Es un blog diario digital conformado con los artículos, opiniones, ensayos, etc. del Catedrático universitario Lic. Pedro Pablo Arencibia Cardoso sobre diferentes temáticas de la problemática cubana, actual e histórica, así como por noticias y artículos de otros autores que se consideran de gran interés para profundizar en la realidad cubana.
miércoles, septiembre 11, 2019
¡Prohibido Olvidar… “Entender” o Perdonar!. David J. Hall sobre el monstruoso atentado del terrorismo islamista el 9/11
Fue uno de esos eventos que laceran y marcan la conciencia individual y colectiva como con un hierro candente: profundo, doloroso, indeleble. Para los de mi generación, como el día en que asesinaron a Kennedy, a John Lennon, o el día en que estalló el Challenger; para siempre en la memoria. Recordamos donde estábamos, que estábamos haciendo.
Ese martes, como de costumbre, había llegado a la oficina alrededor de las 7:30 am. Era una mañana fresca, soleada, con los primeros tintes de ese no sé qué especial que presagia el otoño, mi época del año favorita. Washington DC se movía ya a paso rápido, en medio del “rush hour” matinal, y en los corredores del Capitolio y edificios aledaños iban y venían, también de prisa, legisladores, empleados, becarios que hacía sólo unos días habían regresado a la capital para una nueva sesión del Congreso tras el descanso de verano.
Estaba leyendo las noticias más importantes que afectarían mi trabajo ese día, cuando en la parte superior de la pantalla de mi computadora apareció un cintillo que informaba que un avión había chocado con una de las torres gemelas del World Trade Center en New York. Pensé que el piloto de alguna pequeña avioneta había quizá sufrido un infarto, pues en una mañana tan clara y brillante era imposible otra explicación. Pocos minutos después, otro cintillo me sacó de mi error de forma dramática: un avión de pasajeros había chocado con una de las torres.
Tragedia en vivo
Me levanté como empujado por un resorte y me fui al salón de conferencias, donde algunos de mis compañeros de oficina se apilaban ya frente al monitor de TV con expresiones de incredulidad. Las palabras “terrorismo” y el nombre de Bin Laden surgieron de inmediato, aunque los noticieros que seguían la tragedia en vivo aún no habían confirmado las peores sospechas.
Nos encontrábamos todavía mirando consternados el fuego ocasionado por el impacto en la primera torre, cuando de una esquina de la pantalla vimos aparecer el segundo avión y hacer impacto contra la otra torre. Si había alguna duda, el choque del segundo avión confirmo la naturaleza terrorista del desastre. Nos quedamos allí, casi paralizados, observando con una mezcla de horror, rabia e impotencia ese ataque despiadado contra el país y contra miles de inocentes.
Mientras mirábamos atónitos y comenzábamos ya a hacer planes para evacuar la ciudad, escuchamos la explosión y sentimos el estremecimiento del ataque contra el Pentágono, a sólo unas cuatro millas de nuestra oficina. Vimos, horrorizados, victimas del desespero lanzarse al vacío desde alturas de más de 80 pisos, poco antes de ver desplomarse ambas torres, gente corriendo despavorida por las calles del área financiera de Manhattan, y una nube parecida a la de una explosión nuclear envolver la ciudad en humo, polvo, muerte y destrucción. Más tarde, en las noticias, nos enteramos del avión que cayó en Pennsylvania y comenzaron a filtrarse los rumores del increíble acto de valentía de un grupo de pasajeros del vuelo 93 de United que con su acción impidieron un ataque similar contra la Casa Blanca.
Fue otro “día de infamia”, que vio el vil asesinato de casi 3000 inocentes. Infamia que se vio multiplicada por las exuberantes demostraciones de júbilo en muchas capitales árabes y el silencio ensordecedor del mundo árabe/musulmán en general. Pero vio también actos de heroísmo y sacrificio sin paralelo por parte de policías, bomberos, cuerpos de primera respuesta y ciudadanos de a pie que desinteresadamente desafiaron el peligro y arriesgaron sus vidas para tratar de salvar a otros.
Terroristas islamistas
Fueron 19 terroristas islamistas de origen árabe los que perpetraron el salvaje crimen, organizados por un sicópata movido por el odio religioso y antiamericano, Osama Bin Laden, y una interpretación atroz de una religión/ideología que promueve la dominación religiosa mundial y premia con 70 vírgenes y el paraíso a los “mártires” -léase terroristas- del Islam.
