MIS METEDURAS DE PATAS
Por Esteban Fernández
16 de agosto de 2019
Ya ustedes saben por mis escritos que metí la pata desconociendo al Almendarista Roberto Ortiz, a la voz de Carlos Prío, y al comandante Enrique Borbonet y sus jaulas de pájaros. Pero hay más.
Yo considero que soy un buen fisonomista, cuando me presentan a alguien puedo olvidar su nombre, pero si vuelvo a verlo enseguida sé que “esa cara la he visto antes”.
Desde luego que puedo meter la pata y la primera vez que me presentaron al general Erneido Oliva uno de los jefes de la Brigada 2506 yo estaba convencido de que lo había visto antes en la televisión y que era Rafael Lay el de la orquesta Aragón.
Yo me creo que conozco y he conocido a todos los líderes del exilio cubano, sin embargo, yo estaba en Radio Mambí esperando que Agustín Tamargo me entrevistara, llegó un anciano y pidió el favor que le hicieran unas copias, lo mandaron a que se sentara y esperara, yo me compadecí y traté de darle un par de pesos para que sacara unas copias en Kinkos. El compatriota no me los aceptó. Era la primera que vez que yo veía al gran Orlando Bosch en persona.
Sentados en una fonda en Miami estamos sentados esperando para almorzar Mario Byrne, Pepe Iglesias y Carlos Hurtado, llegó un ancianito con una cantina de comida en sus manos, se nos acercó, mis tres acompañantes respetuosos se levantaron admirados y lo saludaron. Yo no le hice caso al hombre, y me perdí estrecharle la mano a Mario Salavarría uno de los cubanos más guapos que ha dado la Isla, y uno de los que más años de prisión cumplió en nuestra Historia republicana.
Un día intentaba hablar con Ramón un joven militante de Abdala en California, pero no tenía su número de teléfono. Llamé a Arnoldo Varona y le dije “Mi socio, dame el número de Ramón”. Me lo dio.
(Erneido Oliva y Rafael Lay)
Llamé y me salió una mujer. Me dijo “Oh, Ramón está dormido” Y le dije: “Por favor, despiértelo y dígale que es urgente, que lo espero a las 8 de la noche en las oficinas del Rece en Pico y la Hoover, que vaya para allá para organizar el acto que vamos a dar en conjunto con La Voz de Cuba y vamos a traer al cantante Oscar de Fontana”.
A las 8 se me apareció un ancianito que tenía más de 80 años y me dijo: “Usted es Esteban Fernández?”, yo soy Ramón, vine en guagua desde Montebello, yo no manejo ¿en qué puedo servirlo?”
Dagoberto de la Torre me dice: “Oye, Enriquito Bin quiere que lo llames para que vayas a una fiesta de fin de año en casa de su hermano Manolín” …
Cojo mi libreta de teléfonos, veo el nombre de “Enriquito” lo llamo y le digo: “Oye Enrique, está bien, yo voy el 31 para tu casa a celebrar la fiesta”… Y ahí Enrique “Moncada” Pérez me dice: “Estebita, está bien, ven para acá, pero te advierto que yo estoy rentando un cuarto en la casa de William Henning”. Y haya más, otro día les cuento.
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Mario Salabarría en 1947
Mario Salabarría cuando fue detenido y encarcelado por estar en un plan de atentado en contra del tirano Fidel Castro Ruz. Fotos tomadas del libro La Reglas de Juego editado y con textos de la Comisión de Historia de los Órganos de la Seguridad del Estado. Dirección Política Central. Ministerio del Interior.
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