Esteban Fernández: CUBA Y EL “GODFATHER”
19 de junio de 2018
Para entender la situación actual de Cuba hay que remontarse y escudriñar en el libro “El Padrino” de Mario Puzo.
Cuando Vito Corleone le pregunta a su consejero Tom Hagen: “¿Ese hombre tiene bolas?” El “consigliere” sabía que si cualquier otro hombre le hiciera esa pregunta el respondería que “sí”.
Pero cuando el Padrino se interesaba en saber si alguien “tiene cojones” eso quiere decir que el individuo está dispuesto a PERDERLO TODO, casa, dinero, familia, y echar el resto defendiendo determinado concepto, causa o hijodeputada.
Entonces, vayámonos a Cuba: Raúl desde hacía mucho rato había decidido que su hijo fuera el heredero de la tiranía, pero necesitaba EL VISTO BUENO DE SU HERMANO. Prácticamente una misión imposible.
Lo primero que hizo fue prepararle un gigantesco expediente al tuerto. Cada día le agregaba un montón de páginas al dossier. Tapándole los errores y escondiéndole -entre muchas cosas- que la pérdida de un ojo en Angola había sido una comemierdada y disfrazándolo como si hubiera sido un acto heroico.
Al fin llegó el momento de presentarse ante el monstruo en Punto Cero con un mamotreto que este ya había observado y estudiado detenidamente con anterioridad.
Comenzó a decir: “Mira Fidel, quiero explicarte que…”. El tirano lo paró en seco con una sola pregunta: “¿Tiene cojones el muchacho?” Al igual que la pregunta de Don Vito muy fácil hubiera sido responderle que “sí” si ese interés en saber no hubiera venido de la más sangrienta de las sabandijas nacidas en nuestra patria.
Pero sabía que la pregunta de Fidel Castro Ruz quería decir -y llevaba explícito- que: “¿Tu hijo carece de escrúpulos y sería capaz de volar la Isla antes que perderla?”
Raúl Modesto ya tenía la respuesta ideal preparada y aprendida de memoria: “Alejandro es tu viva estampa, verlo a él es verte a ti, es una copia exacta del hombre más grande que ha dado nuestro país”. El genocida hizo una mueca de satisfacción.
Sin embargo, lo cierto es que debe haber sido muy descojonante para el tirano no poder anteponer otra opción familiar. Hasta la saciedad él sabía que sus hijos resultaron ser unas plastas de mierda. Y la culpa fue de él y sobre todo de Dalia que quiso criarlos como unos niños bitongos.
Fidel aceptó -sin mucho entusiasmo- motivado por su desespero de que la que finca siguiera siendo propiedad de “un Castro” y con estas 10 palabras guajiras dio el visto bueno y selló el destino de Cuba: “¡Bueno, tienes que prepararlo más que a un gallo fino!”
Acto seguido todos los resortes del poder fueron encaminados a lograr que este Alejandrito llegara a ser el más grande hijo de puta de toda la familia Castro.
A todo lo antes dicho póngale el cuño y olvídese de Miguel “Mario-neta” Díaz Canel.
Posdata histórica: Y del lado de acá, del lado nuestro, el capítulo del “Godfather” que más nos debe incumbir es cuando Don Vito Corleone sentado en el patio de su mansión, junto a su hijo, casi en un susurro le dice: “Michael, el que venga a proponerte un DIÁLOGO ese es UN TRAIDOR”.
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