Al cabo de 18 años del ataque terrorista más devastador contra Estados Unidos en muestro propio suelo, hay toda una generación para quienes las torres gemelas son sólo una foto de New York “hace años”, y el ataque “una historia que cuentan los padre y abuelos”. Peor aún, hay, incluso entre nosotros, aquí en Estados Unidos, gente, profesionales, periodistas, políticos, maestros, que escondidos tras un velo de falsa “amplitud de mente” y falso pacifismo, promueven la necesidad de “entender” a los que nos atacaron, de ser tolerantes con los que asesinaron a 3000 inocentes y no han cesado de buscar nuestra destrucción como país y como sociedad, porque “la violencia engendra violencia y la intolerancia engendra intolerancia” y “la confrontación permanente no es la respuesta”.
Lo ofensivamente curioso de todos estos “pacifistas” es que en realidad culpan a la víctima y piden tolerancia y no violencia para los victimarios, para los terroristas, para los intolerantes y violentos que trajeron muerte y devastación a nuestro suelo.
¡No, y mil veces no! Con los terroristas no se puede contemporizar, y sus crímenes no deben ni pueden quedar impunes. La verdad no se debe ni puede ocultar, ni pintar con una brocha de corrección política. Terroristas árabes islamistas perpetraron el más vil y mortífero ataque terrorista en la historia de Estados Unidos, y 18 años después no cejan en su empeño de destruirnos. No hay nada que “entender”. En todo caso, lo que tenemos que entender perfectamente es que los terroristas quieren nuestra destrucción, y la única alternativa es destruirlos a ellos primero. “Entender” y perdonar es hacernos cómplices de su horrendo crimen, y la sangre de 3000 víctimas, el sufrimiento de sus familiares, el padecimiento de cientos de policías y bomberos que aún padecen enfermedades relacionadas con las actividades de rescate debe ser acicate suficiente para no dejarnos caer en esa trampa.
En la Zona Cero
Estuve en la Zona Cero sólo dos semanas después del ataque. Aunque las obras de recogida de escombros ya habían mejorado considerablemente la situación en esa parte de la ciudad, el espectáculo era aún dantesco: una capa de polvo y ceniza de más de dos pulgadas cubría aún un área de más de dos cuadras alrededor de donde habían estado las torres. Un olor acre, desagradable, olor a muerte, lo impregnaba todo, y en las paredes de los edificios cercanos que sobrevivieron la catástrofe, miles de fotos de los muertos y desaparecidos, testimonio del horror y alguna fútil esperanza.
Cada año viajo al menos una vez a New York. Indefectiblemente me dirijo al memorial 911, un impresionante y bello recordatorio que, lamentablemente para muchos es sólo un lindo lugar turístico. Pero para mí, y afortunadamente muchos todavía, es un santuario, un altar a la memoria de nuestros muertos y un monumento al espíritu de la nación americana.
¡No. Prohibido olvidar … “entender” o perdonar!
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euronews (en español)
Published on Sep 6, 2011
11 de septiembre de 2001. Nueva York. A las 8h46 de la mañana, un Boeing de American Airlines se estrella contra la torre norte del World Trade Center. Secuestrado poco después de su despegue de Boston, el avión destroza seis plantas, desde la 93 hasta la 99.
A las 9 y tres minutos, un segundo boeing que también había despegado de Boston, se empotra contra la torre sur, entre los pisos 77 y 85.
(En el DÉCIMO OCTAVO ANIVERSARIO DE LOS ATAQUES DEL 9/11- SEGUNDA PARTE Y FINAL)
Frank de Varona
11 septiembre 2011
Paul Sperry escribió un artículo llamado “Inside the Saudi 9/11 Cover-up” ((Encubrimiento del 9/11 Saudí) que fue publicado por el New York Post el 15 de Diciembre, 2013. Sperry explicó que fue parte de la familia real de ese país traidor. Nuestro gobierno participó en el encubrimiento del ataque.
Ni el presidente George W. Bush ni el presidente Barack Obama ni el presidente Donald Trump le han permitido al pueblo ver las 28 páginas clasificada de las 800-paginas del reporte 9/11. El nombre del reporte es “Joint Inquiry into Intelligence Community Activities Before and After the Terrorists Attacks of September 11, 2001”. Miembros del Congreso que participaron en las investigaciones ya han revelado la participación del Reino Saudí.
¿Quiénes fueron los que ayudaron a los terroristas que atacaron a Estados Unidos en el 9/11?
(El Reporte Joint Inquiry into Intelligence Community Activities fue publicado en 2002.)
Zacarias Moussaoui está sirviendo una sentencia de cadena perpetua en una prisión “supermax” en Colorado por haber planeado los ataques del 9/11.
