El error de mandar a los Reyes a Cuba
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A un Gobierno que dice sentir tanto respeto por el simbolismo democrático en lo referido a autocracias del pasado, como la franquista, no le produce ninguna antipatía hacer que los Reyes visiten una tiranía contemporánea
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ABC
Madrid
31/10/2019
Cuba es uno de los países más cercanos y queridos por la sociedad española. Pero al mismo tiempo nos separa el hecho de que desde hace sesenta años vive bajo una dictadura implacable que por ahora ni siquiera el óbito de su fundador ha logrado debilitar. Para justificar una visita de Estado de los Reyes a Cuba, el Gobierno debería haber tenido argumentos más sólidos que el simple criterio de que todavía no se haya producido ese acontecimiento, porque un gesto de este tipo tiene un significado que a todas luces es inapropiado en este caso: ni el régimen cubano ha dado señales de apertura, ni el gesto favorece la mejora de la situación política en los países que más lo necesitan, por ejemplo Venezuela. Más aún, el viaje coincide con una nueva ola de represión a la disidencia por parte del castrismo, lo que convierte la visita en doblemente inconveniente.
A un Gobierno que dice sentir tanto respeto por el simbolismo democrático en lo referido a autocracias del pasado, como la franquista, no le produce ninguna antipatía hacer que los Reyes visiten una tiranía contemporánea, que niega las libertades elementales a la población. Y, para colmo, tampoco ha previsto el Ejecutivo un gesto, siquiera simbólico, hacia aquellos cubanos que defienden pacíficamente la democracia y los Derechos Humanos, casi siempre en condiciones atroces. Tampoco es propio de un Ejecutivo cabal programar un viaje tan significado (que gran parte de la oposición política ha criticado) estando en funciones y solo unos días después de unas elecciones que pueden deparar un Gobierno con otra idea de la política exterior. En esto como en tantas cosas, Sánchez solo ve las instituciones como instrumentos para sus fines: otro hito, ser el primer presidente que lleva a los Reyes a una visita de Estado a Cuba, para lo que no le importa, al parecer, dañar la imagen de la Corona.
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1 Comments:
No creo que al rey se le pueda obligar a ir a Cuba si verdaderamente se niega a hacerlo. Si va es porque quiere o se presta al juego. No dudo que la Letizia quiera ir, y ella controla al marido, y no olvido la gran y longeva cordialidad entre Juan Carlos y Fidel Castro. Tampoco olvido lo bien que hasta Franco siempre se entendió con el castrismo. Todo es un asco--todo.
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