miércoles, marzo 25, 2020

Trumpoloco: Enemigo del pueblo. Arnaldo M. Fernández en un artículo cargado de fina ironía muestra la impotencia de los medios de prensa y la desesperación de algunos opositores políticos para intentar desacreditar su labor al frente del gobierno de los EE.UU.



Trumpoloco: Enemigo del pueblo

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La ciencia pericial estima que, como mínimo, son necesarios doce detalles (minucias) para identificar al sospechoso por sus huellas dactilares
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Noticia en la televisión sobre la epidemia de coronavirus.

Por Arnaldo M. Fernández
Broward
25/03/2020

Hay prueba fehaciente de que el actual presidente de USA es el enemigo número uno de su pueblo. Trumpoloco encubrió de tal manera su confabulación criminal con Rusia que ni siquiera un sabueso especial pudo dar con pista alguna en tres años de hociqueo. A esto se suma haber encubierto de tal forma a su campañero y superespía ruso Carter Page que el FBI y el DOJ no pudieron cazarlo a pesar de hacer diecisiete marañas en el expediente para vigilarlo.

Al filo del coronavirus, Trumpoloco sigue ocultando sus designios criminales, probablemente con China, que incluyen los daños colaterales de exterminar a los inmigrantes ilegales ya en USA y cortar definitivamente el acceso a quienes no consiguen visa para un sueño.

Los mismos medios que descollaron por su apego a la verdad y rigor profesional en la cobertura de la confabulación criminal con Rusia atienden hoy a detalles significativos que prueban, más allá de toda duda razonable, que Trumpoloco prosigue siendo enemigo del pueblo más allá de haberse robado las elecciones. La ciencia pericial estima que, como mínimo, son necesarios doce detalles (minucias) para identificar al sospechoso por sus huellas dactilares. Repasemos la docena sucia que estos medios han podido establecer acerca de que Trumpoloco:
  1. Incurrió en racismo al llamar al coronavirus Wuhan Virus, virus chino y hasta “foreign virus”. Como advirtió el CNNecero Jim Acosta, estas expresiones indican xenofobia. Sólo los medios pueden usarlas (Foto). Al parecer Trumpoloco se guio por un precedente cubiche que puede escucharse aquí.
  2. Recomendó en mensaje presidencial a los gobernadores que sus estados procuraran por sí mismos y cuanto antes respiradores y ventiladores para la atención de los pacientes de coronavirus en los hospitales. Lejos de recomendación lógica por mera razón logística, este llamado de Trumpoloco fue criminal negación de ayuda federal, como apuntaron The New York Times, CNN, Huffington Post y otros que no se dejaron embaucar con el ardid de haber agregado Trumpoloco en su mensaje: “We will be backing you”.
  3. Busca monopolizar la vacuna contra el coronavirus, como comprobaron Reuters, The Guardian, Business Insider, The New York Times y MSNBC sin poder precisar, por efecto de la pericia encubridora de Trumpoloco, cómo montará ese monopolio.
  4. Discutió ya imponer toque de queda nacional a partir de cierta hora de la noche, tal como reveló Jim Sciutto (CNN) por medios sociales, pero con referencia a riguroso trabajo reporteril de CNN. Como todos sabemos, Trumpoloco tiene dos patrias: él y la noche.
  5. Mintió al descaro afirmando que Google montaría con la Casa Blanca un sitio web dedicado al coronavirus. CNN arremetió así contra este anuncio presidencial: “Google will not be publishing a national-scale website for coronavirus testing anytime son”, pero Trumpoloco forzó a que acabara por noticiar: “Google will partner with US government to develop a nationwide coronavirus website, company says”.
  6. Cerró la oficina nacional contra pandemias. The Washington Post y funcionarios de la ex administración Obama descubrieron que Trumpoloco y su entonces asesor de Seguridad Nacional, John Bolton, “dissolved the office”. Esta movida criminal se embarajó con el traslado de la oficina para la biodefensa y contra la proliferación de enfermedades, con toda su plantilla, a otra jefatura dentro del organigrama del Consejo de Seguridad Nacional (NSC) con el pretexto inexplicable de racionalizarlo.
  7. Declaró que el coronavirus, tal como la colusión con Rusia, era un engaño. Así lo demostró Político y CNN siguió la rima, aunque The Washington Post desmintió a ambos porque se le aflojaron las patas al medio santiaguero Bezos.
  8. Rechazó los kits de prueba de la Organización Mundial de la Salud (OMS), como vocearon el sagaz Joe Biden, el Dr. Sanjay Gupta (CNN) y otros. Un vecino de izquierda, PolitiFact, salió a desmentir y acreditó así hasta dónde llega la mano negra de Trumpoloco.
  9. Bloqueó las pruebas de detección por la sencilla razón de que, mientras menos infestados, mayores son las probabilidades de reelección, como difundió certeramente NPR y amplificó Newsweek. Trumpoloco supo arreglárselas para que CNN no pudiera calzar este notición con ninguna de sus fuentes anónimas tan confiables como resueltas.
  10. Carga con la culpa en la demora en las pruebas de detección de coronavirus. Esto se sabe a ciencia cierta, por mucho que el Dr. Anthony Fauci quiera taparlo sin ciencia alguna con que “This has nothing to do with anybody’s fault, certainly not the president’s fault”.
  11. Mandó a callar al mismísimo Dr. Fauci, quien procedió enseguida a negarlo tajantemente y demostró así que la precitada conducta de Bezos no es caso de excepción.
  12. Ha chocado tan duro contra el coronavirus, por su inexperiencia y desgobierno dictatorial, que la pandemia es ya su Chernobil y su Katrina juntos.
Ahora WaPo acaba de dar prueba concluyente: Trumpoloco habría desoído informes de inteligencia en enero y febrero sobre posible pandemia. Ante esta revelación son risibles los contraargumentos de la administración federal: nada más que China reportó a la OMS, el 31 de diciembre de 2019, CDC se movilizó, con aviso de peligrosidad de viajes a Wuhan y montaje de un sistema de gestión de incidentes de coronavirus. A fines de enero se habían implementados ya mecanismos de detección en casi todos los aeropuertos de mayor riesgo, activado el centro de emergencia…

