lunes, mayo 06, 2024

Jorge Luis González Suárez desde Cuba La alianza de los comunistas con Fulgencio Batista en las elecciones presidenciales para el período de 1940-1944. Fulgencio Batista responde sobre esa alianza

 Nota de Pedro Pablo Arencibia,  Bloguista de Baracutey Cubano

Primeramente copiaré unas   palabras de un libro de Batista (escribió 6 ó 7 libros) en que  habla sobre esa alianza con los comunistas; después expondré mis puntos de vistas para profundizar sobre esa alianza que se produjo en el marco de la II Guerra Mundial cuando EE.UU. era aliado de la Unión Soviética de Stalin contra la Alemania de Hitler; señalo que después del 10 de marzo de 1952, una de las primeras medidas de Batista  fue muy diferente a las que había tenido a partir de 1938 con respecto al  partido comunista pese a  que los líderes comunistas Blas Roca, Lázaro Peña y Salvador García Agüero fueron en la madrugada del 10 de marzo de 1952  al Campamento Militar de Columbia para mostrarle su  apoyo a Fulgencio Batista. Roberto Simeón en su artículo Cuba. El golpe de estado del 10 de marzo de 1952 y el inicio de un nuevo proceso escribe: .

¨...  El partido comunista envió una comisión al campamento militar de Columbia para entrevistarse con el Gral. Batista, integrada entre otros por Blas Roca, Salvador García Agüero y Lázaro Peña al objeto de ofrecer la colaboración del Partido al gobierno golpista. La gestión fue de inmediato neutralizada por el Embajador Norteamericano que le comunicó al general que todo acuerdo tendría por consecuencia el no reconocimiento de su gobierno por Estados Unidos. No obstante el nuevo régimen, estableció un concordato de tolerancia. Los sindicatos en su gran mayoría se plegaron en pocas horas al nuevo gobierno. La Iglesia en la voz del Cardenal Arteaga felicito a Batista por el exitoso asalto.¨

Veamos como Batista explica esa alianza con los comunistas para las elecciones de 1940 (*): “Andando el tiempo, complicaciones internacionales permitirían al comunismo actuar a la luz pública bajo el emblema del Partido Socialista Popular. La Segunda Guerra Mundial obligó a potencias democráticas de la jerarquía de los Estados Unidos y bajo la dirección de un demócrata de las calidades de Franklin D. Roosevelt a asociarse con la URSS para salvar al mundo de lo que entonces se llamara "el peligro totalitario". Como Cuba, tradicionalmente aliada a los Estados Unidos, fuera una de las primeras repúblicas del Nuevo Mundo en tomar bando a su lado después de los sucesos de Pearl Harbor ¿a quién podrá sorprender que entre los partidos que apoyaran a nuestro gobierno figurara el Socialista Popular? ¿Podría pensarse que por el hecho de haber paleado juntas las armas de Stalin y de Roosevelt, éste fuera reo siquiera de la menor sospecha de filo-comunismo?”.

(Sentados: Fulgencio  Batista y Blas Roca) 

“A nosotros se nos censurará, con las más insidiosas intenciones, haber aceptado la colaboración del Partido Socialista Popular en 1939, pero se olvidará que, al adoptar la suprema decisión de llevar al país a la guerra al lado de Norteamérica, invitamos a los partidos políticos a integrar un gobierno nacional, donde todas las tendencias estuvieran representadas. Si en aquella ocasión en que acudían unidas a los campos de batalla las banderas de las barras y las estrellas y de la hoz y el martillo se hacía un alto en las contiendas ideológicas para concentrar los esfuerzos en la batalla contra el eje Roma – Berlín - Tokio, ¿qué otra cosa podía hacer nuestro gobierno que responder a un deber patriótico, a un llamado de la democracia mundial en grave trance, como harían a su turno casi todas las hermanas repúblicas del Nuevo Mundo?”

