Orlando Freire Santana desde Cuba sobre la Crisis de Octubre o Crisis del Caribe de 1962: La humanidad tiene que agradecerles a John F. Kennedy y a Nikita Jruschov que ignoraran a Fidel Castr
Tomado de https://diariodecuba.com/
Cuando negociar sin contar con los cubanos fue lo mejor
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La humanidad tiene que agradecerles a John F. Kennedy y a Nikita Jruschov que ignoraran a Fidel Castro.
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Por Orlando Freire Santana
La Habana
18 Oct 2022
Varias generaciones de cubanos han crecido con una especie de espinita clavada en su ser debido a que un asunto tan importante como el advenimiento de Cuba al concierto de naciones independientes fuera negociado sin la presencia de los nacidos en esta Isla.
En efecto, el 10 de diciembre de 1898 fue firmado el Tratado de París entre España y EEUU. Así se sellaba la derrota incondicional de los colonialistas españoles en el conflicto que mantuvieron contra las tropas cubano-estadounidenses, y el Gobierno de Washington se hacía cargo de la Administración de la Isla. Y aunque cualquier análisis desapasionado evalúa positivamente la intervención militar norteamericana en la contienda bélica, el orgullo nacional lamenta que la rendición de Madrid no hubiese sido ante los cubanos.
Más de seis décadas después iba a acontecer otra negociación que mucho tenía que ver con el destino de Cuba, y que nuevamente se efectuaría sin la participación de los cubanos. Por supuesto que nos referimos a la Crisis de los Misiles (Crisis de Octubre, según se le conoce en Cuba), cuando la URSS desplegó armas nucleares en Cuba, y más de 40.000 soldados de esa nacionalidad fueron acantonados en nuestra isla.
Una vez descubierta la presencia de esas armas por los servicios de inteligencia de EEUU, el presidente John F. Kennedy exigió la salida inmediata de ese armamento de Cuba. Y Fidel Castro, actuando de manera temeraria, desafió a Kennedy al oponerse a la petición del inquilino de la Casa Blanca. Pero no solo eso, sino que en un acto de suma irresponsabilidad le recomendó al primer ministro soviético, Nikita Jruschov, propinarle el primer golpe nuclear a EEUU.
El castrismo siempre ha planteado que la presencia del arma nuclear soviética en Cuba era para defender a la Isla de la amenaza de una intervención militar directa por parte del Gobierno norteamericano. Sin embargo, funcionarios estadounidenses —entre ellos Robert McNamara, que en ese momento se desempañaba como secretario de Defensa—, en ocasión de reuniones posteriores para analizar las lecciones dejadas por ese acontecimiento, afirmaron que no existe documento que pruebe que en ese año 1962, antes del episodio de los misiles, Washington estuviese preparando una acción militar directa contra Cuba.
A la postre, aquella decisión de Moscú de desplegar armas nucleares muy cerca de las fronteras de EEUU habría que verla como la punta del iceberg de la estrategia de dominación que preside la geopolítica del Kremlin, y que hoy se manifiesta nítidamente en el proceder imperial de Vladimir Putin.
Son varias las razones que llevan a exaltar la negatividad de la figura de Fidel Castro en la historia de Cuba. El éxodo gigantesco de los cubanos, la conculcación de las libertades individuales, los miles de muertos en las aventuras africanas, y la destrucción de la economía, están entre ellas. Pero parece que ninguna se puede igualar a la pérfida preferencia de sacrificar a todo su pueblo en el conflicto nuclear antes que ceder y poner fin a su terquedad. Por supuesto que la Historia nunca podrá absolverlo.
Mas la humanidad tiene que agradecerles a John F. Kennedy y a Nikita Jruschov que decidieran, ignorando a Fidel Castro y pasando por encima de su deseo, y cuando ya muchos creían inminente que se apretara el botón nuclear, poner fin al peligro mediante la retirada de los misiles de suelo cubano.
Por estos días, cuando arribamos al sexagésimo aniversario de aquellos sucesos que pusieron en peligro la paz mundial, e incluso la pervivencia del género humano, los cubanos debemos aplaudir, a diferencia de 1898, el hecho de que esta vez tampoco se contara con nosotros en una negociación que tanto nos incumbía.
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Junio 22, 2002
La Habana
Octubre 25, 1962
University of Massachusetts at Boston
PBS
George Washington University
Texto Integro
La Nueva Cuba
Partiendo de un análisis de la situación y de los reportes en nuestra posesión considero que la agresión es casi inminente dentro de las próximas 24 a 72 horas.