Zacarias Moussaoui, un ex miembro convicto de al-Qaeda acusó a tres miembros de la familia real Saudí. Moussaoui dijo que actuó como mensajero de los jefes finales de Al-Qaeda, -entre los que se encontraba Osama Bin Laden- y una lista de donantes del grupo. “El jeque Osama quería mantener un registro del dinero que nos daban de quienes nos escuchaban o los que contribuían a la yihad”, dijo Moussaoui, nativo francés, que se declaró culpable de los cargos de terrorismo que se le imputaban en 2005.
(Zacarias Moussaoui)
Moussaoui dijo que el príncipe Turki al-Faisal, ex jefe de Inteligencia, el príncipe Bandar Bin Sultan, ex embajador en los Estados Unidos, y el príncipe Alwaleed bin Talal conocido multimillonario inversor, aparecieron en las listas de donantes de al-Qaeda, así como muchas de las figuras religiosas más importantes de Arabia Saudí.
Arriba, de izquierda a derecha: El Príncipe Bandar bin Sultan quien sirvió por 22 años de embajador de Arabia Saudí en los Estados Unidos ayudó a terroristas entran a Estados Unidos; El Príncipe El Príncipe Turki al-Faisal quien fue embajador de Arabia Saudí en los Estados Unidos ayudó a los terroristas y Príncipe Alwaleed bin Talal el más rico de la familia real dio dinero a al-Qaida.
El Rey Salman bin Abdul Aziz al Saud de Saudi Arabia financió a al-Qaeda y el ex senador Bob Graham dijo que existió una conexión directa de algunos de los terrorista del 9/11 con el Reino Saudí. Es muy triste que Khalid Shaikh Mohammed, quien planeó el atentado del 9/11, no ha sido juzgado y condenado a muerte junto con los otros terroristas que se encuentran en la base naval de Guantánamo. Aun peor, los cinco peores generales y ministros Talibanes que ayudaron a los terroristas de al-Qaida a los ataques del 9/11 fueron cambiados por un soldado estadounidense que desertó en Afganistán por orden del presidente Barack Obama.
En enero 27, 2015 el Presidente Barack Obama visitó al rey Salman bin Abdul Aziz en Riyadh, Saudi Arabia.
El ex presidente Barack Obama es un musulmán oculto y ha dicho en las Naciones Unidas que “el mundo no será de aquéllos que blasfeman al profeta Mahoma.” Al mismo tiempo que nunca ha denunciado los abusos de la ley Shariah en los países musulmanes, donde en algunos como Paquistán, blasfemar a Mahoma es pena de muerte y el adulterio se castiga con una muerte a pedradas.
Hoy en día cristianos están siendo asesinados y hasta crucificados por el mundo. En la última década más de un millón de cristianos han sido brutalmente asesinados en el Medio Oriente. Este genocidio no ha sido denunciado por Obama ni por la prensa establecida. ¡Esta conspiración de silencio debe de terminar!
En Siria cristianos que hablan arameo, el idioma de Jesucristo, los han matado los yihadistas de al-Qaida. Terroristas queman antiguas iglesias cristianas del siglo I y II después de Cristo y violan y secuestran mujeres cristianas. Por muchos países cristianos han sido asesinados rezando en iglesias como ocurrió recientemente en Sri Lanka. En Francia más de 800 iglesias católicas han sido quemadas incluyendo Notre Dame o han sufrido daños de vandalismo.
El importante papel de Irán en los ataques del 9/11
Mort Klein and Liz Berney escribieron un artículo titulado “El papel de Irán en los atentados del 11-S no puede ser ignorado” que fue publicado en el sitio web Libertad USA.com el 15 de septiembre de 2015. Klein y Berney explicaron que es una ironía escalofriante que el 11 de septiembre conmemoramos la muerte de 3,000 inocentes y justo al mismo tiempo, el presidente Obama y una minoría de su partido en el Congreso lograron aprobar un acuerdo que proporcionará cientos de miles de millones de dólares y facilitará las armas nucleares al mismo régimen iraní. Por suerte el presidente Donald Trump se retiró del terrible acuerdo de Obama con Irán.
Este perverso y sanguinario régimen iraní que unidos a Arabia Saudita planearon y facilitaron el horror perpetrado en nuestro territorio el 11 de septiembre de 2001. Klein y Berney escribieron que el papel decisivo de Irán en los atentados del 11-S fue expuesto detalladamente en las conclusiones del Tribunal del Distrito en el caso Havlish vs. Bin Laden y otros, una demanda presentada por las víctimas del 11-S contra al-Qaeda, la República Islámica de Irán, Hezbolá y diversas entidades iraníes o respaldadas por Irán. La abrumadora evidencia de la complicidad iraní incluía el testimonio de expertos, además de diversos documentos condenatorios, como un memorando de mayo de 2001 en nombre del líder supremo iraní, Alí Jamenei, en el que se discutían informaciones sobre el entonces próximo atentado de al-Qaeda.
