Dr. Alberto Roteta Dorado: EL CORONAVIRUS. ¿PARA CUANDO ACABAR?
Por Dr. Alberto Roteta Dorado
19 de agosto, 2020
Santa Cruz de Tenerife. España.- Cuando no se tiene sentido de la percepción de riesgo, y lo peor, cuando se pretende andar a la deriva como si nada estuviera ocurriendo en el mundo, entonces vamos directo al fracaso.
De nada vale los prolongados días de confinamiento, el cierre transitorio de una parte considerable de mercados, tiendas, cafeterías y bares, los reajustes escolares de manera virtual con los inconvenientes que esto presupone, entre otras tantas modificaciones necesarias, si en unos pocos días las multitudes han preferido olvidarse de todo bajo el consabido eslogan de que "la vida continúa".
Y por supuesto que continúa; pero continúa en medio de una situación terrorífica. La enfermedad, principalmente respiratoria, aunque con connotaciones multisistémicas (Covid-19), originada por el nuevo coronavirus (SARS-CoV-2), constituye una grave amenaza para la humanidad en su totalidad, sin distinciones entre ricos y pobres, negros o blancos, mujeres u hombres, niños o ancianos, creyentes o ateos, comunistas o de derecha radical.
La insistencia mantenida por parte de muchas autoridades sanitarias acerca de la vulnerabilidad mayor en ancianos y personas con múltiples patologías asociadas es errónea; aunque esta premisa es muy válida para cualquier enfermedad de origen infeccioso (gripe, hepatitis, VIH-SIDA, tuberculosis pulmonar, dengue, neumonías, etc.). Hoy día, con algunos meses de experiencia en el gran mal del presente, se sabe, y no se supone, toda vez que se ha fundamentado con datos estadísticos muy confiables, que la enfermedad ha entrado en una nueva fase con características muy sui generis.
De acuerdo a las últimas informaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en el contexto Asia-Pacífico se aprecia un marcado incremento entre los menores de 50 años, y lo peor, que la mayoría son asintomáticos. ¿Por qué peor? Porque al ser asintomáticos están diseminando el virus por doquier. De ahí la necesidad de incrementar las medidas de aislamiento y la realización de mayor cantidad de exámenes confiables que permitan detectar tempranamente a casos asintomáticos, lo que, sin duda, en el momento actual es una utopía. Takeshi Kasai, director de la OMS para el Pacífico Occidental expresó: “La epidemia está cambiando. Las personas de 20, 30 o 40 años son cada vez más una amenaza”.
Tal vez esta insistencia en la idea de que la enfermedad originada por coronavirus es algo para los más viejos ha influenciado negativamente en los sectores más jóvenes de las poblaciones de diversos países del mundo. De ahí que los jóvenes – independientemente de su accionar un tanto impulsivo y la no adquisición de la necesaria madurez hasta etapas más avanzadas de la vida– se lanzaran a las calles, playas, parques, bares y reuniones sociales sin precaución alguna, lo que ha determinado que se incrementara el número de casos contagiados en estos grupos de edades, incluidos niños (también se ha dicho que los niños son inmunes al coronavirus) y adolescentes.
La COVID-19 es una realidad a pesar de las disparatadas ideas acerca de la no existencia del mal y que solo es una invención de los políticos, gobiernos y organizaciones para reorganizar el mundo y beneficiar a unos y perjudicar a otros, otra de las hipótesis absurdas que se han manejado entre los medios de comunicación y las redes sociales, estas últimas, lamentablemente, han servido como vehículo amenazante, desinformador y tergiversador de una realidad innegable.
CORONAVIRUS: ESPAÑA VA DE NUEVO POR MUY MAL CAMINO
En España, nación donde vivo actualmente exiliado – soy de los exiliados de verdad, de los que jamás regresaron a su país de origen, y de los que fue perjudicado por el comunismo castrista– solo en un día llegaron a morir más de 5.000 personas, y la totalidad de fallecidos por causa directa de la enfermedad originada por coronavirus (SARS-CoV-2) se aproxima a los 45.000 (44.868 entre febrero y julio de 2020), siendo el segundo país de Europa, solo superado por el Reino Unido, con mayor número de muertes por dicha enfermedad. Es por este motivo que prefiero detenerme en el acontecer de esta nación, una de las más golpeadas de la Unión Europea por la pandemia.
Pero todo parece indicar que los españoles han olvidado demasiado rápido esta terrible situación. Con una dependencia demasiado fuerte a la vida social han preferido retornar a los bares y terrazas, a las playas, a los centros recreativos y a todo lugar donde se concentran aquellos que aún siendo asintomáticos pueden diseminar el coronavirus. Recordemos el comentario antes expuesto acerca de la nueva modalidad de comportamiento del coronavirus en su afección a los más jóvenes.
