Camila Acosta desde Cuba: El ventrílocuo de Humberto López: sus mentiras
Tomado de https://www.cubanet.org/
El ventrílocuo de Humberto López: sus mentiras
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Este sábado 15 de julio, el vocero oficialista Humberto López atacó en el programa 'Razones de Cuba', de la Televisión Cubana, a la periodista Camila Acosta
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Por Camila Acosta
17 de julio, 2023
LA HABANA, Cuba. – Uno de los métodos empleados por la Seguridad del Estado (SE) para desacreditar a la prensa independiente y el activismo es la exposición en televisión nacional, en donde se manipulan nuestras palabras, la mayoría de las veces grabadas ―sin consentimiento―, ya se trate de llamadas telefónicas personales o de interrogatorios con la policía política. Este asesinato de reputación constituye un factor clave y un posible paso previo al encarcelamiento.
No es la primera vez que me ocurre. En al menos dos ocasiones los medios oficiales cubanos han expuesto mi imagen y voz en la televisión nacional, llegándome a calificar incluso de “terrorista”. La más reciente fue este sábado 15 de julio en el programa Razones de Cuba, donde el vocero oficialista Humberto López, con su cinismo habitual, exhibió un supuesto plan ―que me involucraba― para desacreditar a Cuba con vistas a la Cumbre Unión Europea (UE)-Comunidad de Estados Americanos (CELAC).
El audio expuesto en televisión corresponde a una llamada que me hicieran desde el canal América TV, en Miami. Ocurrió el 11 de julio, no el 12 como dice Humberto López. Ese día me llamaron varios medios de prensa para hablar sobre el segundo aniversario de las protestas del 11 y 12 de julio de 2021 (11J). Como las comunicaciones estaban pésimas, algunos medios y periodistas me llamaron al teléfono fijo de la casa. Pese a saber que ese teléfono está intervenido por la SE, respondí todas las llamadas y preguntas porque no tengo nada que ocultar.
En la llamada expuesta en televisión nacional, mi interlocutor me sorprendió con una pregunta acerca de la Cumbre UE-CELAC. Yo ni siquiera estaba muy al pendiente del tema pues en esos días todos estábamos enfocados en la cobertura del 11J. Por este motivo también reaccioné algo confundida ante el comentario fuera de lugar de la productora.
La mayoría de las personas lo desconocen, pero quienes hemos trabajado alguna vez en la radio o en la televisión entendemos mejor del tema. Es común en esos medios grabar con antelación entrevistas o programas y luego ponerlos al aire como si se transmitieran en vivo. Pero ni siquiera se trató de una narración premeditada de Bruselas; eso es algo imposible. En estos casos solo se finge la presentación (agradecimientos y demás); en el resto de mi intervención, que Humberto López intencionalmente cortó, hablé como periodista que vive en Cuba y narra la situación del país: miseria, represión y decenas de presos políticos. Con esta entrevista, el medio quería garantizar mi intervención en caso de que ese día, como comúnmente sucede, cortaran las comunicaciones en Cuba.
En la Televisión Cubana saben que esos “falsos en vivo” se hacen regularmente, así que no entiendo la sorpresa del presentador. Pero es un mensaje que, manipulado, puede convencer a algunos ingenuos o ignorantes de la metodología de trabajo en los medios.
Pero además, en la Televisión Cubana mienten. Leyendo el guion, López me llama “vocera dependiente”, “muy destacada en visibilizar a neo-terroristas como Yamila Betancourt y Manuel Milanés” y que “responde a CubaNet mediante contrato de trabajo financiado por la USAID y la NED”.
Primero, no soy vocera de nadie, no respondo ni a una agenda ni a una ideología: mi trabajo es lo que calificaría como freelance; ni siquiera cumplo horarios de trabajo; tampoco tengo un contrato con CubaNet ni con ABC, el medio español del que soy corresponsal en La Habana, en parte porque el trabajo de la prensa independiente en Cuba, perseguido desde el Estado, imposibilita un acuerdo regular entre las partes.
Segundo, como periodista, he tenido que entrevistar a cientos de personas, eso no significa que comparta sus ideas, intereses o actividades. Tanto Yamila como Manuel tienen miles de seguidores, no necesitan de mí para visibilizarse.
Tercero, es común que el régimen satanice a organizaciones estadounidenses. Aun así, las autoridades cubanas no vacilaron en aceptar los dos millones que en octubre del pasado año la USAID donó a Cuba tras el paso del huracán Ian.
El ventrílocuo detrás del títere Humberto López ―no cabe duda de que todo esto ha sido orquestado desde las oficinas de la Seguridad del Estado― incluso afirma que este audio constituye una evidencia de “violación de normas éticas de la comunicación” e “ilegal”. Sin embargo, son ellos los que, al exponerlo, han violado varios artículos de la Constitución y el Código Penal (CP), e incluso normas internacionales.