“A esta posición nuestra en relación con el comunismo, siguió la que adoptamos a partir de marzo de 1952. Si política es hacer en bien del pueblo lo que en cada momento debe hacerse, en cada una de las tres posiciones nuestras 1933, 1939 y 1952 "hicimos lo que la salud de la patria demandaba”.

Fuente.:(*) Fulgencio Batista en su libro Piedras y Leyes. Ediciones Botas. México. 1961. Págs. 54, 55 y 56.

(Composición fotográfica  donde se muestra un fragmento de la primera página del periódico Hoy, diario oficial del Partido Socialista Popular, del miércoles 23 de noviembre de 1938)

(Composición fotográfica  donde se muestra un fragmento de la primera página del periódico Hoy, diario oficial del Partido Socialista Popular, del sábado 26 de noviembre de 1938)


(Fragmento de un diario o periódico quizás del miércoles 5 de febrero de 1941, pues no he podido descifrar bien la fecha)

A las anteriores  palabras escritas por Fulgencio Batista añadiré:

1) Para esas elecciones  Batista también hizo coalición con el Partido Liberal; también con el partido de Mario García Menocal (que fue quizás el único partido político de corte conservador que hubo  en Cuba) y con otros pequeños partidos políticos. Hago la observación que el partido de Menocal  alcanzó 17 delegados  en las elecciones de 1939 para conformar  la Asamblea Constituyente de 1939;  resultado que fue sólo de un delegado menos que el Partido Auténtico, el cual alcanzó 18 constituyentes. Los comunistas sólo habían alcanzado 6 ó  7 delegados para la Constituyente.

2) Después  de Fulgencio Batista  ser elegido Presidente en las elecciones  generales de 1940, invitó a todos los  partidos políticos a conformar un gobierno de unidad nacional; el único partido político que no quiso  participar de ese gobierno fue el Partido Auténtico (no es su nombre oficial pues su nombre oficial era Partido Revolucionario Cubano, el cual en su programa se lee que era un partido Nacionalista, Antimperialista y SOCIALISTA)  que lo lidereaba Ramón Grau San Martín; no obstante,   hubo miembros del Partido Auténtico que, a modo personal, formaron parte de ese gobierno de unidad nacional como fue, por ejemplo: Rubén de León, un destacado miembro del Partido Auténtico. En ese gobierno de Batista habían antiguos enemigos de Fulgencio Batista además del partido comunista, pues recordemos el levantamiento que preparaba el partido comunista, junto a otras fuerzas, en marzo de 1935,  pero dado  que  el 7mo Congreso de la stalinista  III Internacional Comunista había aprobado  la estrategia de los Frentes Populares (estrategia que autorizaba que los comunistas de los países hicieran coalición con partidos que pudieran alcanzar el Poder. En España el Frente Popular  llegó al Poder mediante un fraude electoral al apropiarse de, al menos, 50 escaños que realmente pertenecían a la derecha, fraude o pucherazo electoral que se conoció de manera indiscutible al hallarse  en el año 2008. en una caja fuerte, del Banco Crédit Lyonnais, perteneciente a Niceto Alcalá-Zamora y Torres, entonces Presidente de la Segunda República Española, las actas originales de las elecciones españolas de 1936) se aliaron a Batista.  Aclaro que Carlos Rafael Rodríguez y  Juan Marinello no fueron ministros sin cartera al mismo tiempo. Otros antiguos enemigos de Batista que también conformaron ese gobierno fueron los miembros del ABC: Carlos Saladrigas Zayas (tío del Carlos Saladrigas del  dialoguero MIami Consulting Group) quien fue su Primer Ministro en ese primer gobierno de Batista  y Joaquín Martínez Sáenz,  el cual llegó a ser un elemento fundamental en la política económica  de Batista en los  dos períodos de  Presidente constitucional al llegar a ser Martínez Sáenz  Director del Banco Nacional de Cuba pese a que años antes Martínez Sáenz  había llegado a retar a duelo a Batista. Señalo que en noviembre de 1933  el ABC llevó a cabo un gran levantamiento en La Habana ya qie  se tomaron todas las estaciones de policía y dos cuarteles: el cuartel de San Ambrosio y el cuartel de Dragones;  se atacó, por parte del Coronel Blas Hernández, el Palacio Presidencial donde estaba Ramón Grau San Martín. Las fuerzas del Ejército, dirigido por Fulgencio Batista, y de la Marina de Guerra, dirigida por Antonio Guiteras Holmes (al ser el Secretario de Guerra y Marina)  sofocaron el levantamiento que amenazó hasta con  bombardear o ametrallar con aviones al Palacio Presidencial.