Existen dos posibles escenarios: el primero y más probable es un ataque contra ciertos puntos con el limitado objetivo de eliminarlos; el segundo, menos probable aunque posible, es el de una invasión. Yo entiendo que esta variante demandaría el tener que involucrar un gran contingente de fuerzas y es en adición la más repulsiva forma de agresión, lo que podría ser razón que se abstuviesen de hacerlo.
Puede usted estar seguro de que de una manera firme y resoluta resistiremos el ataque no importa su naturaleza.
La moral del pueblo cubano está muy alta y el agresor será confrontado heroicamente.
En este momento quiero hacerle partícipe de mi opinión personal.
Si el segundo escenario es implementado y los imperialistas invaden a Cuba con el objetivo de ocuparla, el peligro que esa política agresiva representa para la humanidad es tan grande que tras tener lugar ese hecho la Unión Soviética no debe nunca permitir circunstancia alguna en que los imperialistas puedan ser los primeros en lanzar un ataque nuclear contra ella.
Le manifiesto lo anterior porque yo creo que la agresividad de los imperialistas es extremadamente peligrosa y que si ellos de hecho llevan a cabo el acto brutal de invadir a Cuba en violación de la ley y la moral internacional, ese sería el momento para eliminar tal peligro de una vez y para siempre a través de un acto de legítima defensa, y aunque se trataría de una solución dura y terrible no hay otra alternativa.
Ha influenciado en mi opinión el ver con cuánta agresividad esta política se está desarrollando. En ver como los imperialistas sin guardar consideración alguna por la opinión pública e ignorando los principios y la ley bloquean los mares, violan nuestro espacio aéreo y prepara una invasión mientras que al mismo tiempo frustran cada posibilidad de conversaciones aun cuando están bien conscientes de la seriedad del problema.
Usted ha sido y continúa siendo un incansable defensor de la paz y comprendo cuán amarga esta hora debe ser cuando el resultado de sus esfuerzos sobrehumanos es tan seriamente amenazado. Sin embargo, hasta el último momento mantendremos la esperanza de que la paz sea salvaguardada y estamos en la disposición de contribuir a ello tanto como podamos. Pero al mismo tiempo estamos listos para confrontar con serenidad una situación que consideramos bien real y bien inminente.
Una vez más le participo la infinita gratitud y reconocimiento de nuestro pueblo al pueblo soviético que ha sido tan generoso y fraternal con nosotros, así com nuestra profunda gratitud y admiración por ustedes en esta gigantesca tarea y la seria responsabilidad delante de ustedes.
Fraternalmente
Fidel Castro
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En http://personal.telefonica.terra.es/ escribe Servando González:
Por suerte para Cuba, y para la Humanidad toda, Jruschov entendió en toda su gravedad la terrible propuesta que le hizo Castro y actuó en consecuencia. El 27 de octubre Jruschov envió el mensaje al presidente de Estados Unidos, John F. Kennedy, que abrió las puertas a una solución pacífica a la crisis creada tras la instalación de más de 40 cohetes de alcance medio e intermedio dotados de ojivas nucleares y un contingente de 43,000 soldados rusos en suelo cubano. Una vez arregladas las cosas con sus adversarios, el 30 de octubre, Jruschov envió su famosa carta respuesta a Castro, donde le expresó:
“En su cable del 27 de octubre Vd. nos propuso que fuéramos primeros en asestar el golpe nuclear contra el territorio del enemigo. Vd., desde luego, comprende a qué llevaría esto. Esto no sería un simple golpe, sino que el inicio de la guerra mundial termonuclear.
Querido compañero Fidel Castro, considero esta proposición suya como incorrecta, aunque comprendo su motivo.
Hemos vivido el momento más serio, en que pudo desencadenarse la guerra termonuclear mundial. Evidentemente, en tal caso los EE.UU. sufrirían enormes pérdidas, pero la Unión Soviética y todo el campo socialista también sufriría mucho. En lo que se refiere a Cuba, al pueblo cubano, es difícil incluso decir en general en qué eso podría terminar para él. En primer término en el fuego de la guerra se quemaría Cuba...”.
