Mike Pompeo: 'EEUU está dispuesto a considerar todas las opciones si La Habana renuncia a su comportamiento opresivo'
Por Pablo Díaz Espí
Madrid
31 de Julio de 2019
Fotos: Mike Pompeo. (DEPARTAMENTO DE ESTADO DE EEUU)
Pablo Díaz Espí. (DDC)
"Estamos haciendo todo lo que podemos por apoyar al pueblo cubano", aunque "la lista de desafíos a los que nos enfrentamos es larga", dijo
el secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, en una entrevista telefónica con DIARIO DE CUBA en la que resaltó las ventajas que traería para la Isla una mejoría de las relaciones entre La Habana y Washington, aunque advirtiendo que esto solo sería posible si el régimen "renuncia a su comportamiento opresivo".
Señor Secretario de Estado, en julio de 2018 usted solicitó a La Habana el establecimiento de un diálogo sobre derechos humanos en Cuba. ¿Qué aspectos de dichos derechos le preocupan más ahora mismo, y qué diría a los cubanos al respecto?
Nos preocupa la
detención de Roberto Quiñones y también otros muchos otros aspectos. Por ejemplo: hace unos días celebramos una reunión ministerial sobre libertad religiosa y hubo pastores que vinieron a Washington para hablar sobre este derecho humano tan básico. Pues bien, el régimen cubano no permitió viajar a varios líderes de la Liga Evangélica en la Isla.
Todos conocemos la historia de las Damas de Blanco. Hablamos de un Gobierno que
ha denegado las libertades más básicas al pueblo cubano. Por eso, nuestro trabajo es el de convencer al régimen, el de hacerle pagar un precio por su mal comportamiento. Yo animo al pueblo cubano a que siga reclamando sus libertades, a que continúe solicitando sus derechos básicos, tanto de culto como de expresión. Son temas centrales para cualquier nación y el pueblo cubano merece contar con dichos derechos, como todos los seres humanos.
Su Gobierno ha aplicado el título III de la Ley Helms-Burton, ha sancionado a empresas y restringido los viajes de sus ciudadanos a Cuba. Además, está intentando evitar la llegada de petróleo venezolano a la Isla. ¿Cuáles serían los siguientes pasos en términos de su política hacia La Habana?
No quiero adelantar nada sobre las acciones que podamos llegar a emprender, pero has hecho una buena descripción de nuestros esfuerzos hasta la fecha. He oído voces procedentes del régimen que culpan de las dificultades económicas de Cuba a nuestras acciones. Lo cierto es que, como se sabe, Cuba, su régimen y su clase dirigente, son los responsables de dicha situación.
Justamente el otro día leía que, en un índice de libertad, Cuba ocupa el puesto 178 de 180, solo por delante de Venezuela y de Corea del Norte. Este tipo de gobiernos controlados por el Estado no trabaja nunca a favor de los ciudadanos, independientemente de en qué países se instauren, y ese es el caso de la Cuba actual. Por eso quiero asegurarme de que el pueblo cubano comprenda que esta administración está decidida a subir el precio por el uso del poder solo en beneficio del régimen y de sus líderes políticos; queremos que el pueblo tenga oportunidades de aprovechar los inmensos recursos del país, mejorar la vida de los cubanos de a pie.
La estamos estudiando. Queremos evaluar cualquier propuesta legislativa que se presente. No hemos visto todavía todos los detalles de cómo se traducirá la iniciativa en la realidad. Pero en estos casos, recurrimos siempre a nuestro principio fundamental. Nos preguntamos: ¿al realizar esta acción, mejoraremos la capacidad estadounidense de conseguir buenos resultados para los ciudadanos de un tercer país? Con la autoridad y el poder estadounidense, ¿aplicar un conjunto de criterios nos puede llevar a una mejor situación y permitirnos contar con una nación aliada? En el caso de Cuba, para posibilitar esta situación necesitamos un Gobierno que se replantee por completo la forma en la que trata a sus ciudadanos y las bases de su economía, así como quiénes son sus aliados a nivel mundial. ¿Qué aliado desea tener en realidad el pueblo cubano? A los Estados Unidos de América nos encantaría serlo, pero con el régimen político actual, es absolutamente imposible.
¿Puede indicarnos qué tipo de interacción mantiene actualmente el Gobierno estadounidense con el de Díaz-Canel, y a qué nivel se desarrolla?
En este momento no mantenemos conversaciones formales con los dirigentes políticos de Cuba. Nos mantenemos observando. Cuando esta administración llegó al poder, sucedió a un Gobierno de EEUU que había intentado apaciguar las relaciones, que se había comprometido a fomentar la creación del sector privado en Cuba. Pero lo cierto es que los niveles de corrupción, los niveles de influencia y de control estatal son de tal magnitud que, para cualquier avance, antes deben producirse cambios significativos en la Isla.
Por ahora, lo que vemos es cómo el nivel de control gubernamental provoca aún más opresión, y la benevolencia estadounidense con dicha actitud no hizo más que alimentar esta situación. Es un problema al que se enfrentan tanto los cubanos como los venezolanos. Nosotros esperamos que el régimen cambie su postura, pero mientras esto no suceda, estamos preparados para seguir haciendo todo lo que esté en nuestras manos por garantizar a los cubanos todas las oportunidades posibles de definir su país de la forma en que sé que el pueblo quiere hacerlo.