Jorge Luis González Suárez, autor del artículo La alianza de los comunistas con Fulgencio Batista, parece desconocer la cuota que debían pagar los militantes comunistas a su partido y los negocios que el partido tenía como eran  fondas, restaurants, etc.  y habían comunistas que tenían hasta un central azucarero como era el caso de Juan Marinello, el cual lo había heredado de su padre, un inmigrante que había llegado a Cuba.

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Fragmento del libro La verdadera República de Cuba, del Dr. Andrés Cao Mendiguren sobre el  levantamiento del ABC: 


El levantamiento  de gran envergadura del 8 de noviembre  de 1933 protagonizado por el ABC  y  apoyado por pequeños grupos de ex militares y civiles:

Levantamiento del ABC. La toma del Castillo de Atarés. Cuba's Latest Revolt (1933)


Finalmente: Después que  Ramón Grau San Martín  fue elegido Presidente constitucional en 1944 siguió legalizado el partido comunista; fue en el gobierno del Presidente Carlos Prío Socarrás elegido en 1948, y ya en el marco de la mal llamada Guerra Fría, que se llevó a cabo una ofensiva gubernamental contra los comunistas cubanos.

Fulgencio Batista llega en ferrocarril. Cuba (1943)


Cuba - Batista Puts The Accent On Youth Aka Cuban Dictator At Home Lner (1938)



Testimonio de Diego Suárez, quien fuera uno de los niños beneficiados con esas escuelas e institutos rurales



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La alianza de los comunistas con Fulgencio Batista

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Batista, en alianza con los comunistas dentro de la Coalición Socialista Democrática, alcanzó la victoria en las elecciones presidenciales para el período de 1940-1944.

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(Imágenes añadidas por el Bloguista de Baracutey Cubano)

Por Jorge Luis González Suárez 

4 de mayo, 2024

LA HABANA, Cuba.- El más reciente número de la revista Espacio Laical (Año 20 Nro.1. 2024), del Proyecto Centro Cultural Padre Félix Varela, contiene un trabajo de su editor y jefe de redacción Jorge Domingo Cuadriello, donde se trata un tema soslayado por los historiadores oficialistas: la alianza del Partido Socialista Popular (PSP, comunista) con Fulgencio Batista.

El trabajo de Cuadriello, titulado “El romance de los comunistas cubanos y Fulgencio Batista”, explica que dicho “romance” se inició a partir de 1937, cuando el entonces coronel Batista permitió legalizar la Unión Revolucionaria Comunista (URC), una organización que servía de fachada al Partido Comunista.

Para enfrentar a los auténticos en las elecciones de 1940, Batista se unió a sus antiguos enemigos, los comunistas, que, a partir de entonces, “destacaron su origen social muy humilde, el pigmento racial de su piel de mestizo, y comenzaron a catalogarlo de progresista” y a calificarlo como “Mensajero de la Prosperidad”.

Los comunistas obtuvieron de Batista una ley de amnistía y la autorización para la publicación de su órgano de prensa, el diario Noticias de Hoy.

Consiguieron además que funcionaran varias organizaciones proletarias, que al fusionarse en 1939, originaron la creación de la Confederación de Trabajadores de Cuba (CTC), con el comunista Lázaro Peña como su Secretario General.

Cuando Batista convocó a una Asamblea Constituyente, para redactar la nueva Carta Magna, que sería la más progresista de las formuladas en la Cuba republicana, hubo varios delegados comunistas que obtuvieron escaños, entre ellos, Blas Roca, Salvador García Agüero y Juan Marinello.

