Tomado de Cuba Liberal.org
EL PARTIDO VIVE
Por Jaime Suchlicki
El reciente restablecimiento del Secretariado del Partido Comunista de Cuba, las purgas y los reemplazos de funcionarios del partido, junto a la creciente prominencia de Raúl Castro en los medios de comunicación todos controlados por el Estado cubano, sugieren claramente que el hermano menor está cada vez más a cargo de la administración y control del gobierno.
A partir del colapso de la Unión Soviética y el final de los subsidios a Cuba hace alrededor de quince años, Fidel Castro redujo el Partido y eliminó su Secretariado. Solo el Politburó permaneció como principal órgano de toma de decisiones, bajo el liderazgo de Fidel y Raúl. En los años que siguieron al final del comunismo en Europa, aumentó considerablemente el control de los militares cubanos sobre la sociedad y la economía. La mayor parte de las empresas estatales y los sectores clave de la economía cayeron bajo el control de oficiales militares activos o en retirados. Durante esos años, el partido permaneció tras las bambalinas y se volvió más burocratizado y corrupto.
El restablecimiento del Secretariado, este mes de julio dirigido por Fidel y Raúl Castro, y compuesto primariamente de oficiales del partido provenientes de las diversas provincias, es una clara señal del renacimiento del Partido Comunista, el único partido permitido en Cuba, como actor clave en el proceso de la sucesión. Tal como ha enfatizado Raúl, el futuro liderazgo de Cuba después de la desaparición de Castro no debe ser un liderazgo personalista o caudillista, sino que debe ser dirigido por las instituciones comunistas claves de Cuba. Los hermanos Castro tienen la esperanza de que tenga lugar una sucesión institucionalizada capaz de garantizar el sistema presente e ideología hasta un futuro indefinido. Los militares, el partido, y el aparato de seguridad están a cargo de asegurar que la continuación de la revolución alcance“hasta el próximo milenio”.
La deteriorada salud de Fidel Castro y la propia fragilidad de Raúl (quien tiene 75 años y es un bebedor empedernido) están acelerando el paso hacia la sucesión en Cuba y la búsqueda de un modelo institucionalizado que preserve el sistema actual. El mensaje enviado por el liderazgo es claro: no habrá glasnost ni perestroika en Cuba, y no se permitirá el surgimiento de ningún Gorbachov. La rigidez ideológica y la centralización política y económica son las políticas que los hermanos Castro creen pueden garantizar una sucesión exitosa, y pueden impedir que Cuba se transforme en una economía de mercado y una sociedad democrática. En la arena internacional, mantener una postura anti-norteamericana, consolidar las alianzas con regímenes afines, primariamente en Venezuela, China e Irán, y buscar nuevos aliados y apoyos de grupos y países anti-norteamericanos en todo el mundo son las acciones que refuerzan la estrategia de los hermanos Castro y que podrían garantizar la longevidad de regímenes sucesorios.
Julio 14, 2006
EL PARTIDO VIVE
Por Jaime Suchlicki
El reciente restablecimiento del Secretariado del Partido Comunista de Cuba, las purgas y los reemplazos de funcionarios del partido, junto a la creciente prominencia de Raúl Castro en los medios de comunicación todos controlados por el Estado cubano, sugieren claramente que el hermano menor está cada vez más a cargo de la administración y control del gobierno.
A partir del colapso de la Unión Soviética y el final de los subsidios a Cuba hace alrededor de quince años, Fidel Castro redujo el Partido y eliminó su Secretariado. Solo el Politburó permaneció como principal órgano de toma de decisiones, bajo el liderazgo de Fidel y Raúl. En los años que siguieron al final del comunismo en Europa, aumentó considerablemente el control de los militares cubanos sobre la sociedad y la economía. La mayor parte de las empresas estatales y los sectores clave de la economía cayeron bajo el control de oficiales militares activos o en retirados. Durante esos años, el partido permaneció tras las bambalinas y se volvió más burocratizado y corrupto.
El restablecimiento del Secretariado, este mes de julio dirigido por Fidel y Raúl Castro, y compuesto primariamente de oficiales del partido provenientes de las diversas provincias, es una clara señal del renacimiento del Partido Comunista, el único partido permitido en Cuba, como actor clave en el proceso de la sucesión. Tal como ha enfatizado Raúl, el futuro liderazgo de Cuba después de la desaparición de Castro no debe ser un liderazgo personalista o caudillista, sino que debe ser dirigido por las instituciones comunistas claves de Cuba. Los hermanos Castro tienen la esperanza de que tenga lugar una sucesión institucionalizada capaz de garantizar el sistema presente e ideología hasta un futuro indefinido. Los militares, el partido, y el aparato de seguridad están a cargo de asegurar que la continuación de la revolución alcance“hasta el próximo milenio”.
La deteriorada salud de Fidel Castro y la propia fragilidad de Raúl (quien tiene 75 años y es un bebedor empedernido) están acelerando el paso hacia la sucesión en Cuba y la búsqueda de un modelo institucionalizado que preserve el sistema actual. El mensaje enviado por el liderazgo es claro: no habrá glasnost ni perestroika en Cuba, y no se permitirá el surgimiento de ningún Gorbachov. La rigidez ideológica y la centralización política y económica son las políticas que los hermanos Castro creen pueden garantizar una sucesión exitosa, y pueden impedir que Cuba se transforme en una economía de mercado y una sociedad democrática. En la arena internacional, mantener una postura anti-norteamericana, consolidar las alianzas con regímenes afines, primariamente en Venezuela, China e Irán, y buscar nuevos aliados y apoyos de grupos y países anti-norteamericanos en todo el mundo son las acciones que refuerzan la estrategia de los hermanos Castro y que podrían garantizar la longevidad de regímenes sucesorios.
Julio 14, 2006
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