Para el 31 de enero, dos semanas antes de que la OMS declarara pandemia al coronavirus, Trumpoloco se apresuró a imponer prohibición de viajes a y desde China. Al día siguiente, el sagaz Biden apuntó: “This is no time for Donald Trump’s record of hysteria and xenophobia — hysterical xenophobia — and fearmongering”. Esta acertada línea de pensamiento tendría su más lúcida expresión con el activista Jamil Smith en Rolling Stone: incapaz de deportar el virus, Trumpoloco se lanzó a imponer prohibiciones de entrada.

Hoy no es como ayer

USA tiene ya, por culpa de Trumpoloco, la alarmante tasa de más de 100 casos por millón de habitantes y casi 500 muertos. La Casa Blanca se ha dejado impresionar hasta por un informe del Colegio Imperial del Reino Unido, que por modelación en computadoras estimó la semana pasada que la pandemia se extenderá en USA por unos 18 meses y arrojará entre 1.1-1.2 millones de muertos en medio de colapsos reiterados del sistema de salud.

Al cierre de abril de 2010, los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de USA estimaron entre 43 y 89 millones (media de 61 millones) de afectados con la fiebre porcina (a.k.a. gripe norteamericana), entre 195 mil y 403 mil (media de 274 mil) hospitalizados y entre 8.870 y 18.300 (media 12.470) muertos. Por eso ninguna institución cerró sus puertas ni se clausuraron eventos para impedir la propagación de aquel virus patrio.

Coda

Obama y Biden, Hilaria y Pelosi lo habrían hecho mucho mejor ahora que este enemigo del pueblo. Entre muchas razones para sostenerlo basta una tan decisiva como convincente: siempre ha resultado mucho más fácil ser jeringuilla que nalga.


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