Resaca de sexo, tiroteo y «bullshit»
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De las acusaciones a Biden y los disparos contra la embajada de Cuba en Washington DC
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Por Arnaldo M. Fernández
Broward
04/05/2020
Una tal Tara Reade dio fuete la semana pasada con alegación de que en 1993 Joe Biden se dignó a meterle una mano por debajo de la blusa y la otra por encima de la falda hasta penetrar la vagina con los dedos. Así agravó las quejas contra la política táctil y otras manías de Biden que habían presentado ya siete mujeres [googlear Lucy Flores, Amy Lappos, D.J. [Debbie Johnson] Hill, Caitlyn Caruso, Ally Coll, Sofie Karasek y Vail Kohnert-Yount].
El espectáculo pintaba mejor que con Kavanaugh. La camarada Ford salió al ruedo mediático sin un solo testigo ni otra prueba contra Kavanaugh, pero se armó tremendo revuelo. Reade enfila contra Biden con cinco testigos de oídas, pero coincidentes, más una grabación de la llamada de su madre a la línea abierta del programa Larry King Live (CNN), el 11 de agosto de 1993, para lamentarse de que su hija había dejado el trabajo en Washington por peripecia desagradable con un senador.
Los exempleados del senador Biden que Raede mencionó como personas al tanto del asunto negaron de plano saber algo y ella exigió a Biden sacar la documentación archivada de su oficina senatorial. Biden repuso que papeles son papeles y cartas son cartas al dar su palabra de hombre de no sacar ni unos ni otras de los cajones donde se guardan en la Universidad de Delaware. Al preguntársele por qué Kavanaugh sí y Biden no, la guía demócrata Nancy Pelosi respondió: “Joe Biden is Joe Biden”.
(Joe Biden en el programa Morning Joe)
Así, la alegación de Reade se desinfla tal y como se infló la alegación de Ford. Sólo nos queda la impresión de que, si fuera cierta, se confirmaría el declive de la calidad sexual del liderazgo demócrata. Kennedy pasó la noche del 24 de marzo de 1962 con la estrella Marylin Monroe, quien empezó por darle masajes en la espalda y debió terminar como indica el orden natural de las cosas. Para 1995 Bill Clinton buscaba “manage my anxieties” con la linterna Mónica Lewinsky, que incluyó masturbarse ella con un tabaco mientras él se masturbaba contemplándola.
Y en eso…
Un tal Alexander Alazo, exresidente en el Sur de la Florida y vecino actual de Aubrey, un pueblecito al noreste de Tejas conocido como Horse Country, se apeó el jueves pasado —a eso de las dos de la mañana— de un Nissan Pathfinder en Washington y disparó contra la embajada cubana con una “Century Arms semiautomatic AK-47-style-weapon”. Los impactos en el edificio pueden taparse con estos rellenos de bullshit a presión.
El jefe del Estado totalitario cubiche, Miguel Díaz-Canel, tuiteó: “Cuba espera por investigación del atentado con arma de fuego contra nuestra embajada en Estados Unidos. Condenamos esta agresión. Los estados deben proteger a las misiones diplomáticas acreditadas en su país”. Ante todo la Policía Metropolitana de Washington capturó enseguida a Alazo, así que Cuba no tendrá que esperar mucho por la investigación, ya que no se trata —digamos— de arma desconocida causante de sordera. Por lo demás, USA condenó también esta agresión y ningún Estado —empezando por Cuba— puede proteger las misiones diplomáticas contra cualquier loco que se baje de repente a ametrallarlas por la madrugada.
El canciller cubano Bruno Rodríguez aseveró que “no es posible disociar un hecho como este de la política de agresión y hostilidad del gobierno de Estados Unidos contra Cuba”, como si desquiciados del calibre de Alazos entendieran de política y se animaran por ella. Aquí tenemos el mismo tumbao de culpar de todo tiroteo en escuelas e iglesias a la administración Trumpoloco por su política sobre el derecho constitucional a portar armas.
El cofundador del proyecto La Joven Cuba, Harold Cárdenas, se puso en Nueva York a tono con La Habana largando que el ataque de Alazo “es la consecuencia de radicalizar políticamente sectores de derecha en función de una política de cambio de régimen en Cuba”. Ni Alazo mismo lo sabía.
Un reportero del Jeral de Miami en español, quien se declara amante de la historia, contó el raro suceso de algo que nunca pasó: “En 1978, un grupo de exiliados cubanos atacó la Embajada de Cuba en Washington”. Ese año no hubo ataque exiliar contra la Oficina de Intereses, sino bombazo —el 29 de diciembre— contra la Misión Cubana ante Naciones Unidas (Nueva York).
El mismo reportero conversó con José Daniel Ferrer, líder de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), quien “aseguró que Alazo no pertenece a su organización y se desmarcó de la acción”. Esto es como si Hajji Abdallah, califa del Estado Islámico, asegurara que el Dr. Abdullah Khouj no pertenece a ISIS y se desmarcara de la acción de rezar en el Centro Islámico de Washington [1].
Un pastor evangélico informó al Diario las Américas que Alazo es “una persona devota a la fe cristiana, de buen carácter moral, con buena instrucción académica y de trato muy afable, [pero] está diagnosticado con esquizofrenia hace muchos años y está obsesionado con la idea de que lo persiguen”. ¿Quiénes? Dizque agentes de la Seguridad del Estado tardocastrista, quienes al parecer —como inevitablemente correrá en los mentideros de Miami— lo cazaron a lazo para que disparara contra la embajada y diera así al gobierno cubiche otra opción de queja contra el vecino del Norte con ruido más intenso en Washington que aquellos grillos ensordecedores en La Habana.
Orlando Gutiérrez Boronat, presidente del Directorio Democrático Cubano [DDC], aclaró al Jeral que su organización —adscrita a la Asamblea de la Resistencia Cubana— no tuvo nada que ver con el ataque y precisó: “Nunca había escuchado ese nombre”. Ni falta que hace [2].
Coda
Biden replicó por fin a Raede que aquel toqueteo “never, never happened”. Al pedirle Mika Brzezinski —en el programa “Morning Joe” (MSNBC) del pasado viernes— que explicara su réplica, Biden expresó: “No one that I'm aware of ever was been made aware of any complaint a formal complaint made by or a complaint by Tara Reade against me at the time this allegedly happened 27 years ago or until they I announced for presi--well I guess it was in April or May of this year”.
Si la simple preguntica de Trumpoloco: “Is there a way we can do something like that by injection?” se interpretó como que el presidente recomendaba tomar desinfectante, es mejor dejar que esos mismos intérpretes pongan en inglés este bullshit de Biden.
Nota
[1] Aparte de Ferrer empuñado un fusil de juguete para clamar por la oposición pacífica, las acciones espectaculares de UNPACU han sido Zaqueo Báez brincando al papamóvil y Daniel Llorente corriendo con una bandera americana, ambos en la Plaza de la Revolución. En cuanto a las acciones colectivas, la movilización más numerosa de UNPACU congregó un millar de personas en excursión turística al Parque Baconao, el 16 de abril de 2016, la cual se pregonaría ex post facto y con sonsera martiana, por un tal Julio Antonio Cuesta, como acción política.
[2] Así y todo, quizás el DDC comparte con Alazo el diagnóstico de esquizofrenia, pues para enfrentar al Estado totalitario castrista no aboga por las balas, pero tampoco por los votos.
© cubaencuentro.com
Etiquetas: Biden, bill clinton, EE.UU., EEUU, Joe Biden, kavanaugh, Tara Reade
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