Fulgencio Batista, en alianza con los comunistas dentro de la Coalición Socialista Democrática, alcanzó la victoria en las elecciones presidenciales para el período de 1940- 1944.  

En el gabinete de gobierno de Batista hubo dos comunistas como ministros sin cartera. Uno de ellos fue Carlos Rafael Rodríguez. 

El 30 de septiembre de 1940, cuando la Federación Estudiantil Universitaria (FEU), convocó un acto para conmemorar la muerte del dirigente estudiantil Rafael Trejo en 1930, los comunistas, que sabían que durante el acto Batista sería duramente criticado, interrumpieron la actividad, atacando a tiros a los organizadores, lo que ocasionó la muerte de varios jóvenes, entre ellos, el líder portuario Manuel Porto Dapena. Apunta Cuadriello en su artículo: “Resulta muy significativo que al día siguiente fue Blas Roca quien despidió su duelo en el Cementerio de Colón”.

Los comunistas ganaron espacio bajo el gobierno de Batista. El periódico Hoy tuvo sus propios talleres, donde publicaron las revistas de teoría marxista-leninista “El Comunista”, “Fundamentos”, y en 1942 “Dialéctica; revista continental de teoría y estudios marxistas”.

En estas publicaciones participaron, entre otros: Blas Roca, Aníbal Escalante, Fabio Grobart, Carlos Rafael Rodríguez, Juan Marinello, Mirta Aguirre, Cesar Vilar, Edith García Buchaca, José Antonio Portuondo y Ángel Augier.

Sumaron además la Editorial Páginas, con su librería propia, la cual vendía libros de autores comunistas cubanos y de editoriales marxistas de otros países.

La Editorial Páginas tuvo en su haber la primera edición de Los fundamentos del Socialismo en Cuba, de Blas Roca, que contó con varias reimpresiones.

La propaganda comunista se extendió a la cultura. El teatro fue uno de sus vehículos con el actor y director Paco Alfonso, pero el más importante de esos vehículos lo tuvieron cuando adquirieron la emisora Radio Lavín que pasó a llamarse Mil Diez. Allí actuaron figuras de gran renombre como el Trío Matamoros, Miguelito Valdés, Elena Burke, Celia Cruz y Olga Guillot y escribieron sus programas Félix Pita Rodríguez, Onelio Jorge Cardoso y Luis Felipe Rodríguez. La Mil Diez fue la principal tribuna de propaganda de los comunistas.

También tuvieron los comunistas bajo su control la distribuidora de películas Blue Ribbon Films.

Entre 1940 y 1944, los republicanos y comunistas españoles, forzados al exilio luego de su derrota en la guerra civil, encontraron en Cuba un refugio seguro, y su alegría se colmó cuando Cuba estableció relaciones diplomáticas con la Unión Soviética.

Batista perdió las elecciones de 1944. Su sucesor, Ramón Grau San Martín, no dio igual acogida a los comunistas y todo lo que habían adelantado se perdió.

Jorge Domingo Cuadriello, al final de su trabajo, presenta fragmentos de una carta de Mirta Aguirre a José Antonio Portuondo, por entonces becado en México. Dice Mirta Aguirre: “Según nos dijo Juan, te han conseguido un pequeñísimo guano. La despedida del querido Fulgen…”. Juan es Marinello; guano es dinero, y Fulgen, Fulgencio Batista.

Por su parte, Ángel Augier, enterado de que Batista andaba por México, le encomienda en otra carta a Portuondo: “Ah, chico, se me olvidaba. Dale un apretón de manos a Fulgencio”. 

Cuadriello concluye con una duda que comparto: ¿De dónde salió el capital del que dispusieron los comunistas entre 1940 y 1944? Seguramente no fue de la recaudación de los militantes, y tampoco de la Unión Soviética, por entonces en guerra con la Alemania nazi. Por lógica, provino entonces del Estado Cubano a través de Fulgencio Batista.

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