Pedro Corzo sobre Cuba y el aniversario 21 de la publicación del documento La Patria es de Todos
La Patria es de Todos
Por Pedro Corzo
Julio 20, 2018
Los autores de La Patria es de Todos en 1997: de izquierda a derecha René Gómez Manzano, Martha Beatriz Roque, Vladimiro Roca y Felix Boinne Carcassés.
Hace 21 años, en el verano de 1997, un grupo de cubanos hartos de las injusticias de la dictadura castrista y del sectarismo ideológico impuesto decidió emitir un comunicado crítico del quehacer gubernamental enfatizando los graves perjuicios que tal actuación provocaba en el país.
Los firmantes de La Patria es de Todos, Martha Beatriz Roque Cabello, René Gómez Manzano, Vladimiro Roca y Félix Bonne Carcassés, fueron sancionados a entre tres y cinco años de prisión por escribir, no publicar, un documento en el que sin dictar conductas a seguir presentaba argumentos para que los potenciales lectores reflexionaran sobre la realidad cubana.
Dice: “El hombre no puede vivir de la historia, que es lo mismo que vivir del cuento; se necesitan bienes materiales, satisfacer su espiritualidad y de hecho poder mirar para el futuro con expectativas, pero además, un espacio que todos conocemos como libertad”, para la dictadura este párrafo era un ataque a fondo a sus propuestas y realizaciones.
Sin dudas, el gobierno consideró como una proposición extremadamente aberrante la definición de Patria de los escribientes, porque acusaba al régimen de traicionar la noción de Patria al vincularla fraudulentamente a la Revolución, el Socialismo y a la Nación, mientras enfatizaban que la “Patria es de Todos” y no de una facción en particular.
Para desmentir la afirmación castrista de que José Martí es el autor intelectual del Moncada y que sus postulados inspiran el concepto de partido único vigente en Cuba, recurren a Punto V de las bases del Partido Revolucionario Cubano fundado por el apóstol que dice, "el Partido Revolucionario Cubano no tiene por objeto llevar a Cuba, una agrupación victoriosa que considere a la Isla como su presa y dominio, sino preparar por cuantos medios eficaces le permite la libertad del extranjero, la guerra que ha de hacer para el decoro y bien de todos los cubanos, y entregar a todo el país la patria libre”.
Este párrafo de Martí constituye uno de los ataques más rigurosos a la propuesta castrista de que la Patria es propiedad de la cúpula gobernante, una reafirmación martiana de que la Patria es ara y no pedestal.
El documento impugna al Partido Comunista por otorgarse la potestad constituyente de aprobar la Carta Magna de 1976, incluyendo el Artículo 5, que proclama al propio partido como la "fuerza dirigente superior de la sociedad y del Estado", planteando que con esa apropiación el Partido y su liderazgo quedaban en la merecida compañía de individuos y regímenes del talante de Stalin, Mussolini, Hitler, Franco, Trujillo, Pol Pot, Sadam Hussein, y varios más.
Para desmentir la predica de la dictadura de que la República había fracasado recurre a estadísticas económicas que demuestran ampliamente que en el periodo de 1902 a 1958 el país se situó entre las tres naciones más avanzadas de Latinoamérica con indicadores en ocasiones superiores al de algunas naciones europeas.
Para desmontar el andamiaje de mentiras, medias verdades y la enfermiza manipulación de la realidad del país, “La Patria es de Todos” destaca que la dictadura nunca ha reconocido la abolición de la Enmienda Platt, el feroz ajuste de cuentas que significaron los “juicios revolucionarios”, principalmente el juicio a los pilotos después de haber sido absuelto en un proceso anterior y acusa a la dirigencia revolucionaria de proponer a Moscú durante la Crisis de los Misiles, octubre de 1962, asestar el primer golpe nuclear a Estados Unidos.
Culpa al liderazgo castrista de usar el pretexto de la Unidad nacional para tomar acciones que han ocasionado al país grandes perjuicios con severas consecuencias como el caos y la desestabilización, citando ejemplos de pésimas decisiones económicas que han destruido la capacidad productiva de la nación. Sobre las llamadas “misiones internacionalistas” apunta, que lo único que significó para el pueblo fue la separación familiar, luto, dolor y enfermedades.
Según el escritor José Antonio Albertini no hay comparación posible entre el alegato “La Historia me Absolverá” que certifica la visión mesiánica, sectaria e intransigente de Fidel Castro, y “La Patria es de Todos” que transpira ansias de justicia y tolerancia.
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