No han faltado idiotas que han organizado protestas en contra del uso obligatorio de la mascarilla como medida preventiva, y otros han mostrado su inconformidad con las medidas de aislamiento toda vez que quisieron interpretarlo como un encarcelamiento cuando en realidad su verdadera prisión es la ignorancia y la irresponsabilidad.
Ante esta falta de sentido común, y con los precedentes del clímax de la pandemia en territorio peninsular, así como las irregularidades e ineptitudes del gobierno socialista-comunista de Pedro Sánchez y Pablo Iglesias – ambos se han tomado sendos períodos vacacionales por estos días en palacetes y mansiones bien distantes del ideal proclamado por la teoría marxista–, es lógico que ahora España muestre un franco retroceso de algo que jamás llegó a desaparecer, y que, al parecer, tardará un buen tiempo para lograrlo.
España se convierte en el país europeo con más casos de COVID-19 por población en los últimos 14 días. Según los datos publicados este martes por el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades, España ha superado a Luxemburgo como el país europeo con más casos detectados en las últimas dos semanas por cada 100.000 habitantes.
La tasa española es de 132,1 casos, el único país que supera los 100. Le siguen Luxemburgo (98,6), Malta (98,2), Rumania (88,5) y Bélgica (60,8). La incidencia en el resto está por debajo de los 50 casos, si bien los números están influidos por el número de test que realiza cada país, algo que un buen colega, de excelente preparación científica me comentaba recientemente, esto es, en España se hacen actualmente más exámenes de frotis nasofaríngeo (PCR) que antes, lo que pudiera justificar, en cierta medida, el marcado incremento de los últimos días; aunque en mi opinión no es algo que podamos afirmar de modo categórico. El virus está presente en muchos, y por lo tanto, muchos lo están diseminando por doquier.
Y así las cosas, se verán cosas peores en la Madre Patria, y esto no es pesimismo, ojalá que lo peor no esté por venir.
RESURGIR DE LA COVID-19 EN EL PACÍFICO OCCIDENTAL Y OTROS PAÍSES DEL ORIENTE.
Según los últimos datos de la Universidad estadounidense Johns Hopkins, que recoge cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y las ofrecidos por diferentes países y fuentes científicas, las cifras de contagios y fallecidos a causa del coronavirus siguen en aumento. De acuerdo con las cifras oficiales de los países, el número de casos de COVID-19 ya supera en el mundo los 22 millones. Los fallecidos por el virus en el mundo se aproximan a los 800 000, ya que hasta las últimas horas se han registrado un total de 780 908 muertes.
Hemos fijado nuestra atención en ciertas regiones como Europa, y en algunos países como Estados Unidos, Italia, España, China, Reino Unido, etc., sin embargo con frecuencia olvidamos países que también son fuertemente azotados por el terrible mal de estos tiempos. De ahí que a continuación ofrezca algunos datos en relación con el comportamiento de la COVID-19 en el Pacífico Occidental y la India.
La región del Pacífico Occidental, que abarca 27 países de Asia y el Pacífico, ha confirmado hasta ahora más de 400.000 infecciones por coronavirus y casi 9.300 muertes, según la OMS. Esas muertes representan el 2,3 por ciento de todos los casos de la región.
De acuerdo con los datos registrados por la OMS, al menos dos tercios de los contagiados de los últimos días en Japón tienen menos de 40 años, igual ocurre con la mitad de los infectados en Filipinas y Australia.
Otros países, en donde la epidemia parecía estar controlada como Nueva Zelanda, Vietnam o Corea del Sur detectaron nuevos focos últimamente, hecho que obligó a las autoridades a reimponer restricciones en varias ciudades
La India, una nación de 1.300 millones de habitantes (segundo país más poblado del mundo), de gran pobreza y de limitados recursos sanitarios, ha experimentado un fuerte incremento de contagios hasta situarse en el tercer puesto y llegar a los 2,7 millones con 52.889 muertos (cuarto puesto), solo superada por Estados Unidos (5,4 millones de contagiados y 171.821 muertos) y Brasil (3,4 millones de infectados y 109 888 muertos). Actualmente, India registra 2.795.483 casos, más de 64.500 respecto al día anterior (información del miércoles 19 de agosto), casos de coronavirus, 52.889 muertos (+1.092) y más de 2.000.000; 700.000 contagios en diez días. India ocupaba el puesto 154 en una clasificación de 195 países en acceso y calidad de atención médica global, incluso antes del ataque del coronavirus.
De las vacunas contra el coronavirus estaremos comentando en breve. Por el momento reflexionemos detenidamente en estos comentarios y tratemos de detener la propagación del virus siguiendo las instrucciones del Centro de Epidemiología de Milán, ciudad italiana con una enorme experiencia en este sentido:
“Tiene sentido usar mascarilla (para evitar exhalar, toser partículas con coronavirus).Tiene sentido lavarnos las manos constantemente o usar gel de alcohol. Tiene sentido mantener la distancia entre personas” (Centro de Epidemiología de Milán).
Etiquetas: coronavirus
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