Roberto Álvarez Quiñones: El marabú no se come, pero enriquece a los militares de la dictadura de Cuba
Tomado de https://diariodecuba.com
El marabú no se come, pero enriquece a los militares en Cuba
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En lugar de limpiar de marabú los campos y producir alimentos para el pueblo hambreado, el régimen agrega a China a su lista de clientes de carbón de marabú.
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Por Roberto Álvarez Quiñones
Los Ángeles 06 Dic 2020
El desprecio que siente por el pueblo cubano la cúpula político-militar encabezada por Raúl Castro se evidencia en el regocijo con el que ha anunciado su "éxito" al firmar nuevos contratos para aumentar la exportación de carbón vegetal producido con marabú, la plaga que cubre las tierras agrícolas estatales ociosas, una de las causas principales del hambre que se pasa en la Isla.
El director de la empresa Coratur S.A, una de las tantas compañías que integran el engendro capitalista de Estado montado por los militares, informó con júbilo recientemente que se firmaron contratos para exportar también a China carbón vegetal de marabú. ¿Por qué el júbilo? El marabú no lo comen los humanos, ni hay animal que le meta el diente, pero da divisas a la cofradía militar que usurpa el poder en Cuba. Y punto.
En vez de limpiar los campos de marabú y producir alimentos para el pueblo hambreado, lo que hacen el dictador y su equipo es agregar a China a la lista de clientes de marabú, del que exportan hace años entre 60.000 y 80.000 toneladas anuales en total a Alemania, Gran Bretaña, Grecia, España, Portugal, Arabia Saudí, Siria, Turquía, Israel, e incluso a EEUU.
El marabú es una plaga, no un cultivo
Para empezar, según la botánica y los científicos el marabú es una plaga terrible, no un cultivo. No forma parte de la agricultura, por el contrario, la bloquea, la impide. Dicho arbusto, de hasta ocho metros de altura, simplemente no es comestible. Su nombre es por sí mismo una desgracia, sinónimo de hambre. Los campos infestados con esa plaga dejan de ser cultivables.
El sabio botánico Juan Tomás Roig explicó en 1915 que esa plaga llegó a Cuba desde América del Sur. Finalizada la Guerra de Independencia se importaron vacas y toros desde esa región, y traían semillas en su interior por haber comido pastos cercanos a marabuzales y las diseminaron por toda la Isla. Roig precisó que cerca de los puertos donde desembarcaron los animales y en los caminos por donde transitaron fue donde florecieron los primeros marabuzales.
Estamos hablando de un arbusto invasivo muy agresivo, lleno de espinas que hiere las manos al tocarlo. Se expande por las áreas no cultivadas, a las que inutiliza totalmente. Lo peor es que es muy difícil y costoso de erradicar.
Es una vergüenza que mientras los cubanos pasan hambre y muchos ya presentan síntomas de desnutrición porque las tierras de la nación están infestadas de marabú, sus gobernantes se vanaglorien de sus marabuzales porque con ellos se enriquecen más. ¿De qué revolución hablan? ¿Y las "masas populares" qué? ¿Y la crisis alimentaria que ya se acerca a la hambruna?
Y eso ocurre en un país que la FAO felicitaba en los años 50 por ser el mayor exportador de alimentos de América Latina en proporción a su población total. Pero "llegó el comandante y mandó a parar", como decía la canción que Carlos Puebla nunca debió componer.
Es triste, pero hoy en la misma fértil isla tropical de entonces el 30% de las tierras aptas para el cultivo están ociosas. Son gigantescos marabuzales que no producen ni una malanga, ni un litro de leche.
Cuba es el único país del mundo, junto con la extraterrestre Corea del Norte, en que el Estado es agricultor. Es propietario del 77% de las 6,2 millones de hectáreas aptas para la agricultura en la Isla. El Estado dispone de 4,8 millones de hectáreas, de las cuales 2,7 millones de hectáreas son empresas estatales copiadas de los sovjoses soviéticos y las comunas de Mao Tse Tung, y 2,1 millones de hectáreas han sido arrendadas a usufructuarios privados.
El restante 23% de las tierras cubanas —1,4 millones de hectáreas— es propiedad privada, de campesinos individuales o agrupados en cooperativas, en las que por supuesto no hay marabú, pues se cultiva hasta la última pulgada de tierra.
El trabajo con el marabú es tan duro que emplean a presos
De las tierras estatales, entre granjas y en usufructo, más de un millón de hectáreas están ociosas, infestadas de marabú. A muchos usufructuarios les ha sido imposible eliminar todo el marabú. Las empresas estatales ya ni lo intentan y se dedican a hacer carbón vegetal y exportarlo.
Y es que erradicar los marabuzales es un trabajo tan duro que es propio de esclavos. Son pocos los trabajadores que voluntariamente aceptan hacerlo para producir carbón vegetal. Por eso el régimen emplea a presos comunes y políticos, que no se pueden negar a hacerlo. Esto ha sido denunciado por la prensa independiente y por los propios presos, que sufren heridas y también quemaduras por el implacable sol caribeño, a campo abierto.
Todos trabajan bajo coacción. Los presos son obligados a dormir en los propios campos de marabú, bajo carpas improvisadas y un lecho de ramas secas. Y a veces son obligados a dormir "casi a la intemperie en medio del lodo y los mosquitos", según denunció el Movimiento Cubano Reflexión y Reconciliación (MCRR). En todos los casos los campamentos están muy lejos, a veces a unos diez kilómetros de distancia del lugar en que trabajan.
Los reclusos que no tienen dinero para comprar un mínimo de alimentos tienen que caminar dos veces diarias esa distancia, o sea, 40 kilómetros diarios, para buscar el reducido almuerzo o la comida. El MCRR ha reportado que en Guantánamo hay dos campamentos, El Yayal y Ciro Frías, y campesinos han informado que a veces encuentran a presos desmayados en los caminos.
El MININT le exige a cada recluso que tiene que entregar mensualmente al menos una tonelada de carbón de marabú. Y son ellos mismos, los presos, quienes tienen que buscar los implementos de trabajo para eliminar el marabú, es decir, hachas, machetes, sierras, etc.
El colmo es que a mediados de 2019, el embajador de Cuba en Washington, José Ramón Cabañas, en un tuit lanzó un comercial publicitario promoviendo en Amazon la venta de marabú cubano quemado, a 50 dólares el paquete. Y como era de esperar dijo que era un "producto directo de los agricultores cubanos", omitiendo que buena parte de ese carbón exportable lo producen obligatoriamente los presos en condiciones vergonzosas.
Ciego de Ávila, de producir alimentos a exportar marabú
Muestra del desastre agropecuario absurdo en Cuba, a propósito de los marabuzales, es la provincia de Ciego de Ávila. Otrora una de las regiones de mayor producción agrícola y pecuaria de Cuba, por sus tierras rojas fertilísimas y agua subterránea abundante, ahora bajo el comunismo se destaca, no por producir alimentos como antes, sino por ser la mayor exportadora de carbón vegetal del país. En 2019 vendió a Europa 21.951 toneladas de carbón vegetal, por valor de 6,9 millones de dólares, según informó el Gobierno.
Es de imaginarse lo "contentos" que deben estar los avileños al saber que su territorio es líder nacional en la exportación de marabú quemado a Europa, en vez de dedicar esas formidables tierras a producir leche, carne, quesos, piñas, azúcar, hortalizas, naranjas, plátanos, mangos, nísperos, frutabombas y tantos otros alimentos que siempre produjo Ciego de Ávila, y que tan buena fama dieron a esa región central de la Isla antes de la pesadilla castrista.
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