Por Nelson R. DeVega
Houston
Texas
E.U.
Cortesía de:
Maribel Spiropoulos
La Nueva Cuba
Julio 10, 2006
Se puede afirmar que la persona que no reconozca el nombre de Andy García como un actor de primer orden y participante en importantes películas creadas en los EEUU desde hace algunos años, ha estado oculto debajo de una piedra, sin leer periódicos, ver televisión u ojear revistas: de las miles que se publican.
Ahora Andy García nos ha regalado una película "The Lost City" (La ciudad perdida) en la que hace de productor, director y personaje principal.
El tema del filme es sencillamente: Cuba y los tiempos recientes de su historia, un poco antes y un poco después del día del gran engaño de Fidel. Es decir, antes del 1ro.de enero de 1959 y después de esa fecha fatídica. Específicamente, desde que los cubanos creímos en Fidel -digamos un 97% de nosotros-- hasta el nefasto día en que Fidel Castro reveló que era marxista leninista. Claro, y que para ayudar a los pobres, discriminados y harapientos cubanos [sic], él iba a llevar a cabo las reformas económicas, sociales y políticas necesarias para obtener esos objetivos.
Mientras Fidel bajaba de la Sierra Maestra y basados en las promesas democráticas y de libertad que se encuentran en la publicación: "La historia me absolverá" que Fidel hizo y escribió y el pueblo de Cuba creyó, se llevó a cabo el gran engatuso. Casi todas las clases sociales cubanas creímos en sus falsas promesas. Mientras nos tragamos sus argumentos fuimos "Fidelistas". Una vez que los verdaderos propósitos de su inútil revolución se supieron, la bienvenida se convirtió en repudio. Pero, ya era muy tarde porque Fidel tenía el poder de la dictadura en sus manos. No hubo más remedio que quemar las naves y escapar de sus mentiras, retórica vacía, peligrosidad y promesas falsas.
En esta película de Andy García, en la que invirtió varios años de trabajo hasta llevarla al celuloide, intervinieron el escritor del guión: Guillermo Cabrera Infante (fallecido recientemente en Londres), las memorias colectivas de millones de cubanos, resumidas brillantemente por el genio cinematográfico de Andy. Y, hasta Mark Cuban (dueño del club de baloncesto de Dallas los Mavericks), que invirtió el capital necesario para la distribución adecuada de la película en las salas de proyección.
Desafortunadamente, la presentación del filme ha sido limitada a las principales ciudades de los EEUU y a los cines que se dedican a exhibir películas artísticas que se "presupone" son de limitado interés para el público en general. De todos modos la asistencia de los cubanos, hispanos y estadounidenses a estos cines han demostrado que el interés por esta película en particular, es superior a lo que predecían los magnates de Hollywood.
En la cinta se puede constatar la desintegración de la familia, la sociedad y sus valores tradicionales debido al ataque de los ahora abiertamente comunistas con sus artimañas y abusos de poder. También, la imposición de un sistema experimental sin mérito alguno (en otros países y en Cuba), y el exilio masivo amparado por el ambiente de la "guerra fría" que nos abrió las puertas de este país.
Los personajes que bosqueja Andy García son reales. El "Ché" Guevara se presenta como lo que fue: un asesino que odiaba a los cubanos profundamente y que deseaba humillarlos para demostrar su superioridad étnica e intelectual. No es el Ché "inocente" de las playeras, gorras, camisas, banderas o de la película "El diario de un motorciclista" que numerosos explotadores quieren medrar desplegándolas por todas partes. El de la representación de Andy, no es este personaje que muchos ignorantes equivocadamente comparan con un santo sin percatarse de que están en realidad mostrando, la caricatura de un ser demoníaco y asqueroso.
Lástima que esta película, que se presentó siempre con el cine lleno en Houston, tal vez no llegue a México y no tengan muchos mexicanos la oportunidad de ver y vivir en la oscuridad de una sala de cine, y no en carne propia, la amarga experiencia del pueblo cubano que después de casi medio siglo no podemos ni olvidar ni perdonar la mentira de Fidel. ¡Jamás! Gracias Andy por mantenernos en pie de lucha y alentados.
* Nelson R. DeVega, Ph.D. es un profesor universitario jubilado en Houston desde 1997
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