Zoé Valdés: De caravanas y descuartizamientos
Por Zoé Valdés
2018-10-25
Si usted es hondureño, y le ofrecen dinero por invadir otro país, y ese país se llama Estados Unidos, no creo que usted lo piense dos veces, vamos, ni siquiera una. Pese a que la propaganda que le hicieron desde que nació acerca de Estados Unidos sea de las peores, sin embargo, no conozco a un solo latinoamericano que no desee penetrar –por no decir asediar–, mediante una u otra vía, al gigante del Norte "revuelto y brutal".
Que usted, en caso de encontrarse en el bando de los poderosos, como por ejemplo siendo el presidente de Estados Unidos, quiera ignorarlo, o hacer como que lo ignora, ya es otra cosa, sobre todo cuando su campaña presidencial estuvo primordialmente encausada hacia la construcción de un muro, alto y potente; promesa que todavía no ha cumplido.
De modo que yo en este caso me inclino a lo que, según mi propio juicio, tendría mayor razón de ser: la invasión de los pobres a los ricos del Norte, y no a la inversa como en el tántrico cuento de Tía Tata que nos hizo el castrismo en Cuba, porque en resumidas cuentas Estados Unidos jamás invadió Cuba, ni lo hará, y los cubanos sí que han invadido Estados Unidos, empezando por Miami y terminando por el resto del mundo, tiranía oblige.
Lo que no puedo entender es la improbable ignorancia de los ricos, y del presidente de la mayor potencia mundial, sobre estas caravanas, y que, para colmo, me quieran empujar la historieta de que los toman por sorpresa. No, de sorpresas nada. Estados Unidos lleva 60 años siendo invadido por los cubanos, y ni les cuento del resto, y siguen con la papa caliente atravesada en la tráquea. ¿En respuesta? Ni un muro ni una malanga, cuando en el resto del mundo sobran las vallas y los muros.
En cuanto al periodista islamista troceado por los saudíes. Nada nuevo bajo el sol, los árabes se han pasado desde tiempos inmemoriales decapitándose, descuartizándose, lapidándose y ahorcándose entre ellos, no veo la novedad, ni encuentro inteligente por parte del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que ahora se entere y de paso divulgue de lo que son capaces los saudíes, ¿o es que ya se olvidó de los atentados del 11-S en su propio país, y además ignora o pretende ignorar los actos terroristas en el resto del mundo, y los horrores cometidos por la jerarquía petrolera de ese país del Golfo Pérsico?
De Cuba ni hablemos, no ya siquiera la sombra de los drones. En dos ocasiones el presidente más poderoso del planeta ha tenido la posibilidad de firmar la tercera cláusula de la Ley Helms-Burton, lo que ahogaría a la isleta de los Castro-Díaz Canel, y tampoco se ha dignado a hacerlo.
O sea, dejémonos ya de memeces y lemitas, ¿no tuvimos bastante con aquello de "Fidel, Fidel, dinos qué otra cosa tenemos que hacer", para aplicárselo y cantárselo obedientes también al Moñe?
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