Klein y Berney explicaron lo siguiente: “Irán comenzó a planear el 11-S ya a mediados de los 80. En esa época los líderes iraníes crearon una fuerza terrorista compuesta por miembros de élite de la Guardia Revolucionaria y del servicio secreto para planear ataques contra Estados Unidos. La fuerza terrorista iraní diseñó el plan para estrellar aviones Boeing de pasajeros contra el World Trade Center, el Pentágono y la Casa Blanca, además de otros planes para atentar contra la red eléctrica estadounidense y para atacar el país con bombas sucias. Irán tituló a esos planes “Shaitan dar Atash”, que en farsi quiere decir “Satán en llamas” o “Satán en el infierno”. Según el régimen iraní, Estados Unidos es el Gran Satán.”
Klein y Berney señalaron que al-Qaeda se unió a Irán para planear el 11-S al menos una década después de que la fuerza terrorista diseñara el plan. En 1993 los líderes de al-Qaida, Osama bin Laden y Aymán al Zawahiri, se reunieron con el cerebro terrorista iraní, Imad Mugniyah, y oficiales de la Guardia Revolucionaria en Jartum, Sudán para establecer una alianza entre Irán, Hezbolá y al-Qaeda de cooperación y apoyo mutuo en actividades terroristas.
Esta diabólica alianza tripartita colaboró para perpetrar una serie de atentados contra Estados Unidos durante los años 90, entre ellos los cometidos contra las torres Khobar en Arabia Saudí, las embajadas estadounidenses en Kenya y Tanzania y el destroyer U.S.S. Cole en Yemen. Entre otras cosas, Irán compró un simulador de vuelo de un Boeing 757-767 para entrenar a los terroristas del 11-S.
Klein y Berney subrayaron que Irán y su milicia terrorista, Hezbolá, también prepararon el viaje de los terroristas, les proporcionaron visados y pasaportes y los acompañaron en vuelos. Asimismo, organizaron campamentos de entrenamiento para terroristas de al- Qaeda, que incluían unas instalaciones aparte para los miembros saudíes de la organización.
Además, tras el 11-S Irán ayudó a las familias de los líderes operativos de al-Qaeda, incluidos los hijos de Bin Laden, a huir de Afganistán. Irán les dio refugio en el país, que al-Qaida empleó entonces como base de operaciones para dirigir atentados contra las tropas estadounidenses en Irak. Cientos de norteamericanos murieron en esos atentados.
Klein y Berney escribieron que el tribunal del caso Havlish, basándose en una declaración de prensa del Departamento del Tesoro estadounidense de 28 de julio de 2011, la Administración Obama llegó a la conclusión de que Irán había ayudado materialmente a al-Qaeda facilitando el transporte de dinero y terroristas.
Conclusión
Ya es hora que se denuncié que Irán y a Arabia Saudita fueron los responsable del peor acto de guerra contra los Estados Unidos desde la Segunda Guerra Mundial. Ningún presidente de Estados Unidos ha permitido dar a conocer un informe secreto que explica que miembros de la familia real de Arabia Saudita estuvieron implicados en el ataque del 9/11. Tampoco han revelado la participación de Irán en los ataques. Ya es hora que se haga justicia y que se diga la verdad de lo que ocurrió. ¡Justicia demorada es justicia negada!
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OPINIÓN SOBRE EL LIBRO:
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“Marco Rubio a Donald Trump: Te diré lo que es un buen acuerdo: que Cuba sea libre
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Licenciado en Matemática Pura en la Universidad de La Habana (UH) y Catedrático universitario con 24 años de experiencia en la docencia universitaria cubana; posee la Categoría Docente Principal de Profesor Titular universitario. Fue expulsado el 29 de enero de 1997 del Instituto Superior Pedagógico de Pinar del Río ( universidad de perfil formativo o pedagógico) por motivos políticos. Activo colaborador desde su fundación de la revista VITRAL y del Centro Católico de Formación Cívica y Religiosa (CFCR) de la Diócesis de Pinar del Río. Colaboró en Cuba con las organizaciones opositoras: Todos Unidos, Asamblea para Promover la Sociedad Civil en Cuba y con el Consejo Unitario de Trabajadores Cubanos (CUTC).
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COLABORADORES:
Paul Echániz
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