Por Esteban Fernández.
¿Qué queremos los cubanos? Y cuando hago esta pregunta me refiero a los opositores anticastristas. Lo que desean los enemigos se los digo al final.
Nuestro principal y único objetivo debía ser DERROCAR LA DICTADURA. Pero la gran verdad, la verdad monda y lironda, es que yo no veo, ni tan siquiera escucho ningún intento por eliminar al castrismo del poder.
Vamos a comenzar por mí. Voy a intentar ponerme el parche antes que me salga el grano. Porque yo sé que enseguida van a salir los que disfrutan de barrer el piso conmigo diciéndome cosas como: “Es muy fácil dar cranque desde California” o “¿Por qué tu no das el ejemplo y desembarcas en Cuba, capitán araña?”...
Primero les diré que no me queda más remedio que aceptar QUE YO NO ESTOY HACIENDO NADA, ABSOLUTAMENTE NADA QUE DE AL TRASTE CON EL SISTEMA IMPERANTE. Ni soy el león de la Metro, ni tengo los recursos, ni tengo la menor idea de cómo acabar con aquello.
Y segundo, no le estoy pidiendo a nadie que dispare un solo tiro. Simplemente, pregunto ¿qué se está haciendo para barrer del mapa al régimen castrista? Porque -y no soy solamente yo- he llegado a la conclusión desde hace mucho tiempo que yo no puedo derribar al régimen que esclaviza a Cuba. Sólo me conformo con levantarme cada mañana buscando una forma de dañar a los enemigos, no de acabar con ellos, eso es todo. Poquito, humildemente y sin rumbo fijo. Mi único objetivo es poder dormir tranquilo con la satisfacción del deber cumplido. Y al terminar el día, saber que he podido denunciar alguno de sus crimenes y que he hecho mi mejor esfuerzo en mantener vivo el amor por nuestra tierra.
Repito ¿Qué quieren los cubanos dentro de Cuba? Es algo que yo me desespero tratando de descifrar. Y sinceramente, no tengo una respuesta. ¿Quieren acabar de una vez por todas con el gobierno tiránico que los esclaviza o quieren ir escapando y resolver para sobrevivir día tras día? Que sé yo.
Allá no quieren escuchar ni hablar de guerra o de violencia. Quizás en Cuba están tan saturados de adoctrinamiento que la juventud cubana no quiere oír de nada que se le parezca a política. En realidad tratan desesperadamente de remediar los efectos de la tiranía sin darse cuenta que lo que tienen que hacer es ir a la causa de sus males y arrancar de cuajo la raíz de sus problemas. Y aquí en el exilio, tampoco quieren oír de violencia ni de lucha. Y los que hablamos de combatir, no combatimos a nadie. Esa es la realidad. Aquí no hay nadie -que yo sepa- preparando ataques comandos contra el gobierno cubano. Y me pregunto ¿Ataques para qué? ¿Guerra para qué? Para ser criticados por la inmensa mayoría del pueblo cubano. Por los de aquí y por los de allá.
Yo no escucho a nadie que desde la Isla esté incitando a los del exilio a desembarcar en Cuba empuñando unos buenos rifles. Y si lo pensamos bien, muchos de aquí también condenarían los atentados porque perjudicaría a los que lucran con los viajes a Cuba o porque, a lo mejor, van a poner en peligro o a matar a un primo guardafronteras que tienen por allá.
Yo conozco a un montón de compatriotas que todavía tienen agallas y fuerzas para abrirle un hueco al régimen. Pero ¿para qué? Nadie se los va a agradecer. Y si de verdad hubiera un comando que asaltara las costas cubanas, a la media hora de destruir el primer baluarte castrista, iban a considerar terroristas a cada uno de los atacantes y los medirían con la misma vara que miden y juzgan a un Posada Carriles.
¿Qué quieren los cubanos en general? ¿Qué desea la inmensa mayoría de mis compatriotas? Yo pregunto y no tengo la respuesta. Veo a otros pueblos echando pa’lante, recibiendo balas y muriendo en las calles. Y mi pueblo no riposta ni una galleta. ¿Hasta dónde llega el terror implantado por el régimen que paraliza a la población de esa manera? Y ya las trompadas nos las dan hasta en pleno Miami. Ya la gente de las Respuestas Rápidas está en Florida. Y los poquitos como Miguel Saavedra y Manuel Prieres, que tratan de contrarrestar al enemigo, también los critican.
Tal parece que los cubanos ya no intentamos liberarnos ni tampoco deseamos que nos liberen. Aquí hay que llegar a la conclusión que la dictadura castrista por las buenas no se cae, y por las malas CASI NADIE QUIERE HACERLO. La pregunta que salta a la vista es: ¿Quién le pone el cascabel al gato? Yo no. Yo no me las doy de héroe y la época en que iba a ser mártir pasó hace mucho rato.
Ah, y la solución de que los Infantes de Marina desembarquen en Cuba tampoco la quieren muchos de allá ni de aquí. Esos que no admiten la solución por esta vía, se horrorizan al imaginarse “la gran cantidad de muertos que eso pudiera traer”…
Repito una vez más, YO NO SÉ LO QUE QUEREMOS LOS CUBANOS. Lo único que si sé y les aseguro, es que los hermanos Castro buscan un siglo más de castrismo en Cuba.
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ALGUNOS COMENTARIOS DEJADOS
Realpolitik ha dejado un nuevo comentario en su entrada "EL PANORAMA SOMBRÍO DEL PUEBLO CUBANO":
¿Qué quieren los cubanos, o la mayoría de ellos? Muy sencillo: vivir lo mejor posible a cambio de lo menos posible. La mayoría de la gente, en todas partes, nunca pasa de término medio, por no decir mediocre. Siempre hay muchas más ruedas que motores. Si lo de Cuba se resuelve, será gracias a una minoría; las masas solamente se sumarán después, cuando cueste poco o nada y sea provechoso. Esperar otra cosa es vano.
ALGUNOS COMENTARIOS DEJADOS
Realpolitik ha dejado un nuevo comentario en su entrada "EL PANORAMA SOMBRÍO DEL PUEBLO CUBANO":
¿Qué quieren los cubanos, o la mayoría de ellos? Muy sencillo: vivir lo mejor posible a cambio de lo menos posible. La mayoría de la gente, en todas partes, nunca pasa de término medio, por no decir mediocre. Siempre hay muchas más ruedas que motores. Si lo de Cuba se resuelve, será gracias a una minoría; las masas solamente se sumarán después, cuando cueste poco o nada y sea provechoso. Esperar otra cosa es vano.
¿Qué quieren los cubanos, o la mayoría de ellos? Muy sencillo: vivir lo mejor posible a cambio de lo menos posible. La mayoría de la gente, en todas partes, nunca pasa de término medio, por no decir mediocre. Siempre hay muchas más ruedas que motores. Si lo de Cuba se resuelve, será gracias a una minoría; las masas solamente se sumarán después, cuando cueste poco o nada y sea provechoso. Esperar otra cosa es vano.
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