En su carta respuesta del 31 de octubre de 1962 Castro reafirmó que él estaba plenamente consciente de lo que le propuso a Jruschov a espaldas del pueblo cubano. En dicha carta Castro despeja toda posible duda acerca de su monumental falta de escrúpulos y su ilimitada capacidad para el crimen cuando afirma:
“Nosotros sabíamos, no presuma usted que lo ignorábamos, que habríamos de ser exterminados, como insinúa en su carta, caso de estallar la guerra termonuclear...”.
Culpable, en el grado de tentativa, del delito de lesa humanidad de haber conspirado para arrojar la humanidad al holocausto nuclear. Culpable de haber negociado a escondidas con una potencia extranjera el exterminio del pueblo cubano. Ese es el veredicto que emitimos los cubanos al enjuiciar la desvergüenza de entregar la patria a una potencia extranjera, y la villanía de convertir a toda la población cubana, niños, mujeres, civiles y milicianos, en el monumental escudo humano donde Castro se ha refugiado una y otra vez para evitar pagar por los innumerables delitos que ha cometido.
Operación Cobra: La historia desconocida de cómo un oficial de la CIA entrenó a la red de agentes que encontró los misiles soviéticos en Cuba
24 de enero de 2019
El presidente John F. Kennedy, el agente de la CIA Thomas Hewitt, el presidente de Cuba Fidel Castro y el primer ministro de la Unión Soviética Nikita Khrushchev. Pie de foto y créditos en la parte inferior de la página. * (Foto ilustrada: Yahoo Noticias)
La noche del 11 de marzo de 1962, un barco de pesca deportiva se aproximaba a la costa cubana mientras un fuerte viento del sureste azotaba las aguas del Caribe. El Forest Johnson Prowler de casi 30 pies de largo era uno de los barcos de madera disponibles más fuertes y rápidos y su motor era lo suficientemente silencioso como para permitir que los tres miembros de su tripulación se acercaran a una milla de la costa. Aquellos marineros eran algunos de los más experimentados de la pequeña fuerza naval de cubanos expatriados de la CIA, pero ni siquiera ellos pudieron ver los rostros de los dos agentes encapuchados que subieron a bordo por el costado del barco en una canoa de fibra de vidrio de casi 16 pies llena de suministros.
El fuerte oleaje estuvo a punto de dar por concluida la misión de los agentes antes de que empezase, ya que la canoa se volcó tan pronto como subieron y su preciado cargamento de hombres y equipos terminó en el agitado océano. La tripulación se apresuró en recuperar los paquetes, que eran latas impermeabilizadas envueltas en plástico. Con la canoa lista y los equipos recuperados, los dos agentes volvieron a subir y consiguieron mantenerse en equilibrio. Pusieron rumbo hacia la costa y remaron hacia la boca abierta del río San Diego.
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Cuando los soviéticos introdujeron de forma secreta misiles balísticos de alcance medio e intermedio en Cuba en el verano de 1962, se desencadenó una cadena de eventos que casi llevaron a una guerra nuclear. Se han escrito muchos libros y miles de artículos sobre la crisis de los misiles en Cuba, pero el nombre de Tom Hewitt no aparece en ninguno de ellos. Las fotos de las bases donde se encontraban los misiles que tomó el avión espía U-2 en octubre de ese año casi siempre se presentan como el avance clave de la inteligencia que dio a los Estados Unidos una ventaja inestimable durante el enfrentamiento nuclear. Si buscas en Google “Tom Hewitt, la CIA y la crisis de los misiles cubanos” encontrarás solo una referencia en un libro de uno de sus antiguos jefes de la CIA que menciona su papel en el equipo de “vigilancia vial” durante la guerra secreta de Estados Unidos en Laos, un trabajo que desempeñó después.
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Etiquetas: carta, CIA, cohetes, Crisis de, Crisis de los, crisis del caribe, cuba, fidel castro, FUO, guerra, John F. Kennedy, Jruschov, Krushchev, misiles, Nikita, nuclear, octubre, operación cobra, primer golpe
1 Comments:
La humanidad no tiene que agradecerles nada, ya que la Crisis de Octubre fue causada por la hijeputez del vulgar viejo ruso y la ineptitud del bonitillo y engreído americano. La crisis de 1962 fue producto directo del fracaso de Playa Girón en 1961, el cual fue completamente culpa de Kennedy. Lo menos que pudo haber hecho el muy postalita hubiera sido cancelar la invasión, y así evitar un miserable papelazo que no le resolvió nada a nadie salvo a los enemigos de los EEUU.
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