Según el artículo 48 de la Constitución cubana de 2019, “todas las personas tienen derecho a que se les respete su intimidad personal y familiar, su propia imagen y voz, su honor e identidad personal”. En el artículo 50 se reconoce que “la correspondencia y demás formas de comunicación entre las personas son inviolables” y “solo pueden ser interceptadas o registradas mediante orden expresa de autoridad competente, en los casos y con las formalidades establecidas en la ley”.
De igual forma, han transgredido lo establecido en el Código Penal vigente. Según el artículo 382.1 de esa ley, relativo al secreto de las comunicaciones, aquel que, “sin estar autorizado, abra o acceda a una carta, telegrama, despacho, correspondencia, mensaje, correo electrónico o cualquier otra forma de comunicación material o digital perteneciente a otro, es sancionado con privación de libertad de seis meses a un año o multa de cien a trescientas cuotas, o ambas”. Si el hecho se comete por un funcionario o empleado público, con abuso de su cargo y “por motivo de enemistad, venganza u otro fin malicioso, o por motivo de discriminación contra la víctima en cualquiera de sus manifestaciones”, la sanción pudiera ser de privación de libertad de seis meses a dos años o multa de doscientas a quinientas cuotas, o ambas.
En el mismo Código Penal (artículo 390.1), se determina que será privado de su libertad aquel que, ante terceras personas, “impute a otra una conducta, un hecho o una característica, contrarios al honor, que puedan dañar su reputación social, rebajarlo en la opinión pública o exponerlo a perder la confianza requerida para el desempeño de su cargo, profesión o función social”.
Asimismo, en el programa televisivo, al divulgar “hechos falsos que redunden en descrédito de una persona”, se incurrió en el delito de “calumnia” (artículo 391.1), el cual pudiera conllevar igualmente una condena a prisión.
Mi teléfono, como el de todas las personas dentro de la Isla que resultan de interés para la SE, está intervenido. Desconozco si hay una orden judicial para eso pero es algo que suele suceder: en una dictadura solo funciona la ley del más fuerte, en este caso, el régimen en el poder. Con lo cual se refuerza también que los medios de prensa son meros voceros del Partido Comunista y un aparato más de intimidación.
No obstante, la Declaración Universal de los Derechos Humanos me ampara. En su artículo 12, esta norma establece que “nadie será objeto de injerencias arbitrarias en su vida privada, su familia, su domicilio o su correspondencia, ni de ataques a su honra o a su reputación. Toda persona tiene derecho a la protección de la ley contra tales injerencias o ataques”. Lo mismo se dispone en el artículo 17 del Pacto Internacional de los Derechos Civiles y Políticos. Ninguna ley está por encima de esos derechos humanos.
En este caso, si decidiera iniciar una demanda, no solo estaría involucrado Humberto López y los directores y guionistas de Razones de Cuba, sino todo el Sistema Informativo de la Televisión Cubana y el Instituto Cubano de Información y Comunicación Social (antiguo ICRT). Conozco de antemano que este procedimiento no resultará en una respuesta satisfactoria, pero es un paso en la exposición y denuncia de todas las mentiras y manipulaciones.
Explicado todo lo anterior, alerto sobre la cuestión más trascendental del suceso: no es casual esta campaña de descrédito. La SE está hace años tratando de construirme un proceso judicial que le permita condenarme a prisión, ya sea por “propaganda enemiga” o por supuestamente recibir financiamiento del exterior para subvertir el orden interno.
Han intentado hacerlo por cuatro años: me han multado, confiscado equipos de trabajo y dinero, hackeado mis redes sociales, interrogado (grabación mediante) y amenazado hasta con causar algún daño a la salud y la vida de mis abuelos; también me han secuestrado en la vía pública y desaparecido varias horas e incluso días, me han difamado desde perfiles falsos en los que incluso exponen mi vida personal o la tergiversan para causar problemas con mi pareja. Es decir, no es nuevo que empleen estos mecanismos de chantaje para silenciarnos o hacernos ceder.
Pero después de que tuvieran que liberarme ―tras mantenerme detenida y acusada por reportar el 11J― han estado cocinando mejor qué hacer para quitarme del camino. Por eso, a este video en la televisión nacional no lo veo como una simple amenaza.
Además, CubaNet ha sido objeto tanto de campañas de descrédito como cibernéticas. Recientemente, el sitio oficial del medio fue hackeado y estuvo inaccesible durante días.
Evidentemente, nuestro trabajo molesta. La mejor respuesta ante estos ataques es continuar ejerciendo la profesión, reportando desde Cuba y denunciando a la dictadura.
Etiquetas: 11J, audio, Camila Acosta, código penal, cuba, dictadura, Humberto López, mentiras, oficialista, periodista, televisión, ventrílocuo, vocero
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