¿Cree usted que la transferencia de poderes en Cuba se ha completado, o piensa que la vieja guardia aún manda en asuntos esenciales, como la política internacional?
Con respecto a la política internacional, creo que la vieja guardia aún controla todas las acciones que se han tomado hasta ahora. De cara al futuro, es difícil de predecir. Pero de nuestra parte, puedo adelantar algunos aspectos. Creo que los esfuerzos de Estados Unidos y de otros países del mundo por presionar al régimen se redoblarán, coartando su capacidad de oprimir al pueblo y, lo que es más importante, creo que el pueblo cubano redoblará sus propios esfuerzos para que se escuchen y atiendan sus demandas. ¿Está el pueblo cubano preparado para hacer todo lo posible por convencer al régimen de que no puede continuar con su opresión, de que no puede seguir negando la libertad religiosa, ni realizando acciones para el exclusivo enriquecimiento de la clase dirigente, mientras destruye la economía para el resto de los ciudadanos? Cuando el pueblo cubano redoble sus esfuerzos y el mundo apoye sus acciones, tengo una gran confianza en que la situación cambiará. Sé que los cubanos quieren la libertad y una economía sólida, y los Estados Unidos han adquirido el compromiso de ayudarles.
Nuestra visión de Venezuela y del control por parte de Cuba del aparato de seguridad allí ha sido siempre muy clara. El presidente Trump no ha mostrado ambigüedad alguna en este sentido. Cualquier nuevo líder político de Venezuela debe sacar a los cubanos de su aparato de seguridad. Dicha conexión —ese enlace a través de los equipos de seguridad— priva a los venezolanos de la oportunidad que necesitan para hacer crecer su economía y para restaurar la democracia en su país. Eso no puede ocurrir con miles de militares, oficiales de inteligencia y personal de seguridad cubano allí.
Por esta razón le hemos dicho a Cuba —de hecho, el presidente lo dijo públicamente—: Tomen una decisión. Cambien de postura y anuncien su retirada. Dejen de defender al régimen de Maduro, que ha causado tanta penuria, destrucción y hambruna en Venezuela, que más del 10% de su población se ha visto obligada a emigrar del país. Cambien de postura y retiren a su personal. En ese momento, podremos mantener una conversación real. Sería el primer gesto positivo de que ustedes también desean que su pueblo mejore su vida y disfrute de libertad. No pueden defender eso mientras ayudan a mantener la opresión sobre el pueblo de Venezuela. Y tampoco pueden permitir que lo mismo que ocurre allí siga ocurriendo en Cuba.
Por supuesto, si Cuba tomara esa decisión, continuaríamos con los esfuerzos que ya hemos hecho y haríamos lo que tuviéramos que hacer, y diríamos al pueblo cubano: 'Lo que han hecho es muy importante. Su decisión marca una diferencia fundamental, significa que también desean la libertad'.
Si el régimen está preparado para hacer ese cambio, nosotros estamos dispuestos a considerar todas las opciones.
Sobre ese asunto…
De todas formas, solo para acabar. Aunque acabo de decir que consideraríamos todas las opciones, me refiero a que tenemos que observar primero la actividad del régimen. Repito que estamos dispuestos a considerar todas las opciones siempre que el régimen renuncie a su comportamiento opresivo. Creemos que sería el cambio fundamental de la relación de Cuba no solo con Estados Unidos, sino con el mundo entero. Ese es el problema principal. Eso es lo que necesitamos de su parte y, cuando ocurra, las cosas podrán empezar a mejorar.
No puedo comentar mucho sobre este asunto. Estoy familiarizado con la situación y también conozco el estudio de la Universidad de Penn. Todavía no hemos descubierto qué ha provocado los daños. Vemos un patrón en todo esto, eso está claro. Puede leerse lo que ha publicado la Universidad de Penn a nivel médico y las consecuencias físicas que se han observado en los afectados.
El Gobierno cubano se ha negado a cooperar con nosotros en cualquier aspecto significativo que pudiera ayudar a determinar la causa, el origen de este ataque. Esperamos que cambie de opinión; esperamos que se comporte de forma que nos permita hacer lo que debemos, que es asegurarnos de cuidar de todos los estadounidenses, ya sean funcionarios del Departamento de Estado, del Departamento de Comercio, soldados, marineros, pilotos o marines. La salud de muchos estadounidenses se ha visto afectada por estas actividades y necesitamos que los cubanos nos ayuden a descubrir qué ocurrió.
Una última pregunta: ¿qué ventajas traería al pueblo cubano una relación normalizada con los Estados Unidos si hubiera un gobierno democrático en La Habana?
Bueno, las ventajas serían inimaginables. La escala de las operaciones y de las oportunidades sería inmensa. Cuba es un lugar estupendo, con grandes productos. El turismo podría florecer. Se crearía una enorme riqueza e, indudablemente, también sería estupendo para los Estados Unidos. Significaría una importante mejora para la vida de todos los cubanos de a pie que desean la libertad y que aspiran a poder cuidar de su familia y a educarse. La apertura entre nuestros dos países sería realmente transformadora para Cuba. Pero eso es algo que solo puede conseguir el régimen cubano si decide responder a las demandas de su pueblo.
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