su lugar la periodista Nubia Villacís, vicepresidenta del CNE desde 2015, y con participaciones activas dentro de la vida política del país, asumió el cargo de la presidencia el 30 de noviembre.
La actitud de Pozo ha resultado sobremanera llamativa, justo ahora, cuando no solo tendrá lugar la consulta popular, sino cuando acaba de conocerse ciertas declaraciones hechas por Eduardo Mangas, secretario general de la Administración, y a la vez secretario particular del presidente Moreno, que sugieren que Alianza PAIS no ganó en los pasados comicios, que sus encuestas los daban como perdedores pero el equipo de Correa les aseguraba un triunfo por 15 puntos, hecho que contribuye a la realzar la veracidad de la hipótesis del gran fraude electoral que los colocara en un triunfo que no les correspondía a ellos, sino a la oposición.
Pero al parecer Rafael Correa ha olvidado esto, y digo olvidado, por cuanto la posibilidad de que lo desconociera es casi imposible. Rafael Correa manipuló todo el proceso eleccionario, y una vez que Alianza PAIS perdiera el escrutinio forzó los resultados que finalmente se mostraron y que contradicen las estimaciones de prestigiosas empresas encuestadoras que declararon vencedores a los representantes de CREO (Creando oportunidades).
¿Por qué digo que ha olvidado este incidente? Pues porque ha tenido la osadía de presentar una denuncia ante la Organización de Estados Americanos, OEA, expresando que en su país existe una alteración del orden constitucional, con lo que acusa a Lenín Moreno por haberse adelantado a la respuesta del CNE, algo que no es una violación, por cuanto, dicha instancia disponía de veinte días para decidir si aceptaba o no la consulta y sus siete preguntas; pero una vez superado el tiempo establecido ( la propuesta fue entregada desde el dos de octubre) para pronunciarse el mandatario procedió debidamente enviando dos decretos ejecutivos para que la autoridad electoral convoque a la consulta popular y referendo.
La determinación de Moreno se da bajo el argumento legal de que la Corte Constitucional (CC) excedió el término establecido en la ley, por lo que se entiende que el dictamen fue favorable. Y es esto justamente lo que ha utilizado Rafael Correa para atacar una vez más al actual presidente de Ecuador, quien cuenta para el SÍ de su consulta popular con el apoyo de más de 180 alcaldes y con una representación de los sectores más importantes de la oposición ecuatoriana, incluyendo a su propio contrincante en las pasadas elecciones, el político y empresario Guillermo Lasso.
A Correa no le conviene el esperado Sí de la consulta popular. Esto le impediría su retorno a la vida política de Ecuador, toda vez que las preguntas segunda y tercera le perjudican sobremanera. Las interrogantes se refieren al cese del Consejo de Participación Ciudadana y Control Social, lo que significa que los siete actuales miembros del consejo cesen de inmediato y que los nuevos integrantes sean elegidos a través de votación universal y no designados directamente, lo que cuenta con una estimación del 71,1% para ser aceptado en la consulta, así como a eliminar la reelección indefinida, con lo que se pretende la recuperación del mandato de la Constitución de Montecristi, dejando sin efecto la reelección indefinida aprobada mediante enmienda por la Asamblea Nacional, el 3 de diciembre de 2015, lo que cuenta con el apoyo del 66.8%, siendo el tema más polémico de la consulta, y que el excéntrico y prepotente exmandatario ha querido ver como un golpe de estado.
Luis Almagro, Secretario General de la OEA se pronunció a través de Twitter afirmando: “ExPdte @MashiRafael y @RicardoPatinoECpresentaron denuncias sobre alteración del orden constitucional en #Ecuador y solicitud aplicación CDI @OEA_oficial. Ante ello, Secretaría Gral realizará informe técnico jurídico sobre situación institucional”.
A lo que el Gobierno de Ecuador ha respondido: “El gobierno ecuatoriano expresa su malestar por la publicación del Secretario General de la OEA, Luis Almagro, del 15 de diciembre, en redes sociales, en donde anuncia que la Secretaría General realizará un informe técnico jurídico sobre la situación institucional en el Ecuador ante afirmaciones de terceros de una supuesta alteración del orden